Liam.
No tuve claro qué fue lo que me despertó, pero cuando abrí un ojo lo primero que vi fue una espalda ancha y musculosa desnuda, solo que el tono de piel no era exactamente el que debería...
—¡Joder! —Empujé al tipo fuera de la cama incluso cuando mi mente turbia por el sueño y la resaca ya había hecho clic y sabía que se trataba de Cooper.
Mi mejor amigo cayó por el borde del colchón y se oyeron un montón de quejidos y maldiciones. Pero entonces me di cuenta de que había alguien más en la habitación.
Zayn estaba cruzado de brazos a los pies de la cama, erguido y perfecto, vestido con vaqueros y un jersey y con una expresión que me resultó ilegible. La luz entraba ya por la ventana, y tuve que entrecerrar un poco los ojos para evitar que me chamuscara las pocas neuronas que habían sobrevivido después de la juerga de la noche anterior.
—¡¿Qué mierda va mal contigo, imbécil?! —protestó Cop, asomando por el borde del colchón—. Ah, hola, Malik.
La mirada de mi mejor amigo pasó del tipo terrible que nos estaba fulminando con la mirada a mí, luego recorrió la cama y las sábanas revueltas y se miró a sí mismo. Recé para que su pecho fuese lo único que careciera de ropa, aunque sabía que no había pasado nada; joder, la sola idea de tocar a Cop con intenciones sexuales me daba más ganas de vomitar que las que estaba provocándome la resaca.
Pero Zayn quizá no estuviera tan seguro.
—¡No es lo que parece! —soltamos Cop y yo a la vez.
Una de las cejas de Zayn se elevó hasta desaparecer bajo su pelo oscuro.
—Vestíos si no queréis que el autobús os deje atrás. Salimos dentro de veinte minutos.
Su voz era... neutra. No parecía contento, pero tampoco tan cabreado como debería haberlo estado si pensase que Cooper y yo nos habíamos liado.
—Zayn...
—Date una ducha y vístete, Liam. Meyer nos dejará atrás sin dudarlo después del numerito de anoche.
Quise preguntar. No, en realidad no quería. Habíamos bebido y bebido, todos los que podíamos hacerlo. Los novatos más jóvenes ni siquiera habían estado allí, pero los veteranos nos ocupamos de bebernos también la parte que les correspondía. Recordaba a Cooper sin camiseta y subido a una mesa, gritando lo duro que les habíamos dado a esos capullos, lo cual no había sido la mejor elección de palabras, puesto que algunos miembros del equipo no se sentían cómodos conmigo allí.
Preguntadme si eso me importó.
No. No lo hizo. Supongo que porque mis inseguridades fueron decreciendo al mismo ritmo que aumentaba mi nivel de alcohol en sangre.
Un idiota, eso era.
—¿Cómo fue la reunión? —me atreví a preguntar mientras Cop luchaba por encontrar su camiseta por la habitación... en vano. Seguramente, porque se la había dejado en el bar.
—Ve a ducharte ya, Liam.
Eso no sonaba bien, y yo tenía un épico dolor de cabeza que me dijo que era mejor hacerle caso y despejarme antes de mantener esa conversación.
Cuando me puse finalmente en pie y pasé por su lado de camino a la ducha, no pude evitar rozarle el brazo y tratar de darle alguna explicación:
—Esto no es...
—Ya lo sé. ¿Quién crees que os sacó a los dos borrachos del bar y os trajo hasta aquí?
—Oh.
Zayn sonrió apenas, y fue más una mueca exasperada que una verdadera sonrisa.
—Sí, «oh». Ahora métete en la ducha de una vez, chico de oro.
Suspiré aliviado. Las cosas no debían de estar tan mal si me llamaba así, ¿no? Cogió su bolsa y se marchó antes de que pudiera obtener algo más de información. Cooper me miró y, lentamente, una sonrisa enorme empezó a extenderse por su cara.
—¿Creías que habíamos follado?
—Vete a la mierda, idiota. Solo tuve un breve momento de pánico.
Cooper no dejó de reírse, pero luego señaló: —Dudo que pudieras engañar a ese tipo aunque lo intentases. Te salen putos corazones por los ojos cada vez que lo miras.
Le di un empujón y me metí en el baño, aunque sabía que tenía razón. Incluso borracho, y aunque no era que me hubiera entrado nadie la noche anterior —o al menos no recordaba que fuera así—, dudaba mucho que fuese capaz de liarme con nadie, hombre o mujer. Eso, por algún motivo, me llevó a pensar en Grayson y lo que había sucedido con Caleb. ¿De verdad no lo recordaba?
Traté de centrarme en eso, no porque fuera un tema en el que quisiera pensar, sino porque la alternativa, ponerme a darle vueltas de nuevo a la
reunión de Zayn con Jeremy o intentar recordar algo de lo sucedido la noche anterior, tampoco me atraía lo más mínimo. Era aún peor.Cuando me subí al autobús ya con el motor en marcha, puede que estuviera duchado y tuviera mejor aspecto, pero me sentía como una mierda. Me encontré a Zayn sentado ya junto a Chad y metido en una conversación de la que no apartó la atención para mirarme siquiera, así que avancé por el pasillo y me desplomé en un asiento libre casi al fondo.
Cooper entró detrás mí. Creí que vendría a hacerme compañía y poder revolcarnos juntos en nuestra miseria, pero contemplé cómo arrancaba a Chad de su asiento y se apoderaba de él para sentarse junto a Zayn. No era que ellos dos fueran enemigos, es más, estaba seguro de que se respetaban, pero tampoco eran fanáticos el uno del otro.
Bien, fuera lo que fuese lo que tramara Cop, y el motivo por el que Zayn parecía distante esa mañana, estaba seguro de que me enteraría cuando llegásemos a casa.
Mientras, iba a lidiar con la mierda de resaca que tenía, mi estúpido comportamiento y los gritos del entrenador mientras nos maldecía a todos en al menos siete idiomas distintos. Al parecer, habíamos montado un buen numerito la noche anterior en el bar y alguien se había peleado con alguien.
Nada de aquello parecía bueno.