Siempre fuiste vos.

La noche del 15 de diciembre.

La noche del domingo 15 de diciembre venía siendo normal. Habían cenado liviano y fresco en el balcón terraza del departamento, disfrutando de la poca brisa fresca que corría. Lo único raro era Carlitos, que se había ubicado en la silla debajo de Flor y no abandonaba su posición.

Nico: y a este que le pasa?

Flor: está rarísimo!

Se fueron a dormir temprano, el calor los agotaba, sobre todo a Flor.

A la 1:45 , un ruido ensordecedor despertó a Nico de golpe

Flor: AYYYYYY!!!!

Nico: amor! -se incorporó de la cama, prendió el velador y se giró a verla- que pasa?

La cara de Flor estaba roja e hinchada. Con ambas manos, envolvía su panza mientras gritaba.

Flor: me duele, me duele mucho! Tengo la panza re dura. AY!

Nico: aguanta mi amor, aguanta. Lo llamo a Nacho ya mismo.

Flor comenzó a hacer los ejercicios de respiración que le había enseñado Ana. Según lo que recordaba de las clases, ese dolor eran contracciones. Mientras tanto, Nico llamaba al obstetra, que demoraba en contestarle. Estaba nervioso como nunca antes lo había visto, le costaba reaccionar y se movía con torpeza.

Flor: amor, veni

Nico volvió del living corriendo

Flor: haceme un favor, llena la bañera con agua calentita así me meto ahí.

Nico: okay, voy.

Siguió las indicaciones de Flor mientras continuaba llamando a Ignacio.

Flor se incorporó de la cama, ya más calmada, cuando Nico le avisó que la bañera ya estaba llena. La ayudó a levantarse, tarea que parecía fácil pero que con la panza tan grande era misión imposible.

Cuando se paró, un agua corrió por sus piernas, mojando el piso.

Flor: rompí bolsa.

Nico: ya llega! Ya llega!

Flor: amor, tranquilo. Respira. Llama a Ignacio, seguí intentando y llévame a la bañera.

Una vez que estuvo adentro, disfrutando del agua caliente y pasando las contracciones, Nico logró comunicarse con el doctor

-Nico: Nacho! Flor rompió bolsa.

-Ignacio: Bueno, como está ahora?

-Nico: me pidió que le llene la bañera, está acostada adentro, haciendo ejercicios de respiración.

-Ignacio: perfecto. Vos Nico contrólale las contracciones, cuando sean cada 5 minutos, volvé a llamarme.

-Nico: entendido.

Corto el teléfono, tomo aire muy profundo y fue al baño. Estaba lleno de miedo, pero no podía permitirse flaquear en ese momento tan importante. Se arrodilló al costado de la bañera, donde Flor reposaba con los ojos cerrados y respiraba profundo

Nico: como te puedo ayudar?

Flor: dame la mano. No te vayas.

Nico: nunca.

Flor: que te dijo Ignacio?

Nico: que te controle el tiempo entre contracciones y, que cuando sean cada 5 minutos, lo volvamos a llamar. Como venís vos?

Flor: no pensé que las contracciones dolían tanto. Ahí viene otra

Apretó la mano de Nico con tanta fuerza que temió quebrárselas. Su cara otra vez se tiñó de rojo mientras aguantaba la respiración.