GENYA

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=Te gusta que se ponga de color tomate :)

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En la pintoresca Finca Mariposa, T/N trabajaba como sanadora, cuidando de los cazadores de demonios que llegaban heridos y exhaustos. Con su naturaleza amable y cariñosa, se había ganado el afecto de todos, especialmente de Tanjiro, Inosuke y Zenitsu, quienes siempre la recibían con una sonrisa y una broma.

—¡T/N, eres la mejor! —exclamó Zenitsu un día, mientras ella vendaba su brazo—. Si no fuera por ti, estaríamos perdidos.

—Claro, claro —respondió T/N, riendo—. Solo intenta no meterte en tantos problemas la próxima vez, ¿de acuerdo?

Sin embargo, había un cazador en particular que llamaba su atención: Genya Shinazugawa. Genya era alto, fornido y conocido por ser extremadamente grosero y gritón con los hombres. Pero con las mujeres, especialmente con T/N, se transformaba en un manojo de nervios.

Un día, mientras T/N estaba en la cocina preparando algunas hierbas medicinales, Genya entró, buscando a alguien que pudiera ayudarle con una herida menor. Al verla, se puso rígido y su rostro se tornó de un rojo intenso.

—Genya, ¿necesitas ayuda? —preguntó T/N, sonriendo juguetonamente.

—Uh... s-sí, por favor —balbuceó Genya, intentando no mirarla a los ojos.

T/N se acercó y comenzó a curar su herida, sintiendo cómo Genya se tensaba bajo su toque.

—Te ves muy guapo hoy, ¿sabes? —dijo T/N, provocándolo suavemente.

Genya casi saltó de su asiento, su cara completamente roja.

—¡D-Deja de decir esas cosas! —exclamó, intentando mantener la compostura.

A pesar de sus intentos de parecer duro, T/N podía ver lo tímido y dulce que era en realidad. Decidió que sería divertido seguir molestándolo un poco más, pero siempre con cariño.

Una tarde, mientras Genya estaba en las aguas termales, T/N tuvo una idea traviesa. Se desnudó y entró silenciosamente en las aguas termales, acercándose a él.

—¡Boo! —dijo ella, presionando su cuerpo desnudo contra el de él.

Genya soltó un grito de sorpresa, sus ojos se agrandaron y, en un abrir y cerrar de ojos, salió corriendo del agua, tropezando torpemente con las rocas en su prisa por escapar.

T/N no pudo evitar reírse, sabiendo que, a pesar de su reacción, Genya estaba comenzando a disfrutar de sus bromas. Cada vez que ella lo molestaba, él se ponía rojo y se volvía aún más tímido, pero también parecía más feliz.

Un día, mientras estaban solos en el jardín, T/N decidió hablar con él seriamente.

—Genya, sé que te molesto mucho, pero es porque me importas —dijo ella, tomando su mano—. Me gusta verte sonreír, incluso si es solo por un segundo.

Genya, sorprendido por su confesión, se quedó en silencio por un momento antes de apretar suavemente su mano.

—T/N, yo... también me importas mucho —dijo él, mirando sus ojos con una sinceridad que rara vez mostraba—. Eres la única persona que puede hacerme sentir así.

Con una sonrisa, T/N se acercó y lo besó suavemente en la mejilla.

—Entonces, ¿qué tal si dejamos de correr y comenzamos a disfrutar más de estos momentos juntos?

Genya, todavía un poco sonrojado, asintió.

—Me gustaría eso.

Desde ese día, su relación se volvió más cercana y cariñosa. Aunque T/N seguía molestando a Genya de vez en cuando, lo hacía con un amor que ambos compartían. Genya, por su parte, aprendió a relajarse y a disfrutar de la compañía de T/N, encontrando en ella un refugio seguro y lleno de amor.

Y así, en la Finca Mariposa, entre risas y bromas, nació un amor genuino y profundo que los unió para siempre.

Y así, en la Finca Mariposa, entre risas y bromas, nació un amor genuino y profundo que los unió para siempre

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𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora