𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙔𝙖𝙞𝙗𝙖 [ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ]

TANJIRO

= Se ven a escondidas.

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Cada día, me despierto con un peso en el pecho que no se va, una mezcla de amor y dolor que me sigue a donde quiera que vaya. Es difícil de explicar, pero cuando pienso en T/N, todo lo que siento se vuelve un torbellino en mi interior. Ella es todo para mí, y sin embargo, no podemos estar juntos de la manera en que lo deseo. Aún la amo, con cada fibra de mi ser, y sé que ella también me ama. Pero... no es el momento.

La vida no siempre es justa, y lo entendí cuando T/N y yo nos separamos. No fue por una traición o algo tan sencillo como una discusión tonta. Simplemente, la vida nos llevó por caminos diferentes, y aunque aún éramos las mismas personas, el tiempo no estaba de nuestro lado. La ruptura fue un golpe devastador para mí. Nunca me había sentido tan vacío, tan perdido. Recuerdo las lágrimas que derramé, el dolor que parecía consumir cada parte de mi ser. Y mis amigos... mis amigos y mi familia vieron lo que ella me hacía sentir, cómo me quebraba, y por eso la odiaron.

No es que T/N me haya hecho algo terrible; es solo que nuestro amor no podía florecer en ese momento, y eso me destrozó más de lo que cualquier traición podría haberlo hecho. Mis amigos no entendían eso. Veían mi dolor y lo asociaban con ella, cuando en realidad, el dolor provenía de algo más profundo, algo que ni siquiera yo podía comprender por completo.

Y, sin embargo, aunque todos pensaban que nos habíamos separado para siempre, la realidad era otra. Nos seguimos viendo a escondidas. Cada mensaje que recibo de ella, mi corazón late más rápido. Y no importa dónde esté, en la escuela o entrenando, siempre encuentro una excusa para salir corriendo hacia ella. Cuando estoy en sus brazos, todo el dolor desaparece, aunque sea solo por un momento. Sus besos... oh, sus besos. Son suaves y tiernos, a veces apasionados, y siempre tienen esa capacidad de robarme el aliento. Es en esos momentos cuando me doy cuenta de lo mucho que la amo y lo poco que quiero dejarla ir.

Pero a veces me pregunto por qué seguimos así, atrapados en este ciclo que parece no tener fin. Sé que no podemos continuar de esta manera para siempre. Pero cada vez que estoy con ella, todo parece encajar en su lugar, como si el mundo fuera un poco más brillante, un poco más soportable. Y entonces, me odio a mí mismo por no poder soltarla, por no ser lo suficientemente fuerte para dejar que se vaya de verdad.

Me río con mis amigos cuando se burlan de ella, y eso me mata por dentro. Siento que estoy traicionándola con cada carcajada fingida, pero no tengo elección. Si supieran que aún nos vemos, que aún la amo, probablemente me matarían. Mi hermana, Nezuko, no me lo perdonaría. Y mis amigos... perdería su respeto y su confianza. Así que me mantengo en silencio, soportando la culpa y el dolor, porque es mejor que perderla para siempre.

A veces, cuando estamos juntos y me pierdo en sus besos, me pregunto si alguna vez seremos capaces de dejar ir este amor. Tal vez nunca lo hagamos. Tal vez siempre estaremos atados el uno al otro por este hilo invisible que nos une, incluso cuando el mundo nos dice que debemos separarnos.

Pero por ahora, sigo corriendo hacia ella cada vez que me llama, atrapado entre el deseo de amarla y el dolor de saber que no es nuestro momento. Y mientras sus labios se encuentran con los míos, me pierdo en la esperanza de que, tal vez algún día, el tiempo esté de nuestro lado. Pero hasta entonces, seguiré amándola en secreto, como un fuego que arde en silencio, sin que nadie más lo sepa.

Soy la señal que dice que tu ex aún te extraña :)