𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

OMEGAS

Algunos personajes siendo omegas y tu alpha, aunque no parezca que ellos son los que muerden la almohada.

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Sanemi:

Sanemi siempre fue un tipo duro, alguien que jamás mostraba debilidad. Como uno de los más fieros cazadores de demonios, su fuerza y determinación eran inquebrantables... al menos durante el día. Sin embargo, en las noches, cuando estaba con T/N, su carácter se transformaba. Ella tenía esa capacidad de hacerlo ceder, de mostrar su lado más vulnerable, de hacer que su orgullo de Omega no fuera más que humo.

—No creas que vas a... —comenzaba a decir con su típico tono desafiante, pero en cuanto T/N se acercaba, su actitud cambiaba, volviéndose sumiso bajo su toque firme.

Una vez en la cama, él, Sanemi, que siempre estaba en control, era el que mordía la almohada, intentando contener los gemidos que su Alfa arrancaba de su interior. Aunque le costara admitirlo, el calor que sentía al estar con ella era imposible de ignorar, y el orgullo se desvanecía ante el puro deseo.

—Maldita sea... no pares... —susurraba, su cuerpo temblando, mientras se entregaba completamente a ella.

Uzui Tengen:

Uzui Tengen era conocido por su extravagancia, su fuerza y su estilo inigualable. No era el tipo de hombre que mostraba debilidad. Pero, en la intimidad con T/N, todo eso cambiaba. Ella lo conocía mejor que nadie, sabía cómo manejarlo, cómo tocarlo para hacer que ese orgullo Omega quedara reducido a nada.

—¿Quién diría que alguien tan llamativo como yo estaría así...? —susurraba, con una mezcla de diversión y sumisión mientras sus manos se aferraban a las sábanas.

Cuando T/N tomaba el control, su cuerpo reaccionaba antes que su mente. Se sentía increíblemente vivo bajo su poder. Su voz profunda se volvía entrecortada mientras los gemidos se escapaban de sus labios, mordiéndose la almohada en un intento de controlarse.

—Eres tan dominante... —decía con una sonrisa rendida, mientras su cuerpo temblaba de placer. Esa noche, como siempre, sería ella la que marcaría el ritmo, mientras él se dejaba llevar.

Inosuke:

Inosuke siempre había sido impulsivo, salvaje y lleno de orgullo. Nunca se imaginó a sí mismo como alguien que pudiera ser dominado, mucho menos por una Alfa como T/N. Pero cuando estaban a solas, todo ese salvajismo desaparecía. Con ella, Inosuke se sentía vulnerable de una forma que jamás mostraría frente a otros.

—¡No necesito que me domines! —gruñía al principio, luchando por mantener su independencia, pero tan pronto como T/N lo tenía bajo su control, su resistencia se desmoronaba.

Sus gritos de desafío se transformaban en suspiros ahogados, y finalmente, Inosuke terminaba mordiendo la almohada, tratando de ahogar los sonidos que escapaban de él mientras su Alfa lo reclamaba.

—¡Maldita sea! ¿Por qué me haces sentir así? —se quejaba, pero su cuerpo ya no le pertenecía; era de ella, completamente.

Muzan Kibutsuji:

Muzan, el rey de los demonios, siempre había sido el ser más temido y respetado. Nadie podría imaginar que él, el todopoderoso, tuviera un lado Omega, y mucho menos que una Alfa como T/N lo hiciera doblegarse de esa manera. Sin embargo, cuando estaban solos, incluso Muzan no podía escapar de sus instintos.