Capítulo 23

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George

Terminando de la reunión hiba con Lewis a la salida cuando escuchamos un grito.

-¡George, Lewis! - Les grite para que me escuchara y los dos volteamos. - ¿Quieren ir al parque nuevo que abrieron?. - Nos pregunto.

-Yo si voy, ¿y tú? - Me dijo Lewis.

-Claro. - Le conteste con una sonrisa.

-Qué bien, vayan con Lando, voy a buscar a los demás. - Nos dijo y se fue creo a buscar a otra pareja.

Llegamos con Lando qué este estaba recargado en la camioneta cuando llegaron también Fernando y Lance.

-Disculpen. - Nos llamó un guardia.

Le estiró a Lando quien estaba más cerca unas cinco radios pequeñas de color negro.

-El canal uno es en casos mayores, el canal dos es para grupos pequeños de guardaespaldas, el canal tres es para ustedes cinco y el canal cuatro es solo para avisos, las deberan de llevar con ustedes cada vez que salgan, nos pueden avisar cuando la situación ya no se pueda controlar o mandar mensajes en donde están. - Dijo el guardaespaldas pero se escuchó más para nuestros chicos. Unos gracias recibió y se retiro.

Lando les dio a Lewis y Fernando una a cada uno y empezaron a mover botones, bueno, deberían de saberlo, son guardaespaldas. Intercambiaron unas palabras en las radios para ajustarlas y Lando hizo lo mismo con las otras dos, tal vez para Carlos y Max, las guardaron y llego

-Solo hay una camioneta. - Le dijo Lando cuando llegó Oscar.

-¿Y luego?. - Nos preguntó.

-¿Cómo que "y luego"?. No vamos a caber todos. - Le dije obvio.

-Aja, pues unos arriba de otros, y ya esta. ¿Qué problema hay?. - Lando soltó una carcajada

-Bien. - Al final solo pude decir.

Subimos todos a la camioneta a esperar a los demás.

-¿Estas cómodo?. - Me pregunto Lewis.

-Si, algo, quiero dormir. - Le confesé.

-Duerme. Recargate en mi. - Me contestó.

-No lo haré.

-¿Por qué no?.

-Porque peso mucho.

El soltó una risa tan encantadora, dios, sentí que hiba a desmayarme en cualquier momento.

-Cariño soy guardaespaldas, tengo que tener mi cuerpo bien formado, no pesas nada, no pesas nada estando arriba de mis piernas.

Mierda, el tono con el que lo dijo me hizo temblar y sentir un hormigueo en todo mi cuerpo.

Sin decir nada más, me recargue en el y empecé a hacer respiraciones, me ayudaba a dormir.

-No pesas nada. - Al final me confesó.

Solo reí.

-Llegando tendremos que ir a hacer ejercicio.

-¿Hacen ejercicio?.

-Claro que si, en este ámbito el físico es muy importante, tenemos que mantenernos en forma, lo que ustedes van a hacer músculo, nosotros tenemos que bajar de peso y hacer marcarlo más. Tenemos dietas muy estrictas, hay veces en las que las rompemos pero la mayor parte del tiempo las seguimos al pie de la letra.

-Tu cuerpo me gusta como esta ahorita.

Solo negué.

-Es doloroso ¿sabes?.

Nuestros GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora