HERMANOS KAMADO

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*: El Juego de T/N con los Hermanos

Falsas ilusiones.

Escenas de coito

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T/N siempre había sido una amiga cercana de la familia Kamado. Desde que eran pequeños, pasaban horas juntos jugando y divirtiéndose en las colinas que rodeaban su aldea. Pero con el tiempo, las cosas habían cambiado. Ya no eran los mismos niños despreocupados, y aunque la amistad seguía intacta, había algo más flotando en el aire, algo que los hermanos Tanjiro y Nezuko no lograban comprender del todo.

T/N, con su carisma innato y una sonrisa que siempre llevaba una pizca de picardía, disfrutaba más de lo que debería al notar cómo Tanjiro y Nezuko reaccionaban ante sus juegos. Porque para T/N, ellos ya no eran solo amigos de infancia, eran dos jóvenes a quienes les gustaba seducir de una manera que los dejaba confundidos y sonrojados. Les gustaban ambos, y lo más curioso era que ni Tanjiro ni Nezuko sabían que T/N jugaba ese doble juego.

Un día, mientras caminaban por el bosque, T/N se acercó a Tanjiro con una mirada intensa, una que lo dejó sin palabras. Se colocó justo a su lado, su hombro rozando el de él.

—¿Sabes, Tanjiro? —dijo con un tono suave, casi susurrando—. Siempre he pensado que eres alguien muy especial para mí. Me pregunto si alguna vez has pensado en cómo sería tener algo más que esta amistad.

Tanjiro, con sus mejillas ardiendo, intentó desviar la mirada, pero las palabras de T/N lo atrapaban. El corazón le latía con fuerza, y aunque era noble y de buen corazón, no podía evitar sentirse nervioso por esa cercanía tan directa.

—E-Eh... ¿de qué hablas, T/N? —preguntó, con la voz temblorosa y una sonrisa nerviosa—. Somos... amigos, ¿verdad?

T/N sonrió, deslizando un dedo por el brazo de Tanjiro, dejando que esa sensación se quedara grabada en su piel.

—Claro que sí... —le dijo, pero antes de que pudiera responder, T/N se inclinó y le dio un beso rápido en la mejilla. Uno de esos besos que dejaba a Tanjiro totalmente congelado en su lugar. Luego se alejó riendo suavemente, como si hubiera sido solo una broma, pero ambos sabían que había algo más.

Sin embargo, lo que Tanjiro no sabía era que apenas unas horas antes, T/N había estado con Nezuko en una situación similar. Estaban en el jardín, entre flores, cuando T/N se acercó a ella con una dulzura distinta, casi inocente.

—Nezuko, siempre me ha gustado estar cerca de ti... —le dijo, mirando sus ojos grandes, oscuros y llenos de curiosidad—. Eres tan fuerte y hermosa, y a veces pienso que... podríamos ser algo más.

Nezuko, quien no estaba tan acostumbrada a ese tipo de palabras, se quedó quieta, sintiendo cómo sus mejillas se encendían. La cercanía de T/N la hacía sentir extraña, pero de una forma agradable. Cuando menos lo esperaba, T/N la tomó de la mano y, de manera rápida pero decidida, le dejó un beso suave en los labios. Fue algo que duró un segundo, pero ese segundo cambió todo.

—Prometo que siempre estaré a tu lado, Nezuko —le susurró T/N, con una voz que parecía de miel—. Tú y yo podríamos tener algo lindo, ¿no crees?

Nezuko no supo cómo responder, ni siquiera sabía si quería hacerlo. Su mente era un torbellino, pero T/N ya se había levantado, sonriendo como si nada hubiera pasado.

Lo curioso era que tanto Tanjiro como Nezuko creían que esos momentos eran únicos, que solo ellos compartían ese pequeño secreto con T/N. Ninguno sabía que, en realidad, T/N estaba jugando con ambos, seduciendo y dejando promesas dulces como si fueran caramelos que lanzaba al viento.

Tanjiro se encontraba debajo de ti dejándote manipularlo como siempre, su ropa mal quitada y su sonrojo al igual que su respiración rápida por la sesión intensa de besos que tuvieron hace un momento hicieron, relamiste tus labios moviéndote en círculos sobre el bulto entre tu trasero —Tanjiro, qué pervertido—Te burlas a ver su expresión intentando justificar su erección.

—T/N— su voz casi un susurro no dejaba de ver como tu kimono caía sobre tu piel bonita dejando al descubierto tu pecho, no dejaba de mirarlos y el hecho que tu pusieras su mano en uno de tus pechos fue suficiente para ponerlo de otro color —T-tus pechos, son b-bonitos—

El verdadero secreto estaba en cómo T/N disfrutaba de verlos a los dos sonrojarse, de cómo sus nervios se manifestaban en sonrisas incómodas y palabras entrecortadas. Sabía perfectamente que les gustaba, tanto a Tanjiro como a Nezuko, pero mantenía ese delicado equilibrio entre los dos, sin que uno supiera lo que hacía con el otro.

—¡ahh! T/N— gimoteaba torpemente nezuko intentando callar sus gemidos tapando su boca con sus manos mirándote como lamias sus senos con hambre, saboreando su piel incluso dejando marcas, dejándote llevar por lo caliente que te ponía.

—linda nezu, no intentes callarte, me gustas más cuando gritas— sonreíste entre su piel bajando una mano hasta llegar entre sus piernas tocando su vagina con un dedo sintiendo como estaba tan mojada — y ¿bien?  ¿vas a seguir gritando mi nombre?—

Cada promesa, cada beso furtivo, cada caricia suave, T/N los administraba con una precisión casi maquiavélica, alimentando las fantasías de ambos hermanos sin dejar que descubrieran la verdad. Y lo mejor de todo es que, a pesar de los juegos, ninguno de los Kamado podía resistir la atracción que sentían por T/N. Al final del día, ambos quedaban esperando el próximo momento, la próxima promesa, creyendo que eran los únicos en el corazón de T/N.

Y mientras tanto, T/N disfrutaba de la confusión que creaba, sabiendo que, por ahora, el juego seguiría siendo suyo.


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𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora