Primero la familia.

429 32 2
                                    


Llegaron a la casa sin necesidad de un gps, Nico conocía su barrio de norte a sur hasta con los ojos cerrados. Nico, preso de un nerviosismo pocas veces visto en él, tomó la mano de su novia con firmeza y tocó timbre. 

-Ángela:  hola?

-Nico: Ángela, soy Nico Occhiato. Vengo a ver al perro.

-Ángela: voy!

Esperaron un minuto a que alguien apareciera del otro lado de la puerta. Pronto, se escuchó un ladrido fuerte. Ángela abrió la puerta y, antes de que pudiera hacer o decir algo, el perro se abalanzó sobre Flor, levantando sus patas delanteras para posicionarse sobre ella mientras movía su cola de forma simpática.

Flor: hola, hermoso! -le acariciaba la cabeza y detrás de las orejas- que lindo que sos.

Ángela: hola Nico, perdón. Se me escabulló, no me dio tiempo a agarrarlo.

Nico: no te hagas drama Ange. Ella es Flor, mi novia.

Ángela: si, claro. Como están? Pasen, pasen.

Ángela era una mujer de aproximadamente 60 años. Era vecina del barrio desde siempre, conocía a toda la familia de Nico y eso la convertía en alguien de confianza. 

Nico: contame del perro -le pidió, mientras lo acariciaba-

Ángela: mirá... lo encontré perdido en la calle a un par de cuadras de acá. Me lo traje pensando que alguien lo iba a reclamar rápido, pero siguen pasando los días y nadie dice nada... Yo no me lo puedo quedar. Tengo dos gatos que están en pánico total desde que llegó él. Y me comentaban tus amigos que vos podías estar interesado -hizo un silencio- yo no se lo quiero dar a cualquiera. Es un perro buenísimo, simpático, tranquilo y re sociable. Yo estaría encantada de quedármelo.

Flor: y lo hermoso que es!

Ángela: si, aparentemente es cruza con algún golden, tiene el pelaje parecido.

Nico: si, me había dicho Rufo. 

Ángela: lo que podemos hacer, si todavía no estas 100% seguro, es tenerlo en tránsito vos unos días. A mi me vendría bien para que mis gatos salgan de sus escondites y estén tranquilos. Si después ves que no lo podes tener o no te convence, volvemos a buscarle familia. Qué te parece?

Nico miró a Flor esperando su opinión. Ella le devolvió la mirada y solamente sonrió. Para él, fue respuesta suficiente:

Nico: dale, me lo llevo. Vamos a ver qué pasa.

Ángela: que bueno! Acá tengo un poco del alimento que le estuve dando, me lo recomendó la veterinaria de acá a la vuelta. Y llevate esta cucha que le encanta -dijo, mientras le entregaba todos los elementos- ojalá sea para vos.

Nico: ojalá que si -lo acarició un poco más- gracias Ánge.

Ángela: de nada, nos vamos hablando por cualquier cosa. 

Subieron al perro al auto y encararon el viaje de regreso a capital. 

Flor: es precioso y todo suavecito.

Nico: es un capo. Me parece que vamos a ser muy compañeros nosotros dos.

Flor: siento que de repente somos una familia numerosa -dijo, riendo-

Nico: -rió con ella- si, no?

Flor: vamos a tu departamento? no quiero quedarme sola en casa hoy. Siento que voy a llorar toda la noche.

Nico: y en mi casa no vas a llorar?

Flor: capaz que si.. pero vas a estar vos y este perro hermoso para distraerme.


Llegaron a la casa de Nico cerca de las 14:30. El perro se había portado realmente bien durante el viaje, casi como si lo hubiera hecho muchas veces antes. Ángela no les había mentido: era educado. 

Al entrar al departamento comenzó a olfatear todo lo que había alrededor. Luego, cuando salió a inspeccionar el balcón, se encontró con una pelota de tenis que Nico no recordaba tener. La tomó en su boca y la llevó hasta la cocina, donde Flor preparaba el mate.

Flor: qué pasa, hermoso? queres jugar? -tomó la pelota que el perro había dejado en el suelo- vamos.

Corrieron los dos de vuelta al balcón, donde Flor comenzó a tirarle la pelota para que él la recupere y se la devuelva. Nico, que había ido al baño, se fue al balcón al escuchar el ruido y se encontró con la imagen más linda del mundo: su novia, embarazada, abrazando a su nuevo amigo.

Nico: qué hacen?

Flor: nos estamos conociendo, jugando un rato... vení.


Jugaron todos juntos hasta agotarse mientras tomaban mate. La tarde se había puesto fresca a medida que bajaba el sol. El invierno era denso y estaba más helado que de costumbre. Se movieron al sillón del living para terminar la merienda. 

Flor se acostó en el sillón boca arriba, se había llenado de tanta comida y le costaba respirar. El perro, aún sin nombre, se acercó a ella lentamente. Primero, olfateó su pelo y su cara. Y luego, se detuvo en su panza. La olió por unos minutos, moviendo su nariz de lugar para recorrer el abdomen completo. Cuando terminó, apoyó su cabeza en ella. Flor se mordió el labio emocionada y comenzó a acariciar nuevamente al perro, que movía la cola contento.

Nico, nuevamente, sacó su celular para retratar ese hermoso momento. 

Flor: parece que ya nos eligió.

Nico: parece que si.

Flor: pensaste cómo ponerle?

Nico: tenía una idea, si. Pero no quiero que te rías. Es un nombre que a mi me gusta mucho.

Flor: seguro es un nombre de persona.

Nico: me conoces mucho... Carlos. Carlitos.

Flor: -mirando al perro- tiene cara, eh.

Nico: si, re tiene cara de Carlitos.

Flor: hola Carlitos, bienvenido a la familia 


A la noche, antes de dormir, se tomaron un rato para ordenar sus pensamientos y conversar un poco. El día había sido una vorágine total: empezaron viendo y escuchando por primera vez a su bebé y lo terminaron con otro nuevo integrante. En dos días, pasaron de ser dos a ser cuatro. Era mucho.

Flor: me siento un poco abrumada, la verdad.

Nico: como para no... fue un dia movidisimo.

Flor: nos podremos ir de viaje igual?

Nico: yo creo que si, muchas mujeres embarazadas viajan.

Flor: habría que preguntarle al obstetra. Antes hay que encontrar uno.

Nico: si.. y contarle a la familia, no?

Flor: uh, si. Mis papás se mueren de felicidad, ya te lo aviso.

Nico: los míos también. Sabes hace cuanto que nos vienen pidiendo un nieto a mi y a mi hermano?

Flor: podríamos organizar una cena. Un día en mi casa con mi familia y otro día acá con la tuya. Y ahí les contamos.

Nico: si, me parece bien. Y a los chicos de Luzu?

Flor: esperaría un poco. Primero la familia, no?



Siempre fuiste vos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora