=Eres su debilidad
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En lo más profundo del bosque, en una cueva oscura y tenebrosa, habitaba Sekido, un demonio temido por su crueldad y su naturaleza sádica. Sus ojos rojos brillaban con malicia y su risa macabra resonaba en la oscuridad. Era conocido por su insaciable apetito por los humanos, y ningún cazador de demonios había logrado derrotarlo.
Sin embargo, en el rincón más oculto de su cueva, había un secreto que nadie conocía: tú. Una humana a la que Sekido no había podido devorar. Desde el momento en que te encontró, algo dentro de él cambió. Su crueldad y su hambre insaciable se desvanecieron cuando te miró a los ojos. Eras su debilidad, la única persona capaz de calmar la tormenta en su interior.
Sekido mantenía su fachada sádica y cruel para el mundo exterior, pero contigo era diferente. Cuando te veía, sus gruñidos se suavizaban y su mirada se volvía más cálida. Te protegía ferozmente, asegurándose de que ningún otro demonio se acercara a ti.
Una noche, después de un enfrentamiento con un grupo de cazadores de demonios, Sekido regresó a su cueva, cubierto de heridas y con una expresión de cansancio en su rostro. Te levantaste de inmediato y corriste hacia él, tu preocupación evidente.
"¡Sekido! Estás herido," dijiste, tus ojos llenos de lágrimas.
Sekido gruñó, pero no con su habitual agresividad. "Estoy bien, solo son rasguños," respondió, tratando de parecer despreocupado.
Ignoraste su intento de minimizar sus heridas y comenzaste a limpiar la sangre de su piel. "No deberías enfrentarte a tantos cazadores solo. Podrían matarte," susurraste, tu voz temblando.
Sekido te miró, y por un momento, su fachada se derrumbó. "No me importa enfrentarme a ellos. Lo que me importa es que estés a salvo," confesó, su voz más suave de lo que jamás habías escuchado.
Te sorprendiste al escuchar sus palabras, pero también sentiste un calor en tu corazón. "Sekido, no tienes que luchar solo. Estoy aquí contigo," dijiste, tomando su mano con delicadeza.
El demonio sintió una oleada de emociones contradictorias. Por un lado, su naturaleza sádica y cruel le decía que debía seguir siendo el monstruo temido por todos. Pero por otro lado, tu presencia lo hacía sentir algo que no había experimentado en siglos: amor.
"¿Por qué no me temes?", preguntó, su voz llena de incertidumbre.
"Porque sé que dentro de ti hay más que solo crueldad y hambre. Veo la bondad en ti, Sekido. Y sé que puedes ser más que un demonio," respondiste con sinceridad.
Sekido apretó tu mano, sintiendo una calidez que nunca había conocido. En ese momento, decidió que haría cualquier cosa para protegerte, incluso si eso significaba luchar contra su propia naturaleza.
Con el tiempo, el demonio gruñón y sádico se transformó en alguien que solo tú conocías. Aunque seguía siendo temido por los cazadores de demonios, en su cueva, contigo a su lado, era un ser diferente. Tu amor y aceptación habían logrado lo que nadie más podía: convertir a un monstruo en alguien capaz de amar.
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𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]
FanfictionEs el anime favorito de mi hermana y me amenazó si no lo hacía 😭 @Urogi-kunn