El tren infinito se había detenido, envuelto en humo y cenizas, luego de la derrota de Enmu. Pero la victoria no duró mucho. Apenas había tiempo para recuperar el aliento cuando una presencia oscura, poderosa y aterradora se hizo sentir. Desde las sombras de la noche, apareció Akaza, una de las Doce Lunas Superiores, con una sonrisa fría en el rostro.
Rengoku, aún cansado pero sin dejarse intimidar, se colocó entre Akaza y los cazadores de demonios más jóvenes. Sabía que este combate sería su mayor prueba, y sin dudarlo, desenvainó su espada, listo para enfrentarse al demonio. Pero lo que ninguno de los demás cazadores sabía era que Akaza no estaba ahí solo para luchar... él había venido por T/N, la hermana menor de Rengoku.
T/N, como su hermano, era una cazadora excepcional, pero durante el caos, había estado ayudando a los pasajeros heridos a escapar y asistiendo a Tanjiro, que aún sufría por la grave herida en su abdomen. A pesar de sus habilidades, no podía unirse a la batalla hasta asegurarse de que los civiles estuvieran a salvo y que Tanjiro no muriera desangrado. Su corazón estaba dividido: quería correr hacia donde estaba su hermano, luchar a su lado, pero también tenía una responsabilidad hacia aquellos que dependían de ella.
Los gritos y el choque de espadas resonaban a lo lejos mientras Akaza y Rengoku se enfrentaban. Akaza, sin embargo, no dejó de dirigir su mirada hacia T/N, observándola con intensidad, incluso mientras intercambiaba golpes mortales con su hermano.
"¡T/N!", gritó de repente Akaza, desviando su atención de la batalla. "No tiene que ser así. ¡Conviértete en demonio y estaremos juntos para siempre! No tienes que sufrir como ellos, no tienes que morir como tu hermano lo hará hoy."
T/N, que hasta entonces había estado concentrada en ayudar a Tanjiro, levantó la vista al escuchar aquellas palabras. Akaza no la había olvidado, y el corazón de ella se encogió de tristeza. Sabía que ese momento llegaría; el demonio había estado obsesionado con ella desde su primer encuentro, cuando había intentado convencerla de que se uniera a él. Pero T/N, aunque conmovida por el trágico amor que Akaza sentía por ella, jamás traicionaría a su humanidad ni a su hermano.
Mientras Rengoku luchaba con todas sus fuerzas, T/N observó el golpe devastador que Akaza le propinó: un puño atravesando el pecho de su hermano, rompiendo carne y hueso. Su respiración se detuvo por un instante, y la desesperación comenzó a llenar su pecho. Corrió hacia donde estaba, dejando atrás a Tanjiro, que apenas podía mantenerse consciente.
"¡Kyojuro!" gritó con una voz desgarradora, mientras se apresuraba hacia la escena. Pero antes de que pudiera llegar, Akaza volvió a hablarle, esta vez con una urgencia en su tono que nunca había mostrado antes.
"T/N, si te conviertes en demonio, podrás salvar a tu hermano. ¡Podremos estar juntos! Eres fuerte, y juntos, seremos invencibles."
Pero ella ya no escuchaba. Su corazón estaba con Rengoku, con su amado hermano, quien aún luchaba a pesar de su herida mortal. Akaza extendió su mano hacia ella, ofreciéndole una eternidad juntos, pero T/N lo miró con una tristeza profunda en los ojos, una tristeza que él no comprendía.
T/N levantó su espada con decisión y la arrojó hacia Akaza, apuntando directamente a su cuello. Aunque el demonio lo esquivó con rapidez, se vio obligado a retroceder. Su oferta de inmortalidad y amor eterno fue rechazada, y lo peor de todo para él fue ver el sufrimiento en los ojos de T/N mientras se arrodillaba junto al cuerpo moribundo de su hermano.
"Te amo, Kyojuro", murmuró T/N, con lágrimas cayendo por su rostro mientras Rengoku, a pesar del dolor insoportable, sonreía. Su sonrisa era pacífica, incluso triunfante. "Sigue tu camino, hermana. Elige lo que tu corazón quiera... siempre estaré contigo", fueron las últimas palabras que dejó escapar antes de cerrar los ojos para siempre, con la misma sonrisa calmada que siempre lo había caracterizado.
T/N lloraba desconsolada mientras sostenía el cuerpo sin vida de su hermano. En ese momento, Akaza intentó acercarse nuevamente, pero el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, obligándolo a retroceder aún más.
Tanjiro, que había logrado levantarse a duras penas, lanzó un ataque desesperado hacia Akaza, gritando insultos y acusaciones llenas de rabia. "¡Rengoku nunca te perdonará! ¡T/N nunca te seguirá! ¡Eres un cobarde!"
Pero Akaza no escuchaba a Tanjiro. Solo tenía ojos para T/N, que lloraba en el suelo, abrazando a su hermano muerto. La tristeza y la frustración se apoderaron de él, viendo cómo el sol ascendía, obligándolo a retirarse una vez más. En su interior, sabía que había perdido. Había perdido a Rengoku y, con él, la última esperanza de que T/N aceptara su oferta de amor inmortal.
"Lo perderás todo si no vienes conmigo", susurró Akaza, con amargura en su voz. Pero ella no le respondió. Sus lágrimas eran todo lo que quedaba en ese momento.
Con el primer rayo de sol tocando su piel, Akaza desapareció en las sombras, dejando atrás a T/N, rota y sola junto al cuerpo de su hermano, mientras él se marchaba, sabiendo que la batalla había terminado no solo en el campo, sino en su propio corazón.
Se había ido, derrotado no solo por el amanecer, sino por un amor que nunca sería correspondido.
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Si se me salieron mis lágrimas al escribir esto :(