El túnel se fue estrechando a medida que el grupo avanzaba hacia el corazón del volcán. La humedad de las paredes rezumaba como si el lugar respirara, y el sonido rítmico de las gotas que caían desde las estalactitas al suelo rocoso se mezclaba con el eco de sus pasos. El aire era pesado, sofocante, cargado de un calor que, aunque todavía no se volvía insoportable, comenzaba a hacer sudar a todos.Aroa, a la cabeza del grupo, llevaba una expresión de concentración. A medida que se acercaban más al volcán, empezaba a sentir una extraña presión en su pecho. Era un malestar que iba aumentando, como si algo en el ambiente se estuviera filtrando en su cuerpo, afectando su flujo mágico. Sentía el calor en la piel, pero lo que más la inquietaba era cómo su magia respondía a ese calor, agitada, descontrolada, como si fuera un volcán en miniatura a punto de estallar dentro de ella.
El sudor comenzaba a resbalar por su frente, y notó que su respiración se volvía más pesada. Sintió una presión extraña en su cabeza, como si su cuerpo estuviera siendo comprimido por el entorno. Al principio lo ignoró, atribuyéndolo al calor y al esfuerzo de la caminata, pero la sensación empeoraba con cada paso. Su respiración se volvió errática, y el sudor comenzó a perlar su frente como si recién se hubiera bañado. Apretó los labios, decidida a no alarmar a los demás, especialmente a Ace, quien últimamente siempre parecía más atento de lo que dejaba ver.
Aroa apretó el paso, intentando ocultar su incomodidad, pero el calor se volvía insoportable. El aire parecía espeso, sofocante. Un zumbido en sus oídos y una opresión en el pecho la obligaron a detenerse por un breve segundo. Tomó aire, intentando disimularlo como si estuviera ajustando la mochila, ralentizando el paso de forma casi imperceptible, como si solo quisiera mirar un poco mejor el terreno. Elon, siempre poco interesado, pasó de largo, seguro y confiado con su visión nocturna natural, sin siquiera mirar atrás. Newt, absorto en las paredes brillantes en medio de la oscuridad. Ace, él la estaba mirando, por supuesto, podía sentir su mirada en la nuca, pero sintió el tirón de la energía mágica en el ambiente que la distrajo de sus pensamientos, como si el volcán mismo emanara una cantidad inmensurable de energía que la ahogaba lentamente.
Pero Ace no era tan fácil de engañar.
Aunque no dijo nada en la primera pausa de Aroa, sus ojos la siguieron con atención, notando el leve temblor en sus manos cuando volvió a ajustar su mochila.
La segunda parada fue inevitable.
Aroa se detuvo bruscamente, obligada por una oleada de calor que la golpeó con tanta fuerza que sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Su vista se nubló por un segundo, y tuvo que apoyarse en la pared del túnel, inclinando la cabeza mientras intentaba retomar el aliento en una bocanada ahogada que fue silenciada por el ruido interior de la cueva. El corazón le latía con fuerza en el pecho, como si la presión dentro de ella estuviera creciendo demasiado rápido.
Ace, que hasta entonces había seguido su ejemplo manteniendo la distancia, no pudo evitar intervenir esta vez. Se acercó de inmediato, sus pasos resonando con rapidez en el túnel pero sin llamar la atención de los menores.
—¿Qué pasa? —preguntó, su voz cargada de preocupación. Pese a la oscuridad, podía ver la palidez en el rostro de Aroa, el sudor que se acumulaba en su sien. Se agachó ligeramente para quedar a su altura y posó una mano en su espalda para sostenerla, pero ella evitó mirarlo.
Aroa respiró hondo, intentando calmar el caos interno que la magia dentro de ella estaba causando. Era como si el volcán mismo estuviera interactuando con su núcleo, alterando su núcleo mágico. El calor era sofocante, pero lo que realmente la estaba afectando era la energía mágica en el aire, una energía que no solo la debilitaba, sino que agitaba el descontrol natural de su magia.
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witch | portgas d. ace
Fiksi PenggemarDebido a un plan fallido, Aroa, una hábil pirata, se ve envuelta en la inminente ejecución de Puño de Fuego Ace. Unidos por la determinación y los lazos forjados en prisión, lucharán contra el destino y desafiarán los límites en una carrera contrar...