𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

LA LEYENDA DE LA NAHUALA/especial Día de Muertos.

Aquí con los especiales del Día de Muertos.

Espero y les guste :)

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Era una noche oscura en el legendario Pueblo de Puebla, cuando T/N, nuestra valiente protagonista, estaba a punto de enfrentarse a la aventura de su vida. Todo comenzó cuando su hermano Zenitsu, conocido en el pueblo como el miedoso número uno, fue secuestrado por el espíritu de la Nahuala. Sin pensarlo dos veces, T/N decidió armarse de valor y entrar a la antigua casona, decidió rescatarlo.

Al entrar, T/N sintió una presencia que le recorrió la piel de pies a cabeza. La mansión era espeluznante, pero ella mantenía la calma... hasta que una figura apareció a su lado. Era el espíritu de una joven de cabello oscuro y expresión solemne, mirándola con una seriedad abrumadora.

—¿Quién eres? —preguntó T/N.

—Soy Giyu Tomioka, sirviente de la casona. Bueno, de cuando estaba vivo —respondió él, casi como si lo estuviera grabando.

Antes de que T/N pudiera reaccionar, escucharon un par de risas agudas y traviesas que venían de unos niños esqueletos: eran Tanjiro y Nezuko Kamado, dos calaveritas curiosas que habían estado vagando en la mansión desde hace años.

—¡Hola! Somos los Kamado. Vamos a ayudarte, T/N —dijo Tanjiro, su calaverita tintineando mientras saltaba hacia ella—. ¡Si vas a enfrentar a la Nahuala, necesitarás ayuda!

—¡Eso mismo! —dijo Nezuko con entusiasmo—. Ya rescatamos a otros antes... bueno, al menos lo intentamos. ¡Hasta rescatamos a un gatito una vez!

Con un equipo tan inesperado, T/N, Giyu, Tanjiro y Nezuko se aventuraron por la mansión. Mientras exploraban, escuchaban un fuerte carraspeo y una voz pomposa que venía de un retrato en la pared. De repente, una figura apareció frente a ellos: era el Conde Uzui, un espíritu engreído y lleno de dramatismo, con una capa elegante y una ristra de títulos que parecía interminable.

—¡Ohhh, plebeyos de bajo nivel! —exclamó Uzui, colocándose dramáticamente una mano en el frente—. Soy Tengen Uzui, Conde Supremo de los Ecos de la Eternidad, Guardián de los Vientos Estilizados y Maestro de lo Deslumbrante. Y también... bueno, mejor que no les diga más, o no terminaré nunca.

Tanjiro y Nezuko miraron a T/N con una mezcla de confusión y gracia, mientras T/N levantaba una ceja.

—¿Nos vas a ayudar o solo estás aquí para presumir? —preguntó, un tanto impaciente.

Uzui hizo un además teatral con su capa. —¡Por supuesto que los ayudaré! Pero antes... ¡admírenme en todo mi esplendor!

Tras el monólogo dramático de Uzui, el grupo finalmente avanzó. De repente, sintieron una fuerza oscura que los envolvía, y una enorme puerta se cerró detrás de ellos, separándolos de Zenitsu, quien había estado llorando a gritos en el piso de al lado.

T/N intentó forzar la puerta para liberar a su hermano, pero al no lograrlo, decidió investigar. En su búsqueda, terminó en una biblioteca enorme. Allí conoció a un ser peculiar, un alebrije de colores vivos y mirada encendida.

—¡Hola! Soy Rengoku, el Alebrije de las llamas eternas y protector de los secretos de este lugar. —Su pelaje brillaba como el fuego, y tenía una energía tan positiva que hasta Giyu dejó escapar una ligera sonrisa.

A su lado, un espectro con armadura, Sanemi, observaba con expresión ruda y los brazos cruzados.

—Yo soy Sanemi —dijo de forma abrupta—. Y si quieres derrotar a la Nahuala, debes ser lista. Aunque... no creo que logres.