treinta y uno

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n.a les regalo este capítulo adelantado
porque desperté caritativa ;)


















La única luz que se filtraba provenía de la luna, colándose a través de las rendijas en las paredes de madera, dibujando sombras inciertas en el interior. Elon y Newt yacían juntos en el sillón, que habían arrastrado hasta cerca de la cama donde Aroa reposaba. El pequeño se había resistido a dormir, aferrándose a la esperanza de que Aroa despertara en cualquier momento. Fue un proceso lento y doloroso para Ace lograr que Newt finalmente cerrara los ojos; tuvo que prometerle varias veces que no se movería del lado de Aroa, que estaría allí para cuidarla por él hasta que despertara. Solo entonces, con los párpados pesados de tanto llorar, Newt sucumbió al cansancio, acurrucado contra Elon quien tenía el libro a medio leer en su regazo.

Ace, en cambio, no tenía intención de dormir. Se mantenía vigilante junto a la cama de Aroa, sentado en una silla incómoda que había arrastrado desde la cocina. Sus ojos, enrojecidos por el agotamiento, no se apartaban de ella, ni siquiera quería sucumbir a un posible ataque de su narcolepsia que siempre aumentaba por el estrés. Había ocurrido todo tan rápido... demasiado rápido. Aroa siempre había sido impulsiva, a veces hasta temeraria, y eso ciertamente le hacía pensar que era una tonta, pero nunca había visto una conexión, y menos una tan intensa como la que había tenido con el elemental. Era como si hubiera cruzado una barrera invisible, conectándose de una manera completamente distinta. El temor de perderla lo consumía; el mero pensamiento lo hacía sentir impotente por no poder hacer nada para ayudarla.

Respiró hondo, intentando calmar su mente, pero la imagen de Aroa balbuceando incoherencias, desconectada del mundo, lo perseguía, ¿acaso había sido poseída? era todo demasiado extraño. ¿Qué había hecho mal? ¿Qué debía haber hecho diferente? Ace entrelazó las manos, apoyándolas en su boca mientras se reprochaba mentalmente por no haber actuado con mayor rapidez o inteligencia, incluso podría haber golpeado al oso para que se alejara pero se quedó quieto mirando todo. Cada segundo que había pasado cargándola montaña abajo, con Elon y Newt siguiéndolo de cerca, había parecido una eternidad. La tensión en sus músculos era la prueba del miedo que lo había embargado, y ahora ese miedo se había convertido en una vigilia solitaria, incapaz de encontrar alivio en el sueño.

El tiempo transcurría lentamente, y el silencio de la noche solo aumentaba la tensión que sentía. De vez en cuando, Ace observaba a Elon y Newt, asegurándose de que siguieran durmiendo. Aun así, sus pensamientos siempre volvían a Aroa, su preocupación volviendo a él como una tormenta constante. La mujer había dejado de murmurar cosas extrañas, para su suerte.

De repente, la respiración de Aroa se agitó, rompiendo el silencio de la noche. Ace reaccionó al instante, sus ojos ampliándose por la sorpresa y el temor. Se levantó de golpe, acercándose a ella con pasos rápidos y silenciosos, como si cualquier movimiento brusco pudiera empeorar la situación. Sin dudarlo, colocó una mano en su pecho para sentir su respiración. Su corazón latía desbocado cuando notó que los latidos eran irregulares, y luego, de repente, cesaron.

—¡Aroa! —Ace susurró con desesperación, inclinándose sobre ella mientras le golpeaba suavemente la mejilla, intentando despertarla—. ¡Vamos, despierta! No me hagas esto, Aroa...

Sin embargo, Aroa no respondía. Ace sintió cómo el pánico se apoderaba de él. Volvió a golpearle la mejilla, un poco más fuerte esta vez.

—¡Despierta, maldita sea! —murmuró con más insistencia, sin poder contener el temor que lo invadía. El sudor perlaba su frente mientras continuaba llamándola, rogándole en voz baja que regresara a él.

Finalmente, Aroa abrió los ojos de golpe, tragando un suspiro profundo que hizo que su pecho se elevara con fuerza. Se incorporó abruptamente en la cama, su respiración entrecortada. El impacto de su despertar la dejó desorientada por un instante, y llevó una mano a su boca para acallar cualquier sonido que pudiera salir de sus labios al percatarse de que Newt y Elon estaban durmiendo en el sillón cercano. La habitación entera parecía sostener su aliento, en tensión.

witch | portgas d. aceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora