Capitulo 38

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Charles 

Era nuestro primer y único día en el hospital, todos al parecer nos estábamos recuperando, pero nunca se quitará el mal rato que pasamos, nuestros chicos nunca se separaron de nosotros aun cuando hablamos en francés y se desesperaban por no saber lo que contábamos. Toto nos visitaba seguido junto con Christian.

-¿Cómo te sientes?. -Era Carlos quien estaba sentado en una silla a lado de la camilla.

-... Bien. - Solo lo pude decir.

¿Cómo le explico que siento un miedo terrible por volver a practicar de esa forma, que tengo miedo que todos esos recuerdos y sentimientos que tanto trabajo me costó enterrar ahora saldrán a la luz...?, ¿Cómo le explico algo que aún no le he contado y me estará atormentando todas las veces que practiquemos?.

Envidio un poco a Lance, George y Oscar porque le dijeron a sus chicos lo que pasamos, por tener ese valor que tanto les costó encontrar para que por fin lo soltaran a las personas correctas.

Por favor Carlos... esperame, por favor. Sé que eres tú pero por favor esperame y aceptame. Te quiero a ti.

-¿Estás bien?. - Me volvió a preguntar, como si supiera leerme.

No. Por favor salvame. Salvame de mí.

-Claro, tranquilo. - Le dije con una sonrisa para tratar de calmarlo.

-¡Llego la comida!. - Grito Fernando y todos volteamos a su dirección, venía con tres enfermeras más y cada una de ellas traía dos charolas con la comida.

Una enfermera se acercó a nosotros y le entrego la charola a Carlos quien se levantó para recibirla y acomodarla en mi regazo.

-Qué rico...- Escuche decir a Lando con inseguridad.

Era simple, empezaríamos una dieta nueva y más estricta por lo cual consiste en pocas porciones de brócoli, coliflor, tomates, espárragos, arroz integral, semillas de chía y agua natural; todo perfectamente en porciones pequeñas.

-Extrañaré mis hot cakes esponjosos... -Empezo Lance.

-Y yo mis waffles recién hechos... - Fue turno de George seguir.

-Y mi rico mango recién cortado... - Lando.

-Mis deliciosas galletas... - Dijo Checo soltando un gemido lastimero.

Carlos se me quedo viendo esperando lo mío y le di una sonrisa.

-Mis ricas fresas solas o con lechera. - Finalice yo viéndolo.

Empezamos a comer despacio para así poder engañar a nuestro cuerpo que fue suficiente lo que comimos aunque era mentira. Terminando de comer las enfermeras pasaron a recoger las charolas y se fueron.

-¿Están satisfechos?. - Pregunto Fernando y nos quedamos en silencio.

-¿Charles?. - Me llamo Carlos para responder.

-No. Es difícil sentirnos satisfechos de ahora en adelante, llevamos dieta nueva y más estricta, todo se reducirá lo más que se pueda para poder... cumplir... - Al final respondí y pude ver que Checo tenía unas cuantas lágrimas junto con Lance, George y Osar solo eran abrazados por sus parejas.

Carlos repartía caricias en mi mano tratando de consolarme y se lo agradecía, eran muchas cosas lo que le agradecía y aun así no sé por donde empezar.

-Pero... Oscar y Charles si pueden comer sus frutas, ¿no?. - Pregunto Lewis.

-No, son frutas muy dulces. - Respondí yo y él solo asintió.

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