Sangre de Demonio: El Legado de los Salvatore

Capítulo 32: La Reina del Bosque

Axel se encontraba acostado en su cama, mirando el techo oscuro de su habitación. A pesar de todo lo que había sucedido esa noche, el sueño no llegaba. Las imágenes de la pelea en el bosque, su pérdida de control y el momento en que casi atacó a Nikole lo consumían por completo. No podía dejar de pensar en lo peligroso que se había vuelto, ni en lo que pudo haber hecho si no la hubiese reconocido a tiempo.

Se levantó de la cama, vistiendo solo su pantalón de pijama, y decidió salir al jardín trasero. Necesitaba despejar su mente, respirar el aire fresco de la noche y calmar las emociones que lo asfixiaban. Mientras cruzaba el jardín, notó cómo la luz de la luna se reflejaba en las hojas húmedas de los árboles, creando un paisaje casi irreal. Se detuvo por un momento, dejando que la serenidad del entorno lo envolviera.

De repente, una figura femenina apareció a lo lejos, cerca del límite del bosque. La mujer, envuelta en un aura mística, parecía flotar entre los árboles. Sus ojos azules brillaban como zafiros bajo la luz de la luna, y su largo cabello plateado caía en suaves ondas hasta su espalda. Su piel era clara, suave, casi irreal. Sus alas eran translúcidas y brillaban en tonos vibrantes de verde, rosa y azul, como si estuvieran hechas de la propia esencia de la naturaleza. Vestía un elegante y entallado vestido verde, adornado con joyas y hojas entrelazadas, dándole un aire de realeza innegable. Era hermosa, y parecía estar esperando por Axel.

—¿Quién eres? —preguntó Axel, su voz sonaba tensa, y la sorpresa en sus ojos era evidente. No recibió respuesta. La mujer simplemente lo observó, dándole la espalda lentamente para continuar su camino hacia el bosque.

Sin pensarlo dos veces, Axel la siguió. Algo en ella lo atraía, como si esa figura misteriosa guardara respuestas que él no sabía que necesitaba. Entró al bosque, donde la luz de la luna se hacía más brillante y, de alguna manera, más cálida. Axel, por un momento, se olvidó del caos en su vida. Se perdió en la paz y la belleza del lugar.

—Espera, ¿quién eres? —repitió, pero la mujer no se detuvo. Mientras Axel la seguía, se dio cuenta de que no era una simple aparición.

Finalmente, la mujer se detuvo en un pequeño claro. Volteó para mirarlo, sus alas aún brillaban con intensidad bajo la luna, y sus ojos lo observaban con una mezcla de urgencia y serenidad.

—Soy la reina Ninfa del bosque —dijo, su voz era melodiosa, como el viento susurrando entre los árboles—. Mi nombre es Sylphy. Y necesito tu ayuda.

Axel, sorprendido por la declaración, no pudo evitar preguntarse qué tipo de peligro había en el bosque, y qué relación tenía con él. Pero antes de que pudiera hacer alguna pregunta, Sylphy lo miró con una gravedad que lo dejó en silencio.

El bosque, bajo la luna llena, guardaba más secretos de los que Axel imaginaba, y él estaba a punto de descubrirlos.