Me encontraba pensando en la confesión de Adam cuando el sonido de alguien tocando la puerta me alejó de esos pensamientos. Me levanto y luego de preguntar de quién se trataba abro la puerta.-Sebastián, es un poco tarde para una visita. Le dedico una débil sonrisa.
-Mañana nos vamos temprano.
-Te ves hermosa. Menciona Sebastián con sinceridad al ver a Mía todavía en su vestido rojo.
-Gracias, estaba cansada para cambiarme. Sonríe Mía, ligeramente ruborizada por el cumplido.
Sebastián continúa. -Sé que es tarde, Pero quería verte. ¿Podemos hablar?.
Demos un pequeño paseo.Asiento aceptando su propuesta.
Caminamos por el jardín del complejo, observando a otros de mis compañeros paseando con amigos y sus parejas, también vemos una pareja besándose. Me detengo y me doy cuenta de que son Emily y Mark.
Sonrío -Parece que ya lo hicieron oficial. Comento.-Ellos son tus amigos del trabajo, ¿verdad?.
-Así es, parece que empezaron a salir. Me alegro por ella, hace poco había terminado con su novio.
-Es bueno que esté bien ahora.
Tomo la mano de Sebastián para apartarnos del lugar antes de que noten nuestra presencia.
-No estamos haciendo nada malo para huir. Sebastián se burla.
-Lo sé, pero no quiero que sepan que los vi en esa situación.
Tomamos asiento en un banco cerca de la entrada de mi edificio de dormitorios.
-Mía, ¿Cómo te fue en tu cena con Adam?.
-Bien, la cena fue estupenda, el lugar era agradable.
-¿Te dijo algo?. Pregunta Sebastián con mucha curiosidad.
-¿Algo como qué?.
-¿Te confesó sus sentimientos o te pidió ser su novia?. Ahora que él ha cancelado su compromiso con mi hermana y que sabe de nuestro pequeño secreto. Podría volver a intentar algo contigo.
Asiento. -Sí, lo hizo. Me confesó sus sentimientos nuevamente.
-¿Qué le respondiste?. Sebastián me mira expectante.
-Le dije que no podía estar con él. Lo rechacé.
Sebastián parece aliviado con mi respuesta.
-Es tu decisión, pero me siento tranquilo de escuchar eso.
-¿Por qué te alivia eso?.
-Porque...Mía, debo decirte algo, había prometido no Intervenir, pero sabiendo que lo rechazaste, no debería haber problema.
-Dime, Sebastián.
-Mía, tengo que decirte algo. Toma un poco de aire. -Al principio no sabía de qué podría tratarse, pero con el tiempo era difícil para mí. Pensaba en ti todo el tiempo, quería verte, escucharte, tocarte. Empecé a sentir cosas que jamás había sentido. Tenía la necesidad de estar a tu lado en cada momento. Sebastián toma mis manos entre las suyas. -Es difícil estar lejos de ti y es difícil ocultar lo que siento. Mía, te amo.
Me siento ruborizada, y la confesión de Sebastián me toma por sorpresa. Siempre ha sido amable conmigo. Pero pensé que me consideraba solamente una amiga.
-Mía, sé que todavía tienes sentimientos por Adam. Pero, ¿Podrías darme una oportunidad?.
No puedo creer lo que me dice.-Sebastián. Te quiero, pero como un amigo.
-Mía, inténtalo. Prometo no defraudarte. Déjame demostrarte que puedo quererte como te mereces, nunca te presionaré a hacer nada con lo que no te sientas cómoda. Sé que puedo hacer que te enamores de mí. Dejemos de ser una pareja falsa y empecemos a ser una de verdad o al menos intentarlo.
No esperaba recibir dos confesiones la misma noche, me sentiría halagada, pero no me gusta sentir que lastimo a alguien. Pienso en lo que me dice Sebastián y le doy mi respuesta.
-Está bien, acepto. Quiero darle una oportunidad a Sebastián y a sus sentimientos, espero poder corresponderle en el proceso.
Sebastián me abraza con una enorme sonrisa. -No te vas a arrepentir, te lo prometo.
La calidez de su abrazo despeja las dudas dentro de mí. Estoy decidida a darle la oportunidad que se merece, le tengo aprecio y espero que eso pueda convertirse en algo más, para que podamos ser una pareja real.
(Fin del capítulo 34)
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Duelo de destinos
RomanceMía, una diligente asistente de una renombrada corporación, ve su serenidad trastocada cuando una urgencia médica amenaza la vida de su madre. La solución yace en una operación de alto costo, un monto que escapa de sus posibilidades. Desesperada, Mí...