Su llegada.

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Olivia nació el lunes 16 de diciembre a las 6:06am. Su llanto fue ensordecedor y llenó la habitación de luz. De fondo se escuchaba El Momento Perfecto, de el Zar. Su canción. Otra vez, parecía que el destino lo tenía todo planeado.

Flor y Nico estaban bañados en lágrimas. Habían logrado el parto natural en el agua que Flor deseaba. La habían podido hacer nacer juntos, tomando su cabeza y su cuerpo en sus manos para hacerla salir del agua y respirar por primera vez. Se fundieron en el primer abrazo de a tres mientras Olivia lloraba. Flor besaba sus cachetes y su cabeza empapada, y Nico las miraba sin poder creer que ya estaba ahí.

Nico: estoy orgulloso de vos, mi amor. Sos una leona. Lo lograste!

Flor: te amo, mira lo que es! Ya está acá con nosotros!

Después de permitirles un momento en familia, Ignacio tomó a Olivia en sus manos para revisarla en otro sector de la habitación mientras las enfermeras ayudaban a Flor a pararse, secarse y volver a la cama.

Ignacio: 3,500, muy buen peso. Está perfecta, chicos -volvió a entregársela a Flor- lo hiciste increíble, Flor. Te la recontra bancaste. Los felicito mucho.

Carlota: debe tener hambre esa bebé. Vamos a ver si se prende a la teta?

Flor: a ver...

Acercó a la bebé a su pecho desnudo y la observó mientras buscaba su teta con la boca bien abierta y lloraba. Al encontrarse con ella, se calmó de inmediato.

Carlota: nada como la teta de mamá -acarició la cabeza de Flor- Los dejamos un rato para que estén solos, volvemos más tarde. Cualquier cosa nos llaman, si? -cerró la puerta detrás suyo-

Flor: no puedo parar de llorar, dios.

Nico: mira lo que es!

Flor: es muy chiquitita

Nico: y se prendió al toque a la teta!

Flor: tenía un miedo de no poder...

Nico: no solo pudiste sino que te la re bancaste.

Flor: le haces provechito vos?

Nico: me vas a tener que enseñar cómo agarrarla. Es muy chiquita, me da miedo.

Flor: mira, así

Se la entregó a Nico en sus manos. El se detuvo en ese instante, en ese primer encuentro, la miró y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Depositó suaves besos en su cabeza y le susurró:

Nico: hola mi amor, soy tu papá -volvió a besarla- Te amo tanto. Que suerte que llegaste. Tenía tantas ganas de conocerte.

Flor se moría de amor al verlo así. Creía que ya no podía amarlo más, pero descubrirlo en ese nuevo rol le había hecho cambiar de idea: todavía cabía más amor en su corazón por ese hombre.

Lo ayudó a acomodar la cabeza de la bebé en su hombro y le explicó cómo sostenerla y golpear suavemente su espalda para hacerle provechito.

Se quedaron disfrutándose los 3, aprovechando cada momento de estar solos. La observaron dormir, abrir los ojos por primera vez, llorar y cambiaron su primer pañal.

Cuando se dieron las 9:00, Ignacio tocó la puerta.

Ignacio: permiso. Como siguen por acá?

Nico: acá está. Re dormida. Todo bien...

Flor: tomó un montón de teta, hizo caca, de todo. Vamos bien creo.

Ignacio: bárbaro. hay unos abuelos muy impacientes esperando afuera. Cuando quieran los hacen pasar. Yo ahora me voy un rato, tengo que atender un parto en otro sanatorio. Vuelvo más tarde para ver si ya se pueden ir de alta, okay?

Flor: okay -justo en ese momento, Olivia comenzó a llorar- en un ratito vamos a buscar a las visitas. Gracias, Nacho. Sos un genio.

Nico: gracias de verdad!

Ignacio: un placer, chicos. Nos vemos más tarde.

Nico alzó a la bebé y, luego de darle mil besos en sus cachetes, se la entregó a Flor, que la esperaba con los pechos listos para alimentarla nuevamente.

Nico: queres que los haga pasar?

Flor: te iba a decir que esperes a que termine de darle la teta para que no me vean así, pero igual se la voy a tener que dar adelante de todo el mundo así que si, dale.

Nico abrió la puerta y detrás de él aparecieron Rosa y Adrián. Como les había pedido Nico, se lavaron bien las manos antes de acercarse a ellas.

Rosa: ay, no, no. Mira lo que es.

Adrián: hijita, mi amor -besó la cabeza de Flor, emocionado-

Rosa: los felicito mucho, es una preciosura.

Flor: vieron lo que es?

Rosa: como salió el parto?

Flor: como lo había soñado. Pudimos hacerlo en la pileta esa -la señaló- muy lindo, en un ambiente tranquilo.

Adrián: que cachetes que tiene!

Nico: tremendos, son gigantes.

Rosa: me hace acordar tanto a vos cuando naciste -dijo, emocionada, tomando la mano de Flor-

Flor: creo que todavía es imposible saber a quien se parece 100%, pero para mí algo hay...

Nico: ojalá salga igual a vos que sos la mujer más hermosa del mundo -la beso en los labios- la mamá más hermosa del mundo.

Después de hacerle upa un rato cada uno y asistirla a Flor para ir al baño, los abuelos Peña volvieron a la sala de espera para darle lugar a los Occhiato.

Pichi entró hecha un mar de lágrimas, aún antes de verla. Antonio tenía su sonrisa tan característica y hacía chistes a todos a su alrededor. Con ellos también estaba Agustín, que fue invitado por Nico a acompañarlos.

Pichi: hola bebé de la abuela. Hola florcita, que bien lo hiciste mi amor -besó su frente- los felicito.

Flor: gracias pichi. Toma, tenela- le entrego a la bebé en sus brazos-

Antonio se acercó a la Pichi y comenzó a cantarle a la bebé suavemente en italiano. Flor y Nico los observaban sentados en la camilla, tomados de la mano.

Agustín fue el último en incorporarse, no quería ser avasallante.

Agustín: hola Oli, soy el tío Agus. Yo te voy a malcriar mucho a vos. Te vamos a llevar a la cancha de boca!

Nico: más vale.

Se fueron pasando a la bebé de mano en mano. Ella parecía contenta con la situación.

Pichi: les dijeron cuando se van?

Nico: más tarde viene el médico a ver si ya nos da el alta, sería bárbaro.

Antonio: les hace falta algo?

Nico: no, no. Tenemos todo.

Pichi: bueno, no queremos abusar de su tiempo. Vamos yendo así dejamos que descansen otro rato. Mas tarde o mañana nos vemos si quieren

Flor: obvio! Más tarde nos hablamos.

Los volvieron a dejar solos. Cuando se acomodaban para descansar un rato, Olivia rompió en llanto. Esta vez, más fuerte que las veces anteriores.

Nico: tendrá hambre?

Flor: no tomó mucha teta. Vamos a probar. De ahora en más es todo prueba y error...

Como sospechaban, Olivia había llegado a este mundo muy hambrienta. Se prendió a la teta y succionó con fuerza. Nico se acostó al lado de ellas y pasó un brazo por encima del de Flor, con el que sostenía a Oli. Y ahí se quedaron los tres, en silencio, viendo a su mejor creación alimentarse hasta quedarse dormida. Y recién ahí, ellos también pudieron descansar. 



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me emocioné mucho escribiendo los últimos tres capítulos. Espero de verdad que les gusten tanto como a mi. Las leo!!! Besitos.

Siempre fuiste vos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora