Después de la conversación en la oficina, el aire entre Axel y Jacob se tornó aún más solemne. Axel se sentía como si hubiera cruzado un umbral, uno del que no había vuelta atrás. Sabía que el entrenamiento no solo implicaba aprender a controlar sus poderes, sino también aceptar todo lo que significaba ser un Salvatore.
Jacob lo guió por los amplios pasillos de la mansión, su andar era firme pero tranquilo, como si conociera cada rincón del lugar. Axel, aunque seguía cargando con la presión de las advertencias que acababa de recibir, no pudo evitar sentir una pizca de curiosidad al ver a dónde lo estaba llevando.
—Hay algo más que debes saber, amo Salvatore —dijo Jacob, sin mirarlo mientras caminaban—. La alcaldesa del pueblo ha solicitado una reunión contigo. Con tu regreso, hay muchos asuntos que deben resolverse, y uno de los más importantes es cómo mantener el equilibrio entre el mundo sobrenatural y el mundo humano.
Axel lo miró con el ceño fruncido. No era lo que esperaba escuchar en ese momento, pero sabía que había algo más detrás de esas palabras.
—¿Qué tipo de reunión? —preguntó Axel.
—Una reunión para negociar los términos que mantendrán en secreto lo que tu familia ha protegido durante siglos —respondió Jacob, su voz baja pero cargada de seriedad—. El pueblo de Ravenmoor ha vivido en paz durante muchos años, pero ha habido ataques recientes. Criaturas sobrenaturales que normalmente no cruzarían los límites del bosque han empezado a atacar a los humanos. Los ataques se han disfrazado como ataques de animales, pero la alcaldesa sabe que eso no puede durar para siempre.
Axel sintió una punzada de preocupación en el estómago. Sabía que los Salvatore habían protegido el equilibrio entre los mundos, pero ahora que él estaba de vuelta, parecía que ese equilibrio se estaba rompiendo.
—¿Y qué espera la alcaldesa de mí? —preguntó Axel, sin ocultar su frustración.
Jacob lo miró por un momento, como si midiera sus palabras.
—Es simple, amo Salvatore. Ella quiere asegurarse de que el mundo sobrenatural siga siendo un secreto. Que no se repita lo que sucedió hace muchos años, cuando las criaturas comenzaron a descontrolarse. Con tu llegada, es tu responsabilidad restaurar el orden y proteger a ambos mundos, como lo hicieron tus antepasados.
Axel apretó los puños, sintiendo el peso de su herencia más fuerte que nunca. No solo tenía que controlar su poder, sino que también tenía que proteger a un mundo que apenas comenzaba a comprender.
—¿Y cómo se supone que haga eso? —preguntó Axel, con un tono de impotencia.
—Todo a su tiempo, señor —respondió Jacob con calma—. Por ahora, debemos concentrarnos en una cosa: tu entrenamiento. Y para ello, hay algo que necesitas.
Jacob se detuvo frente a una puerta grande y pesada de madera oscura. Sobre la puerta, había un intrincado grabado con el emblema de los Salvatore: un escudo rodeado por lobos, murciélagos y cuernos demoníacos, un símbolo de la fusión de las tres naturalezas de la familia. Con un leve empujón, Jacob abrió la puerta y dejó que Axel viera lo que había dentro.
La habitación estaba débilmente iluminada por la luz de la luna que se filtraba a través de las ventanas, y en el centro, sobre un pedestal de mármol oscuro, descansaba la espada de la familia Salvatore. Era una visión majestuosa.
La hoja de la espada parecía brillar con un resplandor propio, afilada y letal, pero también hermosa en su diseño. El metal tenía un tono plateado, como si estuviera hecho de una aleación antigua que ninguna arma moderna podría igualar. Pero lo que más destacaba era la empuñadura. La cabeza de un trihíbrido, con rasgos claramente lobunos, estaba tallada en plata pura. Sus ojos parecían brillar con una inteligencia antigua, y los detalles de los colmillos y las orejas puntiagudas eran tan precisos que casi parecía viva. Las garras del trihíbrido envolvían la empuñadura, como si protegiesen la espada de todo aquel que no fuera digno de empuñarla.
—Esta es la espada de la familia Salvatore —dijo Jacob, con reverencia—. Ha pasado por generaciones, de padres a hijos, y siempre ha sido utilizada para proteger el linaje y mantener el orden en el mundo sobrenatural. Esta espada no es solo un arma; es una extensión de tu poder.
Axel se acercó al pedestal, observando la espada con asombro y respeto. Sabía que este era un momento decisivo. Si tomaba esa espada, estaría aceptando por completo su herencia y todo lo que implicaba.
—¿Qué tengo que hacer? —preguntó Axel, sin apartar los ojos de la espada.
—Empuñarla —respondió Jacob—. Y con el tiempo, aprenderás a dominarla. Esta espada responderá a tu sangre, a tu linaje. Solo aquellos que llevan la sangre de los Salvatore pueden controlarla.
Axel extendió la mano lentamente, sintiendo el frío del metal incluso antes de tocar la empuñadura. Cuando finalmente envolvió sus dedos alrededor de la cabeza de plata, una oleada de energía recorrió su cuerpo. Era como si la espada reconociera su presencia, como si supiera que había regresado a su verdadero dueño.
—Ahora, señor —dijo Jacob, dando un paso hacia atrás—, tu entrenamiento comienza. Pero recuerda: la espada es solo una parte de lo que eres. Tu verdadero poder proviene de tu control sobre las tres naturalezas que habitan en ti. Eso es lo que te hace único, lo que te hace un Salvatore.
Axel asintió lentamente, sintiendo el peso de la espada en su mano y el significado de todo lo que representaba. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero estaba listo para enfrentarlo.
—Y con respecto a la reunión con la alcaldesa —dijo Jacob, rompiendo el silencio—, será mejor que te prepares. Tendrá lugar mañana por la noche. Ella querrá respuestas, y tú tendrás que darle algunas.
Axel soltó un suspiro profundo, asumiendo que el entrenamiento no sería lo único que tendría que enfrentar. Había llegado a Ravenmoor buscando respuestas sobre su pasado, pero lo que había encontrado era mucho más de lo que había imaginado. Ahora, tenía que aprender a manejar su poder, proteger a su gente, y asegurarse de que el mundo sobrenatural permaneciera en secreto. El destino de los Salvatore estaba nuevamente en sus manos.
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Sangre de Demonio: El Legado de los Salvatore
Ngẫu nhiênNovela de Sangre Y Fuego En el oscuro y misterioso pueblo de Ravenmoor, un joven llamado Axel Salvatore descubre un legado que cambiará su vida para siempre. Tras la muerte de sus padres adoptivos, Axel recibe una carta que lo conduce a este pueblo...