Capítulo 31

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Charles

Habíamos llegado todos al hotel, por ordenes de Toto y Christian estuvo de acuerdo, dormirá cada pareja en un cuarto.

Nos dieron las llaves de nuestros cuartos correspondientes y con trabajo, esfuerzo y risas, todos estábamos en el elevador, ¿Cómo?, no tenía una idea.

-George hazte para allá, me estas empujando. - Dijo Oscar.

-¿Yo?, te quieres quedar con todo el elevador. - Le respondió George.

-Fernando mueve tu culo con tu novio que me estas aplastando. - Dijo Lando.

-Jodete Lando, estoy pegado hasta la puerta. - Reprochó Fernando.

-Max hazte para allá, invades mi espacio. - Dijo Lewis.

-Ve a que tu novio te calme, estoy todo lo pegado que puedo. - Respondió Max.

-Carlos, ¿te puedes mover?, siento que me estoy asfixiando. - Le dijo Lance.

-Ya no puedo más. - Fue Carlos.

-Charles, amor mio, hazte con tu novio. - Me dijo Checo.

-Estoy todo lo pegado que puedo. - Le dije.

Y empezaron un sin fin de reproches, quejas y empujones.

-¡Cállense!. - Dijo Checo.

Todos se callaron.

-Gracias. Haber, Max, Lando, Lewis, Fernando y Carlos, peguense a las paredes. - Todos hicimos caso y aunque nos ganamos unos empujones y pisotones, lo logramos.

Quedamos solo los modelos en el centro y por nuestros cuerpos, había más espacio.

-Asunto arreglado. - Finalizo Checo y abrazo a Max por el cuello.

Todos soltamos una risita.

George puso sus manos en el pecho de Lewis y el en su cintura.

Fernando y Lance estaban agarrados de las manos y sus frentes estaban juntas.

Lando y Oscar estaban jugando, haciendo cosquillas el uno con el otro.

Carlos estaba viéndome, rode los ojos y me acerque a él, hice lo mismo que Checo pero el me acercó más a el de golpe.

Me sorprendí por el cambio y un jadeo salió de mi boca, no pude evitar un sonrojo al ver su sonrisa juguetona.

-¿Hmm?, ¿Pasó algo?. - Me pregunto soltando una risita.

-Nada. - Murmure.

Tarareo con sus dedos en mi cintura, me mordí la lengua para evitar otro jadeo.

El lo noto ya que dio un apretón en mi cintura y deje salir un suspiro pesado.

En ese instante se abrieron las puertas del elevador.

-¿Qué habitación les toca?. - Pregunte.

-Uno. - Dijo Checo y Max al mismo tiempo.

-Dos. - Oscar.

-Tres. - Lance.

-Cuatro. - George.

-Cinco. - Dijo Carlos por mi.

Sin decir más, entramos a nuestras habitaciones.

Encuanto entre corrí a tirarme a la cama, dios, que cómoda era. Escuche una risa.

Había dos camas, pero unas muy grandes camas, las ventanas daban a la ciudad, el baño era muy amplio, había un tocador con un espejo grande y unos sillones.

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