Sangre de Demonio: El Legado de los Salvatore

Capitulo 28: El Lado Oscuro De Axel

Nikole no podía quedarse quieta. La advertencia de Axel aún resonaba en su cabeza, pero su instinto le decía que algo más grande estaba en juego. "No me sigas", le había dicho, pero ella ignoró esa advertiría pero ella sabía que no podía dejarlo ir solo. No después de todo lo que había descubierto sobre él y su familia. Ignorando las advertencias, decidió seguirlo, manteniéndose a una distancia segura, lo suficiente para que Axel y Kul no detectaran su presencia.

El bosque era oscuro y amenazante. Cada paso que daba aumentaba su inquietud, pero no podía echarse atrás ahora. Observaba desde la distancia, oculta entre los árboles, mientras Axel caminaba cada vez más adentro del bosque. En su rostro, podía ver la determinación y el peso que cargaba, aunque él no lo mostrara. Nikole sabía que estaba a punto de enfrentarse a algo peligroso.

El aire cambió repentinamente, tornándose denso, pesado. Fue entonces cuando vio a los vampiros alimentarse de una chica inocente, dos de ellos. Uno de ellos una mujer y el otro un hombre, también estaban con ellos los elfos que también los habían atacado anteriormente en la mansión Salvatore, como si hubieran estado esperando este momento los elfos para vengarse.

Nikole contuvo la respiración. El corazón le latía desbocado en el pecho, y su instinto le gritaba que corriera, pero no podía. Estaba paralizada por el terror y la preocupación por Axel.

—Volviste, pequeño niño —dijo, su voz goteando sangre—. Y esta vez, sin tu amiguito. ¿Acaso deseas morir?

Escucho nikole hablar a uno de ellos y sin previo aviso , los vampiros y los elfos se lanzaron contra Axel y Kul. Nikole observaba horrorizada cómo Axel trataba de defenderse, pero estaba en desventaja. El vampiro fue más rápido y le soltó un golpe que lo mando a volando hacia un árbol. El sonido del impacto resonó en el silencio, y Nikole sintió un nudo en el estómago. Jamás había visto a Axel en una situación tan desesperada.

La pelea era brutal, y Nikole nunca había imaginado que Axel pudiera estar tan expuesto al peligro. A medida que el combate continuaba, Axel parecía estar perdiendo el control de la situación. El vampiro era más rápido y fuerte. Axel en el suelo no podía hacer nada por los ataques.

Nikole lo vio. El momento de cómo Axel detuvo el golpe del vampiro con una sola mano.

Su cuerpo comenzó a cambiar. Sus ojos usualmente cálidos, se volvieron de un tono anaranjado brillante, como dos brasas encendidas. Sus colmillos crecieron, y su piel cambiaba de color. Era una versión de Axel que Nikole nunca imagino presenciar, una criatura salvaje y peligrosa. Su transformación fue rápida y aterradora.

Kul aullaba en sincronía con su amo, pero Axel ya no era completamente humano. Se había convertido en algo más.

Nikole se cubrió la boca para no gritar, su cuerpo temblaba al ver a Axel transformado en un monstruo. Él no era el joven amable que conocía, ahora era un monstruo imparable y peligroso. Uno por uno. El vampiro, luego el elfo y al final la vampira fueron cayendo, solo un elfo fue quien logró escapar de las garras de Axel. Él monstruo que se transformó los despedazó sin piedad, dejando tras de sí una escena bañada en sangre.

Nikole sintió cómo el terror la consumía. No podía creer lo que estaba viendo. Axel, su amigo, estaba destrozando a esos seres con una furia inhumana, sus manos cubiertas de sangre mientras los cuerpos de los vampiros caían sin vida.

Axel se quedó de pie en medio de la masacre. El bosque había quedado en un silencio sepulcral, roto solo por la respiración agitada de Axel. Su cuerpo temblaba, y poco a poco, fue regresando a su forma humana, aunque los vestigios de la batalla seguían presente en su piel ensangrentada.

Nikole no pudo soportarlo más. El miedo la invadió y, sin pensarlo dos veces, salió corriendo en dirección opuesta. El bosque parecía más oscuro que nunca mientras corría, sus pies tropezaban con las raíces y las piedras, pero no se detuvo. El horror de lo que acababa de presenciar la empujaba a seguir adelante.

El aire se sentía helado, y su corazón latía con fuerza en aus oídos. Pero entonces, de repente, chocó contra algo... o alguien.

Nikole levanto la vista, jadeante, y frente a ella estaba un hombre que nunca había visto antes. Era imponente, con ojos de un azul intenso que brillaban en la oscuridad. Su cabello oscuro caía sobre sus hombros, y una sensación de calma inusitada la rodeó. Era un hombre misterioso que nikole no sabía si era peligroso o no.

—¿Estás bien? —preguntó el hombre, su voz profunda y seca.

Nikole no supo cómo reaccionar. Todo lo que había vivido en los últimos minutos la había dejado aturdida.

—No... no lo sé —respondió, sin aliento y temor—. Algo horrible... mi amigo... él... —Las palabras se le atoraban en la garganta mientras lágrimas recorrían sus mejillas por lo que había visto.

El hombre sonrió ligeramente, inclinando la cabeza con un aire de hipocresía en su rostro.

—Es muy peligroso que una joven tan hermosa cómo tu esté sola en un lugar como este —dijo él, con una voz que tenía un toque casi hipócrita e hipnótico—. No deberías estar aquí.

Nikole retrocedió un paso, aunque el miedo que había sentido antes estaba desapareciendo lentamente. Algo en la presencia de ese hombre la calmaba de cierto modo aunque no podía explicarlo.

—Acabo de ver a... mi amigo... él... él acabó con ellos —balbuceó Nikole, sus ojos aún llenos de miedo.

El hombre se inclinó un poco hacia ella, mirándola con ojos confundidos.

—A veces, las personas que creemos conocer esconden cosas que no podemos imaginar —dijo con suavidad—. Pero lo importante es que tú estás a salvo ahora.

Nikole no sabía qué pensar.
Estaba confundida, aterrada, y algo en la mirada de ese hombre la hacía sentir que no estaba sola, aunque no sabía si podía confiar en él.

—¿Quién... quién eres? —preguntó finalmente, su voz temblorosa.

El hombre solo sonrió.

—Alguien que quiere asegurarse de que llegues a salvo a casa - respondió, extendiéndole la mano
—. ¿Te llevo?

Nikole dudó por un momento, pero su mente estaba tan abrumada por lo que había visto que solo quería salir del bosque.
Asintió lentamente, sin darse cuenta de la verdadera identidad del hombre frente a ella.

Juntos, se adentraron más en el bosque, y aunque Nikole no lo sabía, el destino la había puesto en el camino de alguien mucho más oscuro y poderoso de lo que ella podía imaginar.