Adam y Mía regresaron a su país después de su viaje de negocios en París. Aunque su amor florecía, la realidad les imponía restricciones. En la oficina, mantenían su relación en secreto, encontrándose en pasillos oscuros y compartiendo besos furtivos en los rincones más apartados.Un día, mientras Mía revisaba unos informes en su escritorio, Adam se acercó sigilosamente. Sus ojos se encontraron, y él le robó un beso apasionado. Mía sonrió, sintiendo que el mundo exterior desaparecía cada vez que estaban juntos.
La felicidad que Adam y Mía compartían parecía frágil, como una burbuja a punto de estallar. Pero, como en toda historia de amor, los obstáculos se interponían en su camino. Charlotte, la ex prometida de Adam, recibió una noticia devastadora que sacudió su mundo.
El padre de Adam, Richard Lynch, la llamó con solemnidad. -Charlotte, dijo, -Debo informarte que el compromiso entre tú y Adam queda oficialmente anulado. Las palabras resonaron en el aire, y Charlotte no podía creer lo que escuchaba.
-No es en serio. Murmuró Charlotte, incrédula. -Pensé que no iba a aceptar eso, señor. Su voz temblaba, y sus ojos buscaban desesperadamente una respuesta.
Richard Lynch la observó con seriedad. -Lo siento, Charlotte. Respondió. -Intenté persuadir a Adam para que lo reconsiderara. Incluso llegué al extremo de amenazar con quitarle su puesto en la compañía. Pero él es terco y decidido. Me demostró que le importaba más casarse por amor que cualquier otra cosa. Aceptó mi desafío de encargarse de los últimos negocios en el extranjero en mi lugar, y según los informes, ha cerrado los tratos con éxito. Debo aceptar mi derrota y respetar su voluntad.
Charlotte apretó los puños. -Yo no puedo aceptar eso, señor Lynch, exclamó con vehemencia. -Adam tiene que ser mío. La pasión ardía en sus ojos, y su corazón se debatía entre el amor y la ira.
-¡Charlotte!. Dijo Richard con firmeza.
-No repetiré mis palabras. El compromiso queda anulado. Hablaré con tu padre acerca de los negocios que teníamos previstos e intentaré persuadirlo. Pero te pido que aceptes la decisión de Adam.-¡No, no lo aceptaré!. Respondió Charlotte con determinación. Salió de la oficina de Richard Lynch, su mente llena de pensamientos tumultuosos. No podía rendirse sin luchar.
Llena de ira, Charlotte fue directamente a la oficina de Adam. Empujó la puerta con fuerza y lo encontró hablando con Mía. Los ojos de las dos mujeres se encontraron.Mía, sorprendida por la aparición de Charlotte, se levantó de su silla. Antes de que pudiera decir algo, Charlotte la abofeteó con furia. El sonido resonó en la oficina. Mía sintió la quemazón en su mejilla y miró a Adam, buscando apoyo. Adam tomó la muñeca de Charlotte con una furia que sorprendió a ambas mujeres.
-¿Qué te sucede?. Preguntó molesto.
-No voy a dejarte. Nos vamos a casar, Adam. Exclamó Charlotte, su voz temblorosa de emoción y desesperación.
-¡No, nuestro compromiso lo anulé hace mucho!. Afirmó Adam con determinación.
-¡No!. Se suponía que tu padre tenía que persuadirte.
-Veo que ya te dio la noticia. Él aceptó que anulara el compromiso, así que no tienes derecho a molestarme ahora.
-No voy a aceptar esto y menos por esa. Adam se colocó frente a Charlotte, bloqueándole el paso hacia Mía.
-No te voy a permitir que vengas a atacar a Mía. Declaró con firmeza. -¡Márchate!. No quiero verte de nuevo. Acepta que no existe un compromiso ahora.
La tensión en la habitación era palpable. Mía se limpió las lágrimas y se armó de valor. No permitiría que Charlotte la humillara. Se enfrentó a ella con determinación, sus ojos desafiándola. -Adam y yo nos amamos, dijo con voz firme. -No puedes forzar a alguien a estar contigo.
Charlotte tembló de rabia. -Esto no ha terminado, susurró antes de marcharse, dejando a Adam y Mía solos en la oficina.
Adam finalmente habló, tomando las manos de Mía entre las suyas. -Lo siento. Murmuró. -Todo esto es por mi culpa.
Mía negó con la cabeza. -No es culpa tuya, es de ella. Respondió Mía sintiendo que su amor por Adam era más fuerte que cualquier tormenta que se avecinara.
(Fin del capítulo 49)
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Duelo de destinos
RomanceMía, una diligente asistente de una renombrada corporación, ve su serenidad trastocada cuando una urgencia médica amenaza la vida de su madre. La solución yace en una operación de alto costo, un monto que escapa de sus posibilidades. Desesperada, Mí...