La conversación con Esther no iba a ninguna parte. Cada palabra parecía chocar contra un muro invisible, y yo empezaba a sentir que me faltaba el aire. Sus respuestas eran cortas, evasivas, y mi frustración crecía con cada segundo que pasaba.
Decidí que ya había tenido suficiente.
Me levanté con un suspiro y, temblando de nervios, fui directo al armario. Me puse un chándal sin decir nada más.
Cuando terminé, la miré a los ojos, intentando encontrar algo, cualquier señal de que le importaba lo que estaba pasando.
Pero su mirada seguía igual de impenetrable, como si lo que sentía no tuviera ninguna importancia.
—Necesito aire —murmuré, casi más para mí que para ella.
Salí del piso sin esperar una respuesta, cerrando la puerta tras de mí con más fuerza de la que pretendía.
El frío de la noche me golpeó la cara, pero lo agradecí. Necesitaba despejarme, calmarme, encontrar algo de claridad en medio del caos de mis pensamientos.
Mientras caminaba por las calles vacías, el eco de mis pasos me acompañaba, y con cada paso sentía que los nervios se deslizaban poco a poco fuera de mi cuerpo.

ESTÁS LEYENDO
HISTORIA DE LEYLA
Novela Juvenil**Después de recibir una segunda carta amenazante del banco, Leyla Banks ve cómo su vida comienza a desmoronarse como un castillo de naipes.** Con las deudas asfixiándola y el reloj marcando un ritmo implacable, Leyla se encuentra al borde de perd...