= Todo ser poderoso tiene una debilidad.
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Soy Kokushibo, la Luna Superior Número Uno, un demonio de poder inigualable, inmortal y despiadado. Durante siglos, he caminado por este mundo, dejando un rastro de destrucción a mi paso. Mi corazón, si es que alguna vez tuve uno, se ha endurecido tanto que creía que nada ni nadie podría conmoverlo. Sin embargo, me equivoqué.
Mi caída comenzó una noche de luna nueva, cuando fui gravemente herido por un cazador cuyo rostro no pude distinguir. Apenas escapé con vida, tambaleándome por el bosque hasta que mi cuerpo ya no pudo más y colapsé en un claro. Fue entonces cuando una pequeña figura apareció, una mujer de aspecto frágil pero con una determinación en sus ojos que me desconcertó.
Ella me llevó a su cabaña, una simple estructura de madera en medio del campo. Su nombre era T/N, y aunque al principio temblaba de miedo, pronto se dedicó a curar mis heridas con una gentileza que no merecía. Me pregunté por qué me ayudaba, sabiendo bien lo que soy, y su respuesta fue simple: "No puedo dejar a alguien herido sin ayudar. Es... es lo correcto."
Durante dos días, T/N cuidó de mí, y cada acto de bondad que me brindaba encendía una chispa de rabia y confusión en mi interior. ¿Cómo podía ser que una criatura tan insignificante y débil pudiera afectar a alguien como yo? Su amabilidad era una burla a mi naturaleza, y sin embargo, no podía matarla. Algo en ella me lo impedía.
Al sanar completamente, me marché sin despedirme, decidido a olvidarla. Pero no pude. Volvía una y otra vez, observándola desde las sombras. Era patética en su torpeza, una mujer del campo sin habilidades ni fuerza, y sin embargo, no podía dejar de mirarla. Cada día que no la veía, una angustia inexplicable se apoderaba de mí.
Los hombres que intentaban acercarse a su casa eran eliminados sin piedad. No podía soportar la idea de que alguien más la tocara, de que alguien más pudiera recibir su atención. Mi amor por ella, si es que eso era, era oscuro y retorcido. No la quería para cuidarla ni para protegerla; la quería para mí, para poseerla de una manera que ni siquiera yo entendía del todo.
Me enfurecía la idea de no poder comerla, de no poder hacerla desaparecer en la oscuridad de mi hambre. Cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, una rabia interna luchaba contra un deseo carnal profundo y primitivo. Quería tomarla, hacerla mía en todos los sentidos posibles. Pero más allá de la lujuria, había algo más, algo que no podía nombrar.
Una noche, no pude resistir más. Entré en su cabaña mientras ella dormía, observándola respirar tranquilamente. Mi mano temblaba mientras se acercaba a su rostro, sin poder decidir si debía acariciarla o acabar con su vida. Despertó al sentir mi presencia, sus ojos reflejando sorpresa y un miedo contenido.
"¿Kokushibo?" susurró, su voz temblando ligeramente.
"Te vigilo," respondí, mi voz más fría de lo que sentía. "No puedo dejarte ir."
Ella se sentó lentamente, sus ojos buscando los míos. "¿Por qué?"
"Porque eres mía," declaré, mis palabras llenas de una convicción que me sorprendió. "No lo entiendo, pero no puedo dejar que nadie más te toque, te mire, te tenga."
Un silencio tenso llenó la habitación, su respiración acelerada mezclándose con la mía. La miré intensamente, deseando y odiando en igual medida. Deseaba poseerla, pero no podía destruirla. En su debilidad, en su insignificancia, ella se había convertido en mi mayor debilidad.
Cada día que pasa, lucho contra esta tormenta interna, protegiéndola de las sombras, eliminando cualquier amenaza. T/N no sabe la magnitud de mi obsesión, ni la profundidad de mi deseo. Ella sigue viviendo su vida sencilla, sin saber que su existencia ha condenado a un demonio a una batalla eterna entre el amor y la destrucción.
Soy Kokushibo, la Luna Superior Número Uno, y he encontrado en una pequeña mujer del campo mi mayor perdición.
Era tenerle miedo. No ganas.
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𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]
FanfictionEs el anime favorito de mi hermana y me amenazó si no lo hacía 😭 @Urogi-kunn