Zayn.
La habíamos cagado. De nuevo. No podía significar otra cosa dado que habíamos acabado en el despacho del decano. Y esa vez no estaba Maddox para hacer su magia lujuriosa y salvarnos el culo.
Liam seguía golpeando el suelo con el pie a un ritmo furioso mientras esperábamos a que Davis apareciera.
—Esto es por lo de la entrevista, seguro. Te dije que no podías emplear ese tipo de palabras para contestar.
Tuve que sonreírle. Joder, no había otra cosa que pudiera hacer. No cuando era mi chico de oro. Él no podía evitar preocuparse por todo y yo, encontrarlo adorable.
—A todo el mundo le encantó. Deja de preocuparte. ¿Sabes esa parte de la entrevista que decía, y cito textualmente: «Liam Payne es el pase perfecto que Zayn Malik nunca soñó con llegar a realizar»? Me encanta. Es tan cursi que me encanta.
Liam se volvió en la silla y sus ojos se estrecharon cuando me fulminó con la mirada.
—Es gracioso que lo encuentres cursi, porque eso fue lo que dijiste. Te recuerdo que Jamie también estaba allí escuchando.
Cuando Liam había echado a correr, Hayes nos había seguido hasta el exterior, preocupado y creyendo que había hecho algo mal. Así que había terminado siendo testigo de todo lo que había sucedido en el exterior.
—Dije que eras mi pase imposible. No perfecto. Aunque lo seas.
Liam puso los ojos en blanco. Quería fingir que estaba irritado, pero yo sabía que no lo estaba. Apreté los labios para no reírme cuando dejé que mi vista descendiera hasta su regazo. Si me esforzaba un poco, podría delinear el contorno de su polla dura incluso desde donde estaba.
—Lo que pasa es que estás cachondo.
—Vete a la mierda, Malik.
—Vaya, vaya. Así que Malik...
La puerta del despacho se abrió. Yo me callé y Liam se irguió y sus manos volaron hasta su entrepierna para cubrirla, lo que estuvo a punto de arrancarme una carcajada.
Logan Davis avanzó hacia su escritorio, lo rodeó y se sentó tras él con una expresión que gritaba que éramos unos imbéciles y que pagaría por poder estar en las Bahamas y no allí lidiando con un montón de estudiantes descerebrados.
Bueno, a lo mejor Liam llevaba razón y se me había ido un poco de las manos todo el tema de las respuestas con Jamie. Pero la entrevista llevaba una semana publicada. ¿Por qué Davis nos reclamaba ahora? El hombre apoyó los codos y enlazó los dedos sobre el escritorio.
—Señor Malik. Señor Payne. La entrevista...
—Fue culpa de él —gritó Liam, señalándome.
La carcajada que había intentado tragarme brotó sin control de mi garganta. Duró dos segundos, lo que tardó Davis en asesinarnos lenta y dolorosamente con una de sus miradas autoritarias.
Estaba claro que necesitábamos a Maddox allí. No había habido manera de sonsacarle nada a nuestro presidente sobre su relación con Davis, pero yo estaba seguro de que estaban liados. De saberse en la fraternidad, seguro que ya habrían hecho una porra.—Lo que estoy intentando hacer es agradecerles que la hayan realizado. No debería habérselo pedido y no tenían por qué aceptar. Yo solo trataba de...
Liam y yo nos quedamos mirándolo, esperando a que continuara. Y esperando un poco más.
—¿Solo trataba de qué? —se aventuró a preguntar Liam finalmente. Pero Davis hizo un gesto con la mano y lo descartó.