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Liam

Los siguientes días se fusionaron uno con el otro en una especie de locura sexual que implicó un montón de momentos robados con Zayn. Resultaba incluso divertido la forma en que ambos tratábamos de encontrar huecos y situaciones para quedarnos a solas.

Él no me preguntó más acerca de cuánto le había contado a Cop o si había alguien más que supiera lo que estaba ocurriendo entre nosotros, y tampoco trató de llevar las cosas a un nuevo nivel. De repente me daba la sensación de que había ajustado el tempo y había bajado las revoluciones conmigo, aunque no dudaba en seguir torturándome siempre que podía.

En casa, lanzaba pullas cuando Cop o Grayson estaban presentes, me metía mano bajo la mesa de la cocina o me acorralaba en el pasillo el tiempo suficiente como para ponerme nervioso y luego me dejaba con ganas de más.

Era un cabrón, pero yo también aprendí que tenía cierto poder sobre él.

Una de las mañanas en las que todos corríamos de un lado a otro antes de salir de casa rumbo a nuestras respectivas clases, me colé a hurtadillas en el baño del pasillo cuando Zayn estaba duchándose. Cop aún se estaba vistiendo en su dormitorio y Grayson se hallaba en la cocina desayunando.

Eché el pestillo sin hacer ruido y me deslicé en silencio hasta la ducha. Me alegré de que la cortina fuese casi transparente, porque la figura desnuda que se perfilaba del otro lado era una maravilla visual que todo el mundo debería admirar al menos una vez en la vida. Zayn se encontraba bajo el chorro con la cabeza hundida entre los hombros y ligeramente encorvado hacia delante, y el agua le caía por la espalda y por el culo. El tipo era una obra de arte de músculos firmes, piel clara y pelo oscuro.

Me lamí los labios de anticipación mientras me desnudaba con rapidez y me coloqué tras él. Zayn dio un respingo en cuanto lo agarré de las caderas. Trató de girarse, pero lo mantuve inmóvil y le besé la nuca.

—Grayson aún tiene que ducharse —murmuró en voz baja.

La advertencia era clara; sin embargo, no había manera de que me detuviese. Empujé contra su culo. Ya estaba lo suficientemente duro como para que lo notara, y a él estaba claro que no le iba mucho mejor. Recorrí su pecho con las palmas de las manos, sus muslos, su ingle, y Zayn dejó caer la cabeza sobre mi hombro.

—Gray se marcha este fin de semana a ver a sus padres —le susurré al oído—, y pienso enviar a Cop a la casa de la fraternidad.

Íbamos a tener la casa para nosotros solos, lo que significaba poder hacer todo el ruido que quisiésemos. Las noches anteriores no había habido ninguna excursión nocturna. Meyer nos había machacado con dos entrenamientos diarios y, entre eso y las clases, todos llegábamos a casa y nos derrumbábamos donde primero pillábamos; a veces ni siquiera llegábamos a nuestros respectivos dormitorios. Salvo Grayson, que no pertenecía al equipo, a Cooper, Zayn y a mí apenas nos quedaba energía para hacer otra cosa.

Las comisuras de sus labios se curvaron y se ladeó para lamer el agua que descendía por mi garganta. Lo hice girar y empujé una mano contra su pecho, pegándolo a la pared. Acto seguido, caí de rodillas.

—Joder, Liam —gimió. Hubo un breve destello de sorpresa en su expresión.

Hasta ese momento, digamos que yo había sido más de recibir que de dar, lo que suponía que Zayn me había chupado hasta sacarme la vida por la polla un montón de veces sin esperar nada a cambio. Nunca presionó. Nunca trató de exigirme más. Aunque lo había masturbado y nos habíamos frotado con y sin ropa hasta corrernos sobre el otro.

—Te voy a dar un pequeño adelanto de lo que va a suceder esta noche — le dije a continuación, tomándolo en la mano.

Quería aquello. No solo chuparlo y volverlo completamente loco del mismo modo que él lo hacía conmigo. Quería..., deseaba y necesitaba que me follara. Lo había sabido aquella noche en su habitación y lo sabía ahora. Y era muy consciente de que Zayn solo lo estaba retrasando por mí, para darme tiempo a que me acostumbrara a la idea. Además, estaba seguro de que se las apañaría para que al final se lo rogase.

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