Liam.
Todo mejoró paulatinamente en los siguientes días, lo cual resultó algo novedoso. Bueno, todo menos los gritos del entrenador Meyer, que si acaso se recrudecieron a pesar de que ganamos el siguiente partido con una amplia ventaja; el hombre iba a sufrir un aneurisma o un ataque al corazón si no se relajaba un poco. Las cosas estaban tranquilas en el vestuario tras la marcha de JT, y en el campus Zayn y yo contábamos hasta con un pequeño club de fans; Trexel y toda esa mierda, lo cual era realmente ridículo, pero a Zayn le encantaba. Su ego no conocía límites.
Fuimos a mi casa cuatro días por Acción de Gracias y, cuando lo presenté como mi novio, mamá casi se desmaya, pero de la alegría. Lo adoptó como si se tratase del hijo carismático y encantador que fingió que no tenía; es decir, esperaba que estuviera fingiéndolo. Y papá, con su habitual serenidad, le dio un par de palmaditas en la espalda y murmuró un «bienvenido a la familia» que amenazó con humedecerle los ojos a Zayn, aunque él luego lo negaría categóricamente.
Lo difícil de que tus padres aceptasen tan bien la presencia en casa de tu pareja, chico o chica, era que ni siquiera se molestaban en suponer que dormiríais separados. Tumbarme cuatro noches junto a Zayn y no poder hacer nada fue una auténtica agonía, pero mis padres estaban a dos habitaciones de distancia y no estaba seguro de ser capaz de controlar mis reacciones a sus caricias.
—Te dejaré que me la chupes. —Esa había sido la solución de Zayn, cómo no—. Al contrario que tú, yo sé gemir para dentro.
Mi respuesta fue un almohadazo. Pero él solo se rio más fuerte y se acurrucó conmigo, envolviéndome por completo con su cuerpo y su aroma. Era la última noche y supuse que lograríamos pasarla de cualquier manera, ya que habíamos llegado hasta allí.
Iluso de mí.
Apenas diez minutos después, una de sus manos me cubría la boca para ahogar los sonidos que su otra mano provocaba mientras me masturbaba hasta el olvido.
Al día siguiente, nadie dijo nada, pero las sonrisitas de Caleb fueron suficiente para hacerme comprender que no habíamos sido tan silenciosos como creíamos. Por suerte, mi hermano adoraba a Zayn, así que no me delató frente a mis padres. Creo que Caleb empezaba a quererlo incluso más que a mí, y mi novio parecía encantado de ejercer de hermano mayor, pero no de los protectores, sino de los que les enseñaban a los más pequeños toda clase de travesuras.
Como si mi hermano necesitase ayuda para eso.
Otro partido fuera de casa llegó y pasó. Ganamos. Zayn se lució y yo realicé una carrera a la que el comentarista del partido se refirió como «poesía en movimiento». (Sí, joder. ¡Sí!) Un instante después de cruzar la línea de anotación y conseguir un touchdown, Zayn llegó hasta mí y me levantó en brazos; me abrazó tan fuerte que creí que me desmontaría. Si no me besó allí mismo fue porque no atinó a quitarse el casco de la emoción.
Todo parecía estar bien. Salvo que no lo estaba.
A pesar de que sabía que había habido varios reclutadores en nuestros partidos, no hubo ninguna otra agencia que se interesase por Zayn; ningún nombre de otro equipo de la NFL resonaba en los pasillos.
Y eso me mataba.
Joder, Zayn era talento puro, y sus estadísticas, una puta locura. Era imposible que nadie se interesase por él. Aun así, seguía argumentando que no quería postularse para los drafts. Los entrenadores le dieron una charla, otra más, y Meyer también gritó de más en ella. El tipo tenía un superpoder para perder los nervios o algo por el estilo, lo juro.
Pero tampoco eso cambió la decisión de Zayn.
Aquello me inquietaba como casi ninguna otra cosa. Más aún cuando, a través de Jules, a mí se me presentó la posibilidad de hacer unas prácticas el verano siguiente, después de mi inminente graduación, en una pequeña empresa de relaciones públicas de Los Ángeles. No era gran cosa, pero de haber sabido que Zayn iba a acabar en los Rams, lo habría aceptado enseguida. También me había planteado ampliar mi formación con algunos cursos de periodismo deportivo que ofrecía nuestra universidad. No quería desvincularme del todo del fútbol y esa habría sido una buena forma de encontrar algo relacionado con lo mío en el mundillo.