Capítulo 54

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Oscar

-Dios mío, tengo tantas ganas de recorrer toda la ciudad.

-¿Ya han venido aquí?. - Me pregunto Lando.

-Si, pero solo venimos de entrada por salida. - Le dije alzando los hombros.

-Bien. Que empiece nuestra aventura. - Me dijo agarrando mi mano y jalándome para caminar lo que hizo que soltara una carcajada.

London Eye, la famosa noria gigante de Londres, que sin duda es uno de los puntos de visita más icónicos de la ciudad.

-Que hermosa vista, puedo ver todo desde aquí. - Dije mienras veía tras el gran vidrio. 

-Claro que es hermosa... - Escuche que dijo Lando. 

Palacio de Buckingham 

-No es justo, tu tienes un titulo. 

-Por favor, no es real. 

-Claro que lo eres, eres el príncipe. Mi príncipe. - Me dijo viéndome a los ojos y no pude mas que sonreír. 

-¿Y tu eres mi audaz soldado?. - Dije y los dos soltamos una risa. 

-Claro que lo soy. Siempre te cuido. 

Big Ben

-Es tan alto. - Dije mientras los dos torcíamos nuestras cabezas para ver arriba. 

-Wow...

Abadía de Westminster 

-Que bonita es... 

-Una iglesia realmente hermosa. 

Nos quedamos un rato escuchando la música tranquila, le daba ese aire mágico. 

Hyde Park y Kensington Gardens 

Íbamos caminando tranquilamente en el parque, existía una hermosa esfera alrededor de nosotros, algo que solo existía entre nosotros, solo nosotros. 

Hazlo. Arriésgate. Por favor. 

-Awww, deberíamos de adoptar unos hámster. La parejita. - Le rogué a Lando. 

-Escucha, apenas y podemos cuidarnos tu y yo. ¿Cómo planeas cuidar un hámster?

-Yo no lo cuidare. -Le conteste y me vio raro. 

-¿Entonces quien?

-Seremos los dos. - Dije con una sonrisa y el soltó una carcajada. 

-Esta bien, seremos dos padres divertidos. 

-Sobre todo, divertidos. 

Seguimos recorriendo el parque hasta que paramos en una pequeña banca y nos sentamos en ella. Solo existía un silencio hermoso y de vez en cuando unas risas por un mal chiste. Un equilibrio perfecto. Lando empezó a tararear una canción y que pésimo que lo hacia. 

-Eres horrible para eso. 

-Soy el mejor. - Me dijo claramente ofendido. 

-Claro, dime algo que te crea. 

-Me gustas. - Me lo dijo tan directo que voltee a verlo con una sonrisa. 

-Me gustas. - Le respondí con una sonrisa y nadie dijo nada. 

Un silencio con sonrisas se empezó a crear, era mucho el sentimiento y nos dejamos sumergirnos en ese sentimiento, en esa emoción, nos dejamos sentirlo a lo máximo y sobre todo, poder guardar y analizarlo. 

-Espérame aquí. - Fue lo único que dijo y se levanto, vi que se dirigía a un pequeños puesto de flores. 

Compro unos hermosos girasoles. 

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