En un momento, mientras tomaban mates y charlaban, disfrutando del día nublado y su brisa fresca, Flor clavó la mirada en el horizonte
Flor: amor, para! Lo ves?
Nico: ver que?
Flor: ahí! En el mar -sus ojos se llenaron de lágrimas- mira ese barco pesquero
Nico: uh, como llegas a leer lo que dice ahí? Está re lejos.
Flor: toma, hacele zoom con el celular -se lo entregó en la mano-
Ahí si se leía nítidamente en el perfil del barco: "La Olivia"
Flor: es una señal del universo
Nico: y que te dice la señal?
Flor: que todo va a estar bien, que estamos por el camino correcto.
Nico: todo fluye naturalmente, como el mar. Cuando tiene que suceder, ni antes ni después. En su tiempo justo.
Flor: le pedí al universo un montón que me muestre señales -secó con el puño de su buzo las lágrimas que caían por sus mejillas- Cuando me entra miedo, cuando me siento insegura, las pido. Y el universo me las da.
Nico: claro que sí, no tengas miedo. Todo está a nuestro favor.
Contemplaron el barco hasta que se escapó de su vista, tomados de las manos y acariciándoselas.
Volvieron al hotel luego del atardecer. Esa noche prefirieron quedarse en la habitación, pedir una cena por delivery y disfrutarla en el balcón viendo la luna.
El domingo despertaron tarde. La cara de Nico denotaba tranquilidad después de mucho tiempo. Flor había logrado su cometido: que finalmente descanse y se relaje.
Después de almorzar pasearon por última vez por el centro de Pinamar. No querían irse sin un regalo para sumar a las cosas de Olivia.
Después de recorrer un rato y luego de tomar un café a modo de merienda, terminaron entrando a un local grande lleno de cosas para bebés. Lo revisaron completo, tomando algunas cosas que les gustaban. Se decidieron finalmente por un conjunto liviano para llevar al sanatorio el día del nacimiento, un móvil con música para poner en la cuna, dos porta chupetes y un cambiador.
Ahora si, con las manos llenas de obsequios para su bebé y el cuerpo relajado después un fin de semana de mucho amor y tranquilidad, volvieron a Buenos Aires.
El martes luego de la clase de canto de Flor tenían turno con el obstetra nuevamente. Era el día de la ecografía 5D tan esperada. Para semejante evento, el médico les había ofrecido la posibilidad de invitar a los 4 abuelos. No era una ecografía normal, era una con tecnología mucho más avanzada que permitiría verla con mayor claridad y nitidez.
Los 4 padres aceptaron la invitación con alegría. Se encontraron en el MaterDei a la hora acordada y conversaron en la sala de espera hasta que llegó el momento de entrar.
Ignacio: familia Occhiato Peña
Flor: acá estamos
Rosa y Pichi se tomaron de las manos y se dedicaron una mirada llena de amor y orgullo al escuchar al médico. Era cierto, ya eran una familia.
Nico: Nacho, te presento a mi suegro, Adrián. A Rosa la conociste el otro día
Ignacio: -estrechó la mano de Adrián- un gusto
Nico: y ellos son mis padres, Antonio y María Angeles.
Ignacio: bienvenidos a todos! Un gusto tenerlos acá. Me alegra que hayan podido acompañar a sus hijos en este día tan especial y movilizante.
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Siempre fuiste vos.
أدب الهواةNico y Flor. Flor y Nico. Tantos años de amistad y de trabajo, habrá lugar para el amor?