𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

OMEGAVERSE/ AKAZA

*:No te dejará ir tan fácilmente

Akaza omega/Lectora alpha.

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Era una noche tranquila cuando el suave murmullo de la lluvia golpeaba las ventanas de una pequeña casa en el centro de la ciudad, justo en el lugar donde vivía Akaza. Desde hacía semanas, él había hecho de su hogar un refugio seguro para T/N, su amiga  alfa, después de que su prometido Douma, un omega de semblante encantador, la había dejado plantada en el altar. T/N, destrozada por la humillación y el dolor, había encontrado en Akaza un pilar de apoyo y comprensión que jamás imaginó.

Akaza siempre había estado allí, escuchando sus desahogos, preparando sus tazas de té, cocinando sus platillos favoritos, haciéndola reír para que, al menos por un momento, olvidara la tristeza que la invadía. Su amor por ella había nacido mucho antes de que Douma apareciera en su vida, y ahora que él había desaparecido, Akaza sintió como si el destino le estuviera dando una oportunidad.

Cada día que pasaba, Akaza se enamoraba más profundamente de ella, y, aunque sabía que la relación entre ambos era complicada, su corazón no podía evitar latir con fuerza cada vez que la veía. T/N, por su parte, comenzó a apreciar la bondad de Akaza, y le agradecía constantemente por estar ahí, por no abandonarla ni un solo instante.

Una noche, cuando los dos compartían un momento tranquilo, T/N se acercó a él y le tomó las manos, con una mirada llena de gratitud y cariño.

—Akaza, no sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí... —le dijo, sonriendo levemente.

Akaza sintió que su corazón saltaba. Sus ojos brillaron, esperanzado. En esos momentos pensé que quizás, solo quizás, ella también estaba empezando a sentir algo por él.

—T/N, no tienes que agradecerme nada... Tú mereces ser feliz y yo solo quiero estar a tu lado para ayudarte a encontrar esa felicidad —respondió, mirándola con dulzura.

El tiempo continuó avanzando, y Akaza comenzó a creer que tal vez la vida le sonreiría finalmente. Sin embargo, una noche su paz se rompió.

Cerca de la medianoche, alguien llamó a la puerta de su casa con urgencia. Akaza abrió, con el corazón en un puño, y ahí estaba T/N. Su rostro estaba marcado por lágrimas, sus ojos hinchados y su expresión rota. Apenas lo vio, se lanzó a sus brazos.

—Akaza... ¡Douma está de regreso! —le dijo entre sollozos—. Fue a mi casa, me pidió disculpas... me dijo que quiere recuperarme.

Akaza la abrazó, pero en su interior comenzó a sentir un torrente de emociones: el dolor de verla nuevamente confundida, la rabia de que Douma regresara para interrumpir la paz que ambos estaban construyendo.

—¿Te dijo el porqué lo hizo? ¿Por qué te dejó aquel día? —preguntó, con una voz cargada de amargura.

T/N avanzando lentamente, apartándose un poco para mirarlo. Sus ojos reflejaban tristeza y confusión.

—Dijo que tenía miedo, que no estaba listo... y que me amaba más de lo que podía soportar —murmuró, intentando encontrar algún consuelo en sus palabras.

Akaza sintió un nudo en el estómago. Él, que había estado allí sin dudar, era quien realmente la amaba de forma constante, sin egoísmos ni miedos. Douma había aparecido solo para destruirla y ahora regresaba como si nada hubiera pasado.

Con suavidad, Akaza le acarició el rostro y le habló con voz baja pero firme:

—T/N, yo siempre estaré aquí para ti. Pero quiero que pienses en esto... si Douma realmente te amaba, ¿por qué te abandonó cuando más lo necesitabas? —sus ojos la miraron con dolor—. No quiero verte sufrir otra vez, no quiero que te rompan de nuevo.

T/N se quedó en silencio, con la mirada perdida, asimilando sus palabras. Sabía que Akaza tenía razón, pero la confusión la atormentaba. ¿Podría volver a confiar en Douma? ¿Deberías escuchar su disculpa y darle otra oportunidad? En medio de su confusión, tomó una decisión impulsiva y se inclinó hacia Akaza, besándolo con suavidad.

Él respondió al beso, con una mezcla de ternura y desesperación. Ese momento, tan esperado por él, se sintió amargo. Aunque amaba a T/N, sabía que ella aún guardaba sentimientos confusos hacia Douma, y ​​eso desgarraba su corazón.

—Akaza, te necesito... No sé qué hacer... —susurró ella, apoyando su frente contra la de él.

Él le dio un pequeño beso en el frente, como si intentara darle el valor para tomar la decisión correcta.

—T/N, yo te amo y estaré contigo sin importar qué elijas. Pero si alguna vez decide seguir adelante, si decides dejar a Douma en el pasado... estará aquí, esperando por ti.

Ella lo abrazó con fuerza, aferrándose a él como a un salvavidas en medio de su tormenta emocional. Akaza, mientras la abrazaba, juró que no permitiría que Douma la volviera a lastimar de nuevo, y que lucharía por ser el amor que ella realmente merecía.

Esa noche, cada día en la vida de Akaza se convirtió en una batalla entre el deseo de que T/N lo eligiera y el temor de que Douma volviera a ganarse su corazón.

parte 2?