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Liam.

—Así que están juntos —oí decir a Caleb a través de la línea.

Lo normal era que mi hermano y yo nos mandásemos mensajes casi a diario, aunque la mayoría no eran más que memes y tonterías, pero ese día me había llamado y yo todavía estaba intentando descubrir si había algún motivo oculto para ello.

Contesté con un ruidito afirmativo y él se echó a reír. Al parecer, mi hermano estaba encantado de que tuviera novio y que fuera a llevarlo a casa para el día de Acción de Gracias. La reacción de mi madre había sido igual de entusiasta, aunque a ella no le había confirmado que Zayn fuera más que un amigo, solo que lo llevaría a casa; supuse que lo otro era la clase de noticia que sería mejor dar en persona. Sin duda, ella ya lo sospechaba si me guiaba por el comentario que Zayn me había dicho que le había susurrado al oído la vez que me había acompañado a llevar a Caleb a casa.

—¿Qué hay de ti? ¿Cómo van los entrenamientos?

—Bueno, creo que ya me he puesto al día. He nadado mucho últimamente.

Me lo imaginaba. Aunque Caleb solía ser el más irreflexivo de los dos y no le daba vueltas a las cosas del modo obsesivo en que lo hacía yo, nadar era el refugio al que acudía cuando algo lo trastornaba. Y yo sabía que lo sucedido con Grayson todavía continuaba en su cabeza.

Se hizo un significativo silencio en la línea y supe lo que venía a continuación.

—¿Todo bien con Cop? ¿Y con Grayson? —dejó caer como si tal cosa.

«Qué previsible, hermanito.»

—Están bien. Ambos —recalqué, aunque en realidad sabía que preguntaba sobre todo por Gray—. ¿Has pensado en lo que te dije?

Días atrás, habíamos hablado sobre su incorporación a la universidad y la perspectiva de que, al menos en un principio, se quedara conmigo. Dado que yo prácticamente vivía en la habitación de Zayn —su cama era más grande y mucho más cómoda—, cabía la posibilidad de que, si los demás estaban de acuerdo, ocupara mi dormitorio.

—No sé si es una buena idea —replicó titubeante.

—No quiero controlarte.

Caleb rio.

Bueno, quizá sí que quería asegurarme de que estaba bien con su reincorporación a los estudios, pero, más allá de eso, me gustaba la posibilidad de tener a Caleb viviendo conmigo. Aunque, teniendo en cuenta lo de Gray, igual mi hermano tenía razón y no era mi idea más brillante.

—Creo que Grayson sigue tratando de encontrar a su chica —solté en un impulso.

No quería que se sintiera mal, pero yo continuaba un poco preocupado por ocultarle a mi amigo la identidad de su amante misterioso.

—Mmm..., tengo que colgar. Mamá me está llamando —se apresuró a añadir, lo cual era una mentira flagrante—. ¡Cuídate y cuida de tu novio!

Antes de que pudiera siquiera despedirme, él ya había finalizado la llamada; o mucho me equivocaba, o todo aquello traería cola.

Bien, ya cruzaríamos ese río cuando llegásemos a él.

Por el momento, mi mente estaba puesta en la entrevista que Davis nos había concertado a Zayn y a mí con el periódico de la universidad. Había accedido, aunque Zayn dejó claro que no teníamos por qué hacerlo. La verdad era que yo no estaba convencido. No porque dudase de lo mío con él, sino porque seguía pensando que todo aquello terminaría afectando a su futura carrera en la NFL. Zayn se resentiría conmigo y todo se iría a la mierda entre nosotros.

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