Las siguientes semanas eran una tortura para Adam quien tenía que tolerar ver a Mía y a Sebastián juntos desde que anunciaron su relación ante los medios, los veía involuntariamente en la televisión, en la empresa cuando Sebastián visitaba a Mía con una sonrisa radiante y actitud cariñosa, tenía que guardar silencio mientras que por dentro sus sentimientos estaban a punto de estallar con ira y celos. Sin embargo, no podía hacer nada. Aún seguía comprometido con Charlotte, y Mía ya era feliz con Sebastián.Charlotte, la mujer con la que Adam estaba destinado a casarse, se paseaba por la oficina como si fuera su casa. Adam la recibía con una mezcla de incomodidad y resignación. Había aceptado su destino solo para satisfacer los intereses de su padre, aunque en realidad no era lo que deseaba. Charlotte era una mujer hermosa y elegante, pero su corazón pertenecía a Mía, su empleada inteligente y apasionada.
-Cariño, hoy deberíamos escoger el lugar y la comida que serviremos en la boda. No hemos avanzado con la organización porque siempre lo pospones por tus reuniones de trabajo.
-Charlotte, te he dicho que debes hablar con mi secretaria antes de venir.
-Y ya te he dicho que soy tu prometida. Tenemos que estar en la cita con el Wedding planner en una hora, así que vamos. No acepto negativas.
Charlotte se acercó a Adam y tomó su mano, él la apartó, pero decidió ir con ella de todos modos, aunque la idea le desagradaba enormemente.
Cuando llegaron a la cita con el organizador de bodas, Charlotte mostró un entusiasmo desmedido. Prácticamente escogió todo ella sola. Por su parte, Adam no se veía nada entusiasmado. Observaba los detalles de la boda con indiferencia, su mente divagando hacia Mía y cómo sería estar con ella sin restricciones.
-Al menos podrías fingir interés, es nuestra boda. Le reprochó Charlotte.
-Sabes que no quiero casarme contigo, no te amo. Respondió Adam con firmeza.Charlotte cruzó los brazos. -Lo sé. Pero eso no importa. Nos tenemos que casar, así que al menos deberías poner de tu parte. Charlotte deja escapar un suspiro. -Solías amarme. Podemos recuperar el tiempo perdido.
Adam apretó los puños. -Ese Adam que te amaba ya no existe, murió el día en que te vi con ese tipo. Fui ingenuo al pensar que siempre estabas agotada por tus clases en la universidad como para escribirme siquiera. Y el peor error fue querer sorprenderte. Viajar durante horas. ¿Todo para qué?. Para encontrarme a mi novia en la cama con otro.
Charlotte intentó tomar sus manos.
-Me he disculpado tantas veces. Podemos olvidar eso. Empecemos de nuevo. Sabes que todavía te amo.
Escuchar esas palabras de Charlotte terminaron de romper algo dentro de Adam, no podía creer el descaro de aquella mujer que quiso alguna vez.
Así que con voz firme respondió sin ocultar su irritación. -¿Amor? Charlotte, no puedes amar a nadie más que a ti misma. Ni siquiera sé por qué sigo con esto.
Adam, agotado, tomó aire profundamente y anunció su decisión: -Charlotte, no me casaré contigo.
Sabía que enfrentaría las consecuencias. Pero prefería afrontarlas antes que unirse a alguien que no era su elección. Se levantó y salió del salón de degustaciones, ignorando los gritos de Charlotte a lo lejos.
(Fin del capítulo 23)
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Duelo de destinos
Roman d'amourMía, una diligente asistente de una renombrada corporación, ve su serenidad trastocada cuando una urgencia médica amenaza la vida de su madre. La solución yace en una operación de alto costo, un monto que escapa de sus posibilidades. Desesperada, Mí...