Como si no fuera suficiente, aquella noche, después de que mi casera se fuera, me dejé caer en el sofá, agotada por la confrontación. El silencio del apartamento solo hacía que mis pensamientos se volvieran más ruidosos, y el peso de todas las preocupaciones me oprimía el pecho.
De repente, el sonido de mi móvil vibrando rompió la quietud, haciéndome sobresaltar. Lo tomé de la mesa, esperando que fuera un mensaje de Mateo, tal vez alguna palabra de aliento que me ayudara a soportar la carga. Pero cuando miré la pantalla, lo único que vi fue uno de esos mensajes publicitarios molestos, que solo parecen llegar en los peores momentos.
Suspiré, frustrada, y estuve a punto de borrar el mensaje sin siquiera leerlo. Pero, en el último segundo, algo en el asunto me hizo detenerme. Lo abrí sin pensar demasiado, solo para asegurarme de que no era algo importante. Sin embargo, en cuanto lo leí, el mundo pareció detenerse.
Las palabras en la pantalla comenzaron a desdibujarse mientras una sensación de frío me recorría la espalda. Cerré los ojos, sintiendo un nudo en la garganta que no me dejaba respirar. La realidad de lo que acababa de leer se instaló en mi pecho como una piedra: a pocos metros de mi cafetería, iba a abrir en pocos meses un Starbucks.
El nombre, tan familiar y gigante, se destacaba en el mensaje como una amenaza ineludible. La noticia me golpeó con fuerza, haciendo que todo lo demás se desvaneciera. De repente, los problemas con las cuentas, la presión del alquiler, y el cansancio acumulado parecían pequeños en comparación con lo que acababa de leer.
Sabía lo que significaba. Un gigante como Starbucks no solo atraería a gran parte de mis clientes, sino que también podría aplastar a mi pequeño negocio sin mucho esfuerzo. La cadena tenía recursos, fama, y una clientela fiel. ¿Cómo iba a competir contra eso?
El nudo en mi garganta se hizo más fuerte, y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Había trabajado tan duro para mantener mi cafetería a flote, para crear un espacio acogedor y único, y ahora parecía que todo ese esfuerzo iba a ser en vano.
Me dejé caer hacia atrás en el sofá, sintiendo el peso de la noticia apretar mi pecho. Sabía que tenía que luchar, que no podía rendirme tan fácilmente. Pero en ese momento, bajo la presión de todo lo que estaba pasando, no podía evitar sentir que el destino estaba jugando en mi contra, y que, por más que lo intentara, la tormenta que se avecinaba era más grande de lo que podía soportar.
![](https://img.wattpad.com/cover/374410031-288-k749994.jpg)
ESTÁS LEYENDO
HISTORIA DE LEYLA
Teen Fiction**Después de recibir una segunda carta amenazante del banco, Leyla Banks ve cómo su vida comienza a desmoronarse como un castillo de naipes.** Con las deudas asfixiándola y el reloj marcando un ritmo implacable, Leyla se encuentra al borde de perd...