Los siguientes días Sebastián y yo empezamos a tener citas, pero ahora con un significado diferente. Es más amable que de costumbre conmigo, vamos juntos de la mano a cualquier lugar, y conversamos más, ya sea en persona o a través de chats. Tenemos varias cosas en común y me agrada conocerlo con mayor profundidad ahora.Esta noche vamos al cine y me pongo un conjunto nuevo para esta ocasión. Cuando estoy lista Sebastián viene por mí.
-¿Qué película veremos?. Pregunto mientras vamos en su auto hacia el centro comercial.
-Hay unas de terror en cartelera, ¿O prefieres algo más romántico?. Propone con una sonrisa.
-Cualquiera estaría bien.
Elegimos una película de terror de un apocalipsis zombi, la disfrutamos mientras comemos nuestras palomitas de maíz y refrescos.
Mientras hay una escena de ataque de los zombis a los protagonistas que me toma por sorpresa, me sobresalto provocando que me aferre al brazo de Sebastián. Cuando me doy cuenta aparto mis manos sonrojada.
Al terminar de ver la película vamos a comer en el comedor del centro comercial. Sebastián lleva sus lentes de sol para intentar ocultar su apariencia, aunque es inútil, un par de fans lo reconocen y se acercan para pedirle fotos.
Cuando terminamos de comer Sebastián se ofrece a llevarme a casa. Se estaciona en la entrada de mi casa y me despido, pero Sebastián me toma de la mano antes de bajarme.
-Mía, quiero decirte algo. Me he dado cuenta de que me siento muy cómodo contigo. Me gusta pasar tiempo contigo y me parece que somos muy compatibles.
-También me siento así. Me gusta cómo eres y cómo me tratas.
-Me alegra escuchar eso. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre. Sebastián se acerca a mí rostro. -Eres hermosa, Mía. Me encantaría poder pasar más tiempo contigo y ver dónde nos lleva esto.
Cuando se acerca más me aparto.-También yo, quiero que nos conozcamos mejor. Ten una linda noche.
Sebastián luce decepcionado, pero se aleja de mí. -Descansa, Mía. Sonríe mientras me bajo del auto.
Saludo a mi madre la que me nota ruborizada.-¿Estás bien?. Estás roja como un tomate. Mi madre sonríe.
-Nada, estoy bien.
-Mía, me alegra que las cosas vayan bien con Sebastián. No hace falta que me digas nada, te ves feliz y eso es suficiente para mí.
Asiento. -Gracias por decir eso. Sí, Sebastián es un buen hombre.
Mi mamá me toma de las manos. -Me doy cuenta. Lo más importante es que estés bien y si quieres estar con él, sabes que te apoyo en la decisión que tomes.
Le agradezco y le deseo buenas noches. Me preparo para ir a dormir, mi mamá no sabe mucho de lo que sucede en mi vida en el aspecto romántico; sin embargo, a veces parece que leyera mi mente.
Adam se encuentra en su departamento tomando una copa de vino. De repente suena el timbre intensamente, parece que alguien estaba desesperado al otro lado de la puerta. Adam cansado del ruido abre la puerta.
-Charlotte. ¿Qué haces aquí?.
-¿Qué te parece que hago?. ¿Pensaste mejor?. Sabes que te conviene este matrimonio.
Charlotte ingresa al departamento de Adam. Él la alcanza y la toma del brazo.
-Vete, no eres bienvenida.
-Sé que tienes un mes para cambiar de idea, y casi se cumple ese plazo.
-¿No puedes aceptar que no cambiaré de opinión?.
-Adam. Deja de ser terco. La empresa de tu familia sufrirá. ¿Acaso eso no te importa?. Dime algo. ¿A qué se debe esa actitud de rebeldía?. ¿De repente decidiste que no querías un matrimonio sin amor?. ¿Desde cuándo los sentimientos han sido importantes para ti cuando se trata de negocios?.
-¡La gente cambia, Charlotte!. Dice Adam con el ceño fruncido y apretando su agarre
Charlotte logra librarse. -¡Tú, no!. ¿Es por esa mujer?. ¡Resígnate!. Ella está con Sebastián.-No digas estupideces.
-Esa mujer me las pagará. El tono de Charlotte es amenazante. -Estoy harta de ella.
-¡Tú no harás nada!. Adam agarra a Charlotte de la barbilla, y luego la suelta. -Charlotte, vete de mi casa y no vuelvas.
Charlotte se encuentra furiosa y sale del departamento de Adam de mala gana. La noche de Adam ha sido agitada.
(Fin del capítulo 35)
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Duelo de destinos
RomanceMía, una diligente asistente de una renombrada corporación, ve su serenidad trastocada cuando una urgencia médica amenaza la vida de su madre. La solución yace en una operación de alto costo, un monto que escapa de sus posibilidades. Desesperada, Mí...