El sol apenas comenzaba a alzarse sobre Ravenmoor, bañando el paisaje en un suave resplandor dorado que contrastaba con la oscuridad de los recientes eventos. Dentro de la restaurada mansión Salvatore, todo estaba en silencio, salvo por los suaves pasos que resonaban en los pasillos vacíos.
Axel se encontraba de pie junto a una de las grandes ventanas del salón, mirando hacia el exterior. La luz del amanecer apenas tocaba el borde de los árboles, pero a él le parecía distante, casi irreal. En su interior, una tormenta de emociones bullía, chocando contra su razón y su entendimiento. Todo lo que había conocido sobre su vida, sobre quién era, se había transformado en algo mucho más complejo y oscuro.
El eco de unos pasos suaves lo sacó de su trance. Al girarse, vio a Nikole acercarse. Su cabello largo y quebrado caía en suaves ondas sobre sus hombros, mientras sus ojos azules reflejaban una mezcla de preocupación y ternura. Había algo en ella que siempre lograba calmarlo, incluso en medio del caos.
—Te he estado buscando —dijo Nikole con una sonrisa leve, aunque sus ojos delataban la seriedad de la conversación que deseaba tener—. Quería asegurarme de que estuvieras bien... después de todo lo que pasó ayer.
Axel asintió, pero no dijo nada de inmediato. Miró nuevamente por la ventana, como si el paisaje le diera las respuestas que buscaba.
—No sé si estoy bien, Nikole —admitió finalmente, su voz llena de una mezcla de confusión y resignación—. Todo esto... descubrir quién soy realmente, lo que significa ser un Salvatore... es demasiado. Mis padres... mis hermanos... todo lo que creía saber ha cambiado.
Nikole se acercó más a él, colocándose a su lado, sin decir nada por un momento. Sabía que Axel necesitaba procesar todo a su propio ritmo.
—Es comprensible que te sientas abrumado —dijo finalmente—. Ha pasado mucho en tan poco tiempo, y nadie estaría preparado para enfrentarse a algo así. Pero, Axel... no tienes que cargar con esto solo. Estoy aquí para ti, Marcela también. Y Kul... incluso Jacob. No tienes que enfrentarlo todo solo.
Axel apretó los labios, sintiendo una punzada de culpa. Había algo en las palabras de Nikole que lo hacía sentirse agradecido, pero también vulnerable.
—No sé si puedo ser quien esperan que sea —confesó en voz baja—. No sé si puedo llevar el peso de todo esto. Siempre he sido solo... Axel. Y ahora resulta que soy el hijo de un linaje antiguo, uno que está envuelto en leyendas oscuras y maldiciones. ¿Cómo se supone que pueda lidiar con eso?
Nikole lo miró fijamente, sus ojos brillando con una mezcla de determinación y cariño.
—No tienes que ser perfecto, Axel. Nadie espera eso de ti. Lo único que tienes que hacer es ser tú mismo, y descubrirás cómo enfrentarlo todo a su debido tiempo. El hecho de que te preocupes tanto por hacer lo correcto ya dice mucho de quién eres.
Axel desvió la mirada, sintiendo que las palabras de Nikole calaban hondo en su interior. Por un momento, deseó poder detener el tiempo, quedarse en ese momento de calma antes de tener que enfrentarse nuevamente a la realidad. Pero sabía que no podía.
—Gracias —dijo finalmente, con la voz algo más firme—. No sé qué haría sin ti, Nikole.
Nikole sonrió suavemente y tomó su mano por un breve momento, como si quisiera recordarle que no estaba solo.
—Siempre estaré aquí para ti —susurró.
El silencio entre ambos no era incómodo, sino reconfortante. Axel se sentía más ligero, aunque el peso de las revelaciones seguía presente, amenazando con consumirlo. Sabía que aún tenía muchas preguntas, muchas más verdades que descubrir, pero al menos, en ese momento, sentía que podía enfrentarlo.
Nikole, siempre perceptiva, decidió no presionar más. Sabía que Axel necesitaba tiempo, y aunque el día anterior había sido revelador, también había sido el comienzo de algo mucho más grande.
Finalmente, Axel se separó de la ventana, mirando a Nikole con una nueva determinación en sus ojos.
—Es hora de que comencemos a buscar respuestas, ¿no crees? —preguntó, intentando darle un aire más ligero al momento, aunque ambos sabían que lo que se avecinaba no sería fácil.
Nikole asintió, aliviada de ver que, poco a poco, Axel estaba encontrando la fuerza para seguir adelante.
Juntos, abandonaron el salón, sabiendo que el destino de los Salvatore apenas comenzaba a revelarse.
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Sangre de Demonio: El Legado de los Salvatore
De TodoNovela de Sangre De demonio En el oscuro y misterioso pueblo de Ravenmoor, un joven llamado Axel Salvatore descubre un legado que cambiará su vida para siempre. Tras la muerte de sus padres adoptivos, Axel recibe una carta que lo conduce a este pue...