Capítulo 24: Decisión firme

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El ambiente en la oficina de Richard Lynch era tenso, como si el aire mismo se hubiera vuelto más denso. Adam, con la mandíbula apretada, avanzó hacia el escritorio de su padre. El señor Lynch, un hombre de negocios implacable y de mirada afilada, lo recibió con una ceja alzada.

-¿Qué es tan urgente, Adam?. Preguntó Richard, apartando los documentos que tenía sobre su escritorio. -Estoy ocupado.
Adam no se anduvo con rodeos. -Es sobre el compromiso con Charlotte, dijo, su voz firme.

El rostro de su padre se endureció.
-¿Qué sucede con eso? ¿Quieres posponerlo otra vez?.

-No, padre. Respondió Adam. -Quiero cancelarlo.

Richard Lynch se levantó de su silla, sus ojos azules clavándose en su hijo.

-¿Cómo puedes pensar en cancelar tu compromiso con Charlotte? Es una alianza crucial para nuestra empresa. Su familia tiene influencia en todo el mundo empresarial.

Adam sostuvo la mirada de su padre.

-No puedo casarme con alguien que no amo. No voy a sacrificar mi felicidad por el bien de la empresa.

-Solían ser pareja. Recordó Richard. Pensé que lo mejor sería tener a alguien que conocías.

-Sí, pero me traicionó. Dijo Adam con amargura. -No puedo vivir una mentira. Cada día me doy cuenta de que Charlotte no es la persona que quiero a mi lado.

-Adam, esto es un error, advirtió su padre. Charlotte es excepcional. No puedes desecharlo todo por un capricho.

-No es un capricho. Insistió Adam.

-Solo la justificas porque te conviene.

Richard Lynch guardó silencio antes de soltar una pregunta directa. -¿Es por una mujer?

Adam vaciló, pero finalmente dijo. -No responderé a eso.

Su padre lo miró con decepción.
-He trabajado toda mi vida para construir esta empresa, dijo Richard. -No puedo permitir que la destruyas por un capricho momentáneo. Si cancelas el compromiso, habrá consecuencias.

-¿Qué consecuencias?. Preguntó Adam.

- Desheredarte. Respondió su padre sin titubear. -Quitarte tu puesto actual y obviamente no serás mi sucesor. Puedo hacer que te arrepientas de esta decisión.

Adam sostuvo la mirada de su padre.
-Si eso es lo que debes hacer, entonces adelante. Pero no puedo vivir una vida sin amor.

-Entonces sí es por una mujer. Concluyó Richard.

Adam decide no responder.
-Adam, tienes un mes. Un mes para reconsiderarlo. Si decides seguir adelante con esto, no habrá vuelta atrás.

-No cambiaré de opinión, padre.
Adam se marchó de la oficina, sabiendo que había desafiado al hombre que lo crió. Pero también sabía que no podía renunciar a los sentimientos que tenía por Mía.

(Fin del capítulo 24)

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