Siempre fuiste vos.

Entregarse.

Nico: que descanses, Flor. Buenas noches

Se acercó a ella lentamente y la envolvió en un tierno abrazo. Flor se dejó abrazar y respiró hondo, disfrutando de tan lindo encuentro y del olor del perfume de Nico que (en secreto) le gustaba tanto.

Al separarse, una fuerza extraña sacudió a Flor y la llevó directo a los labios de Nicolás. Al principio, se besaron con apuro, como si se hubieran estado extrañando mucho tiempo.

Se tomaron su tiempo. No había nadie en el pasillo que los pudiera ver y, si lo hubiese, tampoco los conocían.

Después se besaron lento, (re)descubriendo el sabor del otro, las formas, las maneras. Se abrazaron y se acariciaron, sintiendo la caricia suave del otro.

Al separarse, sonrieron, todavía con las frentes pegadas.

Flor: buenas noches -dijo avergonzada, y se metió en su habitación.

Nico, por su parte, se quedó tieso en el pasillo, intentando asimilar lo que acababa de pasar. Esta vez no había sido el quien se había abalanzado, sino Flor. Entendía que quizá el no estaba tan loco, que podía llegar a existir una reciprocidad de sentimientos.

Entró a su habitación lentamente. De repente le pareció enorme y vacía. No quería estar ahí solo, hubiera preferido compartirlo con la mujer más linda del mundo.

Rápidamente intentó callar sus pensamientos, convenciéndose de ir de a poco. Besarse por segunda vez y dormir juntos en la misma noche ya era mucho.

Los intentos por dormirse rápido fueron en vano para ambos. Se sentían eufóricos, ansiosos, culposos, todo junto.

Recién cerca de las 5 de la mañana, Flor logró quedarse dormida. Nico no corrió con la misma suerte. Cuando miró el reloj a las 5:25, todavía no había podido dormir nada. Decidió levantarse y darse una ducha, confiando en que eso lo ayudaría a conciliar el sueño, aunque sea por unas horas.

El despertador sonó a las 9:00. Flor le mandó un mensaje a Nico para ver en qué andaba

-Flor: niquitich, que onda?

-Nico: bajamos a desayunar?

-Flor: en 10 estoy lista.

Se encontraron en el pasillo, en el mismo lugar donde, la noche anterior, habían estado presos de sus instintos. Como si nada hubiera pasado, bajaron a desayunar. Flor arrasó con todo: tostadas, huevo, frutas, torta. La ansiedad le pegaba siempre por el lado de la gula.

Nico, en cambio, comió más tranquilo y liviano: eligió una medialuna salada y un café bien negro.

Flor: que cargado se ve ese café. Todavía estás cansado?

Nico: no dormí nada.

Flor: por?

Nico: quedé muy revolucionado me parece

Flor se ruborizó y lo miró pícara.

Flor: a mi me costó un montón dormirme también. Creo que recién como a las 5 pude.

Nico: estas cabecitas no paran

Flor: no...

Nico: tenemos un rato todavía para encontrarnos con Gonzalo

Flor: él va a grabar?

Nico: si, va a estar con nosotros para filmar lo de Chayanne y los vídeos que vayamos haciendo.

Flor: ah, okay.

Nico: queres que vayamos a la pileta un rato?

Flor: uh, si. Me encanta la idea.