Con paso apresurado y su mano firme sobre mi muñeca el señor Lynch me llevó hacia el hermoso jardín de la mansión, y luego de unos segundos de silencio se aclaró la garganta y dice:-¿Es verdad? ¿De qué se trata todo esto?
-Me temo que no comprendo, señor.
-¿Usted y Sebastián? ¿Lo hace a propósito?, ¿Es para darme algún tipo de lección?. Sabe perfectamente que Sebastián es...
-¿Su futuro cuñado?
-Sí- Dice con un largo suspiro lleno de frustración. -Han pasado solo unas semanas desde que se conocieron y ahora son...¿Pareja?.
-Simplemente así sucedieron las cosas, no lo hice a propósito.
-Entonces, ¿Realmente están enamorados?
Asiento con la cabeza en silencio.
-Pensé que...
-¿Qué cosa?
Adam se acerca y toma mi mano suavemente.
-Pensé que sentía algo por mí.
-¿Por qué pensaría eso?
-Por todo lo sucedido anteriormente, nuestras conversaciones, la confianza que teníamos.
-Pensé que solo éramos jefe y empleada, esa es la única relación que podríamos tener y lo dejó bastante claro. Digo mientras intento contener el enojo que siento al recordar su actitud hacia mí.
-Sí, sé que dije eso, pero. Se queda en silencio durante unos segundos.
-Además, está comprometido y no quiero involucrarme en esa situación. La señorita Charlotte ya me desprecia y ahora que estoy con Sebastián, es peor. Sin embargo, con Sebastián todo es mutuo, así que la opinión de ella no me preocupa.
-He estado reflexionando sobre lo ocurrido y sé que no debí actuar de esa manera ni decir aquellas palabras. Me disculpo por todo. También sé que debí ser sincero y decir lo mucho que significas para mí. Pensé que mis sentimientos se desvanecerían con el tiempo, pero no ha sido así. Al contrario, han crecido cada vez más. Sé que quizás sea muy tarde para decirlo, pero... te quiero.
Me quedo de pie sorprendida por lo que acabo de escuchar. No sé cómo responder a esas palabras y solo logro responder un nervioso "¿Qué dice?" salen de mis labios como un susurro.
-Lo que escuchaste.
Adam se acerca a mí.
-Te quiero y lo comprobé esta noche, no soporto la idea de verte con alguien más, me molesta verlos juntos, me molesta y me entristece que él pueda bailar contigo, que él pueda salir contigo públicamente sin temor y yo no.
-¿Por qué dice esas cosas?, usted está con Charlotte.
-Lo sé. Pero no siento nada por ella, solo estoy obligado a casarme con ella, no es algo que haya decidido, mi padre lo hizo por mí. No tuve la oportunidad de explicarte, todo sucedió tan rápido y me acobardé, pero no puedo ocultar más mis sentimientos, sé que tienes a Sebastián ahora, pero sentía que debía decirte todo esto.
Adam acorta la distancia entre nosotros, tomando suavemente mis manos.
-Le agradezco que haya sido honesto, pero sí, es muy tarde ahora. Lamento que tenga que casarse por obligación, pero no hay nada que yo pueda hacer.
-No tienes que hacer nada, es suficiente con que me hayas escuchado, necesitaba sacarme esto del pecho, y siento que no tendría otra oportunidad.
Ambos nos quedamos en silencio durante unos segundos mientras sostenemos la mirada y Adam se acerca hasta quedar a escasos centímetros de mi rostro.
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Duelo de destinos
RomanceMía, una diligente asistente de una renombrada corporación, ve su serenidad trastocada cuando una urgencia médica amenaza la vida de su madre. La solución yace en una operación de alto costo, un monto que escapa de sus posibilidades. Desesperada, Mí...