𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

SEKIDO

= El sol se está ocultando.

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La vida en el barrio nunca ha sido fácil para nosotros. Somos una familia problemática, y yo, Sekido, como el hermano mayor, tengo que cargar con el peso de mantener todo en orden. No es una tarea sencilla, y eso me tiene constantemente al borde de la ira. Siempre estoy enojado, siempre molesto, y no puedo evitar ser grosero con quienes me rodean. Es como si la rabia fuera parte de mí, algo que no puedo controlar.

Pero incluso alguien como yo necesita un respiro, una pausa de toda esa ira que me consume. Y para mí, esa pausa, ese respiro, tiene un nombre: T/N. Ella es mi refugio, mi calma en medio de la tormenta. Una mujer tranquila, de piel blanca, ojos cafés y cabello güero lacio que cae en suaves ondas hasta su cadera. Siempre tiene una sonrisa serena en sus labios rojos, y esa sonrisa es suficiente para calmar cualquier tormenta dentro de mí.

T/N es comprensiva, dulce, y siempre sabe qué decir para apaciguar mi temperamento. No importa cuán furioso esté, ella tiene esa habilidad de hacer que todo parezca menos terrible. A veces, cuando las cosas se ponen realmente mal, mis hermanos le suplican que se quede en casa conmigo. Saben que si ella no está cerca, me convierto en un verdadero monstruo, imposible de manejar.

Y no puedo culparlos. Cuando T/N y yo estamos separados por alguna razón, mi temperamento se vuelve aún más insoportable. Es como si toda la rabia acumulada explotara, y los pobres de mis hermanos terminan pagando el precio. Pero cuando ella está cerca, todo cambia. Su presencia me calma, y eso es algo que no puedo explicar.

Aunque no lo demuestro abiertamente, me encanta cuando T/N me besa el rostro, dejando pequeñas marcas de su labial en mi piel. Es algo tan simple, pero significa mucho para mí. Cada beso es como una chispa que apaga las llamas de mi enojo, al menos por un tiempo.

Me gusta cuando se sienta en mis piernas, acurrucándose contra mí, y me da besos largos y lindos. Esos momentos son los únicos en los que me permito sentir un poco de paz. Y aunque no suelo mostrarlo, esos besos me llenan de un calor que solo ella puede darme.

A veces, no puedo evitar tomarla de la cintura, colocando mis manos en sus glúteos y apretando un poco. Es mi forma de decirle que la deseo, que la necesito cerca. Y me da mucho orgullo dejar marcas en su cuello, pequeñas señales de que ella me pertenece. Quiero que todos lo sepan, que todos vean que ella es mía y que nadie más puede tenerla.

T/N es mi equilibrio, mi ancla en este mar de ira en el que vivo. Con ella, puedo ser alguien un poco mejor, alguien un poco más humano. Y aunque a veces me cuesta expresar lo que siento, ella lo sabe. Sabe que la amo, que la necesito, y que sin ella, estaría perdido.

Al final del día, tener a T/N a mi lado es lo único que realmente importa. Con ella, puedo enfrentar cualquier cosa, incluso a mí mismo. Y eso, para mí, es el mayor regalo que podría tener. Un amor que me calma, que me entiende, y que me acepta tal como soy, con todos mis defectos y mi furia.

Y por eso, siempre lucharé por mantenerla a mi lado, porque sin ella, mi mundo se desmoronaría. Con T/N, puedo encontrar la felicidad, incluso en medio de la oscuridad que a menudo me rodea.