𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

CELOS

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Algunos pilares y cazadores siendo celosos sin ser nada :)

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Zenitsu Agatsuma

Zenitsu no era alguien que ocultara sus emociones, y menos cuando se trataba de T/N. El simple hecho de verla sonreírle a alguien más lo ponía al borde del pánico. Un día, mientras estaba en la aldea, vio a un joven guerrero que parecía disfrutar demasiado de la compañía de T/N, y Zenitsu sintió cómo la rabia y la inseguridad se apoderaban de él.

"¿Por qué está tan cerca de ella? ¡¿Y por qué ella no se aleja?!", pensaba Zenitsu, sus manos temblando mientras se mordía los labios. Quería correr hacia ellos, tomar a T/N de la mano y llevársela lejos, pero sabía que no tenía ningún derecho. Después de todo, no eran nada... al menos no oficialmente.

Pero eso no detuvo su lengua. Con el rostro enrojecido y la voz entrecortada, se acercó a T/N y al otro guerrero, interrumpiendo su conversación con un nervioso, "¡Eh, T/N! ¿Podemos... hablar un momento? ¡Es urgente!"

T/N lo miró con curiosidad, y aunque el guerrero frunció el ceño, Zenitsu no se dejó intimidar. Tan pronto como estuvieron solos, Zenitsu no pudo contenerse. "No me gusta verlo tan cerca de ti. Sé que no tengo derecho a decirlo, pero... no puedo evitarlo. Me duele ver a alguien más ocupando el lugar que quiero en tu vida."

Obanai Iguro

Obanai siempre había sido reservado, especialmente cuando se trataba de sus sentimientos por T/N. A menudo se quedaba a cierta distancia, observándola con sus ojos agudos, protegiéndola en silencio. Pero un día, notó que un compañero cazador de demonios estaba pasando demasiado tiempo con ella, su cercanía despertando algo oscuro en el corazón de Obanai.

Su serpiente Kaburamaru siseó, reflejando la agitación de su dueño. "No deberías estar tan cerca de ella", pensó Obanai, sintiendo la tensión en sus músculos mientras observaba. Sabía que no tenía derecho a interferir, que no había confesado sus sentimientos a T/N. Aun así, no podía soportar ver cómo alguien más se acercaba tanto a la única persona que le importaba.

Finalmente, no pudo contenerse más. Se acercó a T/N y al otro cazador, su voz baja pero firme. "T/N, necesitamos hablar. Es importante." Cuando ella asintió, lo siguió a un lugar apartado.

"Obanai, ¿qué ocurre?", preguntó ella, preocupada.

Él la miró, luchando con las palabras que nunca había dicho en voz alta. "No me gusta verlo tan cerca de ti. No puedo reclamar nada, pero... simplemente no puedo soportar la idea de que alguien más se acerque a ti como yo quisiera hacerlo."

Genya Shinazugawa

Genya siempre había sido el tipo de persona que mantenía sus sentimientos ocultos, especialmente cuando se trataba de T/N. La admiraba desde lejos, sus propios miedos e inseguridades impidiéndole acercarse demasiado. Pero un día, mientras la observaba hablar y reír con otro cazador, sintió algo arder dentro de él: celos.

"¿Por qué tiene que estar tan cerca de ella?", se preguntaba, su mandíbula apretándose con frustración. No tenía derecho a sentirse así; después de todo, no había declarado sus sentimientos por ella. Pero la idea de que alguien más pudiera ocupar su lugar lo volvía loco.

Incapaz de soportarlo más, Genya se acercó a ellos, su tono más brusco de lo que pretendía. "T/N, ¿puedo hablar contigo? Es... es importante."

Cuando estuvieron a solas, Genya se pasó una mano nerviosa por el cabello. "Sé que no tengo derecho a sentirme así, pero me enoja ver a alguien tan cerca de ti. Me duele, y no sé cómo manejarlo. No quiero perder la oportunidad de estar a tu lado."

Murata

Murata, siempre el amable y tranquilo cazador, no solía dejarse llevar por los celos. Pero cuando vio a T/N riendo y conversando con otro cazador, algo dentro de él se agitó. Una sensación de incomodidad se instaló en su estómago, y por primera vez, Murata sintió el aguijón de los celos.

No quería interrumpir, no quería parecer inmaduro o posesivo, pero cada vez que escuchaba la risa de T/N dirigida a otro, sentía cómo su corazón se hundía. Sabía que no tenía derecho a reclamar nada, pero eso no lo hacía sentir mejor.

Finalmente, incapaz de soportar más la sensación, se acercó a T/N cuando estuvo sola. "T/N, ¿podemos hablar un momento?", dijo, intentando mantener su voz calmada.

"Claro, Murata, ¿qué pasa?", respondió ella con una sonrisa que solo hizo que su corazón doliera más.

"No me gusta admitirlo, pero... me puse celoso al verte con él. Sé que no debería, pero no puedo evitarlo. Quiero estar a tu lado, y me duele pensar que alguien más pueda ocupar ese lugar."

Kagaya Ubuyashiki

Kagaya, como líder de los cazadores de demonios, siempre había mantenido una compostura serena y comprensiva. Pero cuando se trataba de T/N, alguien por quien tenía un afecto profundo y silencioso, no podía evitar sentir una punzada de celos al ver a otro cazador pasar tiempo con ella.

Aunque sabía que no podía demostrar sus emociones de manera abierta, la idea de que alguien más pudiera ganar el corazón de T/N lo inquietaba. "No tengo derecho a sentirme así", se decía a sí mismo, "pero no puedo evitarlo".

Finalmente, en un momento privado, decidió hablar con T/N. "T/N, hay algo que necesito decirte", comenzó, su voz suave pero seria. "He visto cómo te acercas a ese cazador, y aunque sé que no tengo derecho a reclamar nada, no puedo evitar sentir celos. Me importa mucho lo que pase contigo, más de lo que debería admitir."

Yoriichi Tsugikuni

Yoriichi, el cazador de demonios más poderoso de su época, siempre había sido reservado en cuanto a sus sentimientos. Pero T/N había despertado algo en él que no podía ignorar. Verla tan cerca de otro hombre, riendo y conversando, provocó un torbellino de emociones que Yoriichi no estaba acostumbrado a sentir.

"Es incorrecto que me sienta así", pensaba, su mente luchando contra el impulso de intervenir. Pero la idea de que alguien más pudiera estar cerca de T/N lo llenaba de una tristeza que no podía explicar. Sabía que no tenía derecho a reclamar nada, pero eso no lo hacía menos doloroso.

Finalmente, se acercó a T/N cuando estuvieron a solas. "T/N, necesito hablar contigo", dijo, su tono serio pero gentil.

Ella lo miró con preocupación. "¿Qué pasa, Yoriichi?"

Él suspiró, bajando la mirada por un momento antes de encontrar sus ojos. "No debería sentir celos, pero no puedo evitarlo. No quiero que alguien más esté tan cerca de ti como yo desearía estar. Me importa mucho tu felicidad, y eso es lo que me preocupa."

Que bonito