Espera.

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-Agus: qué me vas a decir ahora, Florencia? -y adjuntó la nota de LAM que todo el mundo les estaba enviando

[último momento: NICO OCCHIATO Y FLOR JAZMIN PEÑA ¿enamorados? en Miami

En la tarde de este domingo caluroso de febrero se encontró a la flamante pareja disfrutando del sol y la playa...] - y una foto de ellos muy pegados tomando mate.

-Flor: podemos hablar como dos adultos?

-Agus: que me vas a decir? Que todavía me amas y que queres estar conmigo? Ya me di cuenta que no

-Flor: no podemos tener esta conversación por WhatsApp, Agustín. El miércoles llego a la noche. Nos podemos juntar el jueves?

Agustín no contestó más. Flor se sintió la peor basura del mundo y se abrumó inmediatamente. Comenzó a llorar como una nena chiquita.

Volvieron al hotel y se encerraron en la habitación de Flor.

Flor: sabes el quilombo con el que nos vamos a encontrar cuando volvamos? -lloraba a los gritos

Nico: Flor! -intento tranquilizarla acariciando sus brazos y hombros- tranquila. Negamos todo y ya está!

Flor: te parece suficiente negarlo? Está todo el mundo atento, no vamos a poder dar un solo paso en falso

Nico: va a estar todo bien. Yo sé que ahora ves todo negro, y yo también, pero te prometo que en poco tiempo todo esto se va a calmar y vamos a poder estar tranquilos.

Flor: nosotros? Tranquilos? Siento que son dos palabras que no pueden convivir en una misma frase.

Nico: respira hondo, respira conmigo -la sostuvo y le secó las lágrimas- confía en mi, podes? Cree en lo que te digo. Te prometo que lo que te estoy diciendo es verdad. Dentro de no tanto vamos a mirar esto como una simple manchita del pasado.

Flor: siento que me estás pintando pajaritos en el aire

Nico: Flor -tomó sus manos- voy a hacer lo que haga falta para que siempre estés bien.

Se abrazaron fuerte y se quedaron un rato acostados en la cama.

Sin decir nada, ambos sabían que a este romance le quedaban solo dos días de paz. Al volver a Buenos Aires, todo cambiaría.

Las bases en las que habían asentado esta ¿relación? no iban a poder ser sostenidas en la vida diaria y eso era algo que iban a tener que conversar y resolver.

Esa noche, Flor se recluyó en su habitación. No quiso comer nada. Prefirió quedarse en la cama viendo sex and the city para despejar su cabeza. Se durmió a las 23:00 entre lágrimas. Sus padres también le habían enviado mensajes para saber que era todo lo que estaba pasando, sorprendidos de que haya actuado de esa manera con Agustín, al que tanto querían. Eso la desestabilizó. No esperaba tener que darles explicaciones a sus papás. Decidió simplemente contestar "lo hablamos cuando vuelvo"

Se despertó al otro día por el ruido de la puerta. Miró el reloj: 10:15. Se miró al espejo rápidamente y se encontró con sus ojos totalmente hinchados.

Flor: quién es?

Nico: yo. Me abrís? Traje algo para comer

Como hace? Pensó Flor. Siempre sabe exacto lo que necesito. Y se paró a abrir la puerta.

A él, verla recién levantada, despeinada y con la cara hinchada, le parecía el cuadro más hermoso del mundo. Le dio un beso en el cachete y entró.

El desayuno tenía un olor riquísimo que, en dos segundos, a Flor le cambió el humor.

Desayunaron en silencio en el balcón de la habitación.

El día estaba lluvioso y triste, Flor lo pensó como un reflejo de si misma

Nico: seguro en un rato sale el sol -dijo, como si le estuviera leyendo la mente

Flor le dedicó una mirada de ternura.

Nico: hoy tendríamos que grabar un poco más de contenido con Gonza a la tarde. Como te sentís para eso?

Flor: a eso vinimos, no?

Nico: entre otras cosas, si. Pero si estás muy bajón lo suspendemos. Lo importante ya lo hicimos que fue la entrevista. Todo lo otro es más de relleno

Flor: que nos toca hoy?

Nico: habíamos pensado ir al hard rock stadium -dijo, en su inglés torpe

Flor: okay. Vamos.

Se duchó y se cambió. Todavía había rastros del llanto de la noche anterior en sus ojos, pero era una maestra del maquillaje y había logrado disimularlo bien.

El día se mantuvo gris y lluvioso de a ratos, igual al ánimo de Flor. Nico se sentía incómodo por no saber cómo ayudarla, si abrazarla o darle espacio. No lograba descifrar lo que necesitaba y eso lo perturbaba, porque casi siempre podía.

Volvieron al hotel cerca de las 18:30, cansados de haber andado de acá para allá todo el día.

Nico: te puedo invitar a cenar hoy?

Flor: Nico, está todo el mundo atento a lo que hacemos o dejamos de hacer, te parece salir a cenar?

Nico: quien habló de salir? Si queres, te espero a las 20:30 en mi habitación.

Flor: -abrió los ojos grandes, sorprendida- okay, dale. Ahora voy a hacer la valija y prepararme, tengo todo tirado. Te veo 20:30.

Nicolás siempre lograba hacerla sentir mejor. Y hoy no era un día especialmente fácil para hacerlo, se sentía triste, culpable. Y, a la vez, sentía que se estaba contradiciendo a sí misma: se había prometido, el día que llegó a Miami, que iba a hacer cosas que la hagan feliz, que iba a seguir su corazón y no tanto a su cabeza. Pero es que su corazón se encontraba dado vuelta tanto o más que su cabeza.

Se encerró en su habitación y prendió el parlante: si nathy peluso no la hacía sentir mejor, nada más lo iba a hacer. Puso su valija vacía arriba de la cama y se dedicó a ordenarla para tener todo listo para el viaje al día siguiente. Después de eso, se dio una ducha larga y calentita, encremó todo su cuerpo y se puso una mascarilla en la cara.

A las 20:30 ya casi estaba lista para la cena. Estaba nerviosa, no iba a negarlo. No sabía con qué la iba a esperar Nicolás.

Se puso un vestido rojo que le quedaba increíble. El maquillaje era tranquilo pero acompañó el look de forma perfecta.

Tocó la puerta de Nico a las 20:40, siempre unos minutos tarde. Pero él ya lo sabía. 

Siempre fuiste vos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora