𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

GYUTARO

= Siempre será alguien hermoso para ti.

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En una oscura y escondida mansión en las profundidades del bosque, la Luna Superior Seis, Gyutaro y su hermana Daiki, mantenían un secreto que nadie conocía. Allí, en una habitación lujosamente decorada, vivía una mujer que había sido su salvación y su único amor cuando aún eran humanos. Su nombre era T/N, una geisha de una belleza y gracia incomparables.

Años atrás, cuando Gyutaro y Daiki eran humanos, vivían en la pobreza extrema, sin nadie que se preocupara por ellos. Un día, una joven geisha llamada T/N los encontró mendigando en las calles y, movida por la compasión, decidió cuidarlos. Les ofreció comida, refugio y amor, algo que jamás habían experimentado. Gyutaro, con su aspecto desgarbado y rudo, encontró en T/N a alguien que no lo juzgaba por su apariencia, sino que veía su verdadero ser.

El amor de Gyutaro por T/N creció con el tiempo, y aunque nunca se atrevió a confesárselo, juró protegerla siempre. Su devoción se convirtió en el motor de su existencia, incluso después de convertirse en demonios. La noche en que fueron transformados por Muzan, Gyutaro hizo una promesa silenciosa: sin importar cuánto cambiara, siempre cuidaría de T/N.

La mansión donde ahora vivían estaba protegida por poderosos hechizos demoníacos, y ningún cazador había logrado descubrir su ubicación. T/N, aunque prisionera, vivía rodeada de lujos y cuidados. Gyutaro se aseguraba de que nada le faltara y que estuviera siempre segura. Su amor por ella era tan intenso que a menudo se encontraba observándola mientras dormía, asegurándose de que estuviera a salvo de cualquier peligro.

Cada vez que un cazador demoníaco se acercaba, Gyutaro se convertía en una fuerza imparable, eliminando a cualquiera que osara amenazar su refugio. Para él, T/N era lo único que importaba, y no permitiría que nadie la alejara de su lado.

Una noche, mientras Gyutaro regresaba de una batalla con cazadores, entró silenciosamente en la habitación de T/N. Ella estaba sentada junto a una ventana, mirando las estrellas con una expresión melancólica. Al escucharlo entrar, se volvió y le sonrió con ternura.

—Gyutaro, has vuelto sano y salvo —dijo ella, levantándose para acercarse a él.

Gyutaro, conmovido por su preocupación, tomó su mano con suavidad.

—Siempre volveré por ti, T/N. Prometí cuidarte y lo haré hasta el final de mis días —respondió con una voz llena de emoción.

T/N sabía lo que Gyutaro había hecho para protegerla, y aunque a veces deseaba su libertad, no podía ignorar el profundo amor que él le tenía. Con el tiempo, había llegado a entender que su devoción era genuina y que, a su manera, él intentaba darle lo mejor.

—Gracias, Gyutaro. Sé que haces todo esto por mí, y aunque a veces me siento atrapada, también sé que lo haces por amor —dijo, acariciando suavemente su rostro.

Gyutaro cerró los ojos ante su toque, sintiendo una paz que solo T/N podía darle. La abrazó con ternura, prometiéndose una vez más que siempre la protegería.

—Nunca permitiré que nada te haga daño. Siempre estaré aquí para ti —murmuró, con el corazón lleno de amor y determinación.

Los días pasaban, y aunque la vida de T/N estaba lejos de ser normal, encontró consuelo en la constante presencia de Gyutaro y Daiki. A su manera, formaban una familia peculiar pero unida por lazos indestructibles.

Gyutaro, aunque un demonio poderoso y temido, siempre mostraba su lado más humano y vulnerable ante T/N. Su amor obsesivo era su mayor debilidad y su mayor fuerza. La mansión, escondida y protegida, se convirtió en su hogar, un lugar donde el tiempo parecía detenerse y donde el amor, aunque oscuro y retorcido, prevalecía.

En su refugio secreto, lejos del mundo exterior, T/N, Gyutaro y Daiki encontraron una extraña pero auténtica felicidad. Aunque el destino les había llevado por caminos oscuros, su amor les mantenía unidos, creando una historia de amor obsesivo pero eterno, sellado en las sombras de la noche.

ojito :)