𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

KARAKU

= Es un sinvergüenza MUY enamorado.

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La vida en el barrio siempre ha sido un caos, pero para mí, Karaku, eso solo lo hace más emocionante. Crecí rodeado de problemas, peleas, y conflictos. Nunca fui el tipo de chico que se queda callado o se hace a un lado; siempre he sido atrevido, coqueto, y muy peleonero. Eso me ha ganado muchos enemigos, especialmente entre los hombres que me odian por ser quien soy. Pero, para ser sincero, no me importa. Las mujeres me aclaman, y eso me basta.

Cada día en la escuela es igual. Siempre hay alguna mocosa que se me acerca, intentando declararme su amor, con ojos brillantes y expectativas en su mirada. Y siempre, sin falta, las rechazo. Lo hago con una sonrisa en el rostro, disfrutando del momento en que sus esperanzas se desmoronan. Mis hermanos no entienden por qué lo hago. Ellos me preguntan constantemente, queriendo saber cuál es el misterio detrás de mis rechazos. Y siempre les doy la misma respuesta: "Ya tengo a alguien."

Pero la verdad es que no se trata de 'alguien'. Se trata de ella. Su nombre es T/N, una chica con rasgos asiáticos y latinos, pequeña, de piel blanca como la nieve, ojos azules como el cielo y cabello corto ondulado que le cae con gracia sobre los hombros. Es todo lo contrario a mí. Inocente, precavida, y estudiosa, no le gusta las peleas ni el drama.

Nadie podría imaginar que una chica así sería mi novia, pero lo es. Y eso es lo que la hace aún más especial para mí. La primera vez que me di cuenta de que ella era diferente fue cuando, con mi habitual descaro, le toqué un pecho. Pensé que sería divertido, pero lo que no esperaba era su reacción. Con un grito que podría haber derribado paredes, me lanzó un golpe tan fuerte que me dejó un moretón que duró semanas.

Ese fue el momento en que supe que T/N era la única para mí. No era como las demás chicas que se deshacían por un poco de atención. Ella era fuerte, auténtica, y no tenía miedo de ponerme en mi lugar. Eso me encantó. Desde entonces, he sido muy amoroso con ella, aunque mi naturaleza coqueta nunca desapareció.

Me encanta robarle besos cuando menos lo espera, verla sonrojarse y ponerse nerviosa. A veces, le susurro al oído lo bonita que se vería sin ropa, solo para ver cómo sus mejillas se tiñen de rojo y me lanza esa mirada de incredulidad que tanto me gusta. Es adorable cuando se pone así, aunque sé que la estoy sacando de su zona de confort. Pero a pesar de todo, ella me ama.

Y yo también la amo. Puede que sea un desastre, un peleonero y un coqueto, pero con T/N, soy alguien diferente. Ella me hace querer ser mejor, aunque no siempre lo logre. Su inocencia, su bondad, y su amor me han cambiado, aunque siga siendo un alborotador en el fondo.

Al final del día, lo que importa es que estamos juntos. Nos complementamos, como el día y la noche, como el caos y la calma. Ella es la paz que tanto necesito, y yo soy la chispa que le da emoción a su vida.

Nuestro amor es algo que nadie entiende, y eso es lo que lo hace tan especial. Porque, a pesar de todo, hemos encontrado la felicidad el uno en el otro. Y eso, para mí, es todo lo que necesito.