La fogata seguía brillando en la noche, y la música y las risas de los demás llenaban el aire. El calor del fuego contrastaba con la frescura de la noche, y Axel se encontraba observando cómo la luz de la luna reflejaba en la cascada cercana. Todo parecía estar en calma por un momento, pero Axel sabía que bajo la superficie de la tranquilidad, había más de lo que se veía.
Mientras estaba inmerso en sus pensamientos, escuchó pasos detrás de él. Rebeka, con una sonrisa segura y un aire de confianza, se acercó lentamente.
—Te has apartado de todos, ¿te escondes o simplemente prefieres la soledad? —preguntó, con un tono suave pero intrigante.
Axel sonrió levemente, intentando mostrarse amigable, aunque no del todo cómodo.—Solo necesitaba un momento para pensar —respondió, mirando de nuevo hacia la cascada—. La vista es hermosa, ¿no crees?
Rebeka asintió, pero claramente estaba más interesada en él que en el paisaje. Se apoyó en una roca cercana, mirándolo con curiosidad.
—Cuéntame más sobre ti, Axel. No se sabe mucho de tu vida antes de llegar aquí. Eres un misterio para todos —dijo, con la esperanza de que Axel revelara algo más de sí mismo.
Axel sabía que no podía contar la verdad. Todo lo que había pasado, las batallas, los secretos sobrenaturales, tenían que permanecer ocultos. Respiró hondo antes de contestar.
—No llevo mucho tiempo sabiendo mi verdadero apellido. Crecí en Canadá, con mis padres adoptivos. Ellos me cuidaron hasta... bueno, hasta que un accidente de coche lo cambió todo. -Axel hizo una pausa, recordando el dolor de perder su vida anterior—. Pero ahora estoy aquí, con mi hermano Nathaniel, y las cosas están mejorando.
Rebeka lo miraba, claramente intrigada, aunque algo decepcionada de no obtener más detalles jugosos. Sonrió suavemente, inclinándose un poco más cerca de él.
—Vaya, lo siento por lo que pasaste... pero me alegra que estés aquí ahora. —Sus palabras eran sinceras, pero también notoriamente coquetas.
Axel se sentía algo incómodo, no solo por la cercanía de Rebeka, sino porque, mientras hablaban, podía sentir la mirada de Nikole desde la distancia. No podía ignorar el peso de su mirada, y sin pensarlo dos veces, decidió que tenía que hablar con ella.
—Disculpa, Rebeka. Tengo que hacer algo -dijo rápidamente, alejándose de ella.
Rebeka lo observó mientras se alejaba, con una mezcla de confusión y decepción en su rostro. No estaba acostumbrada a que la ignoraran.
Mientras Axel caminaba entre la multitud, sus sentidos se agudizaron. Pudo escuchar voces cerca del borde de la fiesta, y reconoció inmediatamente la de Nikole, junto con otra voz familiar:
Jonh.Jonh estaba frente a Nikole, algo ebrio, con una botella en la mano y una expresión de arrepentimiento
en el rostro.—Solo quiero hablar, Nikole —dijo, acercándose a ella de manera algo vacilante—. No puedo olvidarte...
no puedo olvidarnos.Nikole lo miraba con frialdad, manteniendo la distancia. Había superado su relación con Jonh y no quería volver a vivir lo que había pasado antes.
-Jonh, esto se terminó hace mucho. Tienes que entenderlo - respondió con firmeza, cruzando los brazos.
El rostro de Jonh se tornó sombrío. Su frustración aumentó al darse cuenta de que no estaba obteniendo la respuesta que quería. En un arrebato de ira, tomó a Nikole de la muñeca con fuerza.
—No... no puedes hacerme esto.
Aún te quiero —dijo, apretando su agarre.Nikole intentó soltarse, sintiendo el dolor por la presión en su muñeca. Justo cuando Jonh iba a decir algo más, Axel apareció detrás de él.
-Suéltala —dijo Axel con calma, pero con una autoridad innegable
en su tono.Jonh lo miró con desprecio, aún sujetando a Nikole.
—¿Y si no quiero hacerlo? ¿Qué vas a hacer al respecto? — preguntó Jonh, con una sonrisa arrogante.
Sin previo aviso, Jonh lanzó un golpe hacia el rostro de Axel. El puño impactó directamente en su mejilla, pero Axel no se movió. El golpe no había hecho absolutamente nada. Jonh, desconcertado y enfurecido, retrocedió un paso.
-Vete, Jonh. No quiero pelear contigo —dijo Axel, manteniendo la calma, aunque sus ojos brillaban con una luz peligrosa.
Antes de que la situación pudiera escalar, los amigos de Jonh intervinieron, sujetándolo y pidiendo disculpas a Axel y a
Nikole.-Lo siento, chicos. Está borracho, no sabe lo que dice —dijo uno de ellos, mientras se llevaban a Jonh a la fuerza, aún murmurando maldiciones.
Por un momento, la música se detuvo y todos se quedaron en silencio, pero fue Emiliano quien rompió la tensión.
—¡Que siga la fiesta, amigos! - gritó, levantando su bebida en el aire.
El ambiente volvió a la normalidad rápidamente. Todos comenzaron a reír y a bailar de nuevo, como si nada hubiera pasado. Pero Nikole ya no estaba ahí. Axel se dio cuenta de que, en medio del caos, ella había desaparecido.
Antes de que Axel pudiera ir a buscarla, Rebeka apareció de nuevo, esta vez con una mirada decidida. Sin darle tiempo a reaccionar, se acercó y lo besó frente a todos.
La multitud estalló en vítores y gritos de emoción, pero Axel estaba demasiado sorprendido para reaccionar. Fue entonces cuando vio a Nikole, a lo lejos, observando todo.
Su mirada estaba llena de dolor, y antes de que pudiera decirle algo, la vio correr en dirección al bosque.
—Nikole, ¡espera! -gritó Axel, empujando a un lado a Rebeka.
Corrió tras ella, sabiendo que tenía que hablar con ella, pero Nikole no se detenía. La oscuridad del bosque parecía envolverla mientras Axel corría, desesperado
por alcanzarla.
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Sangre de Demonio: El Legado de los Salvatore
RandomNovela de Sangre Y Fuego En el oscuro y misterioso pueblo de Ravenmoor, un joven llamado Axel Salvatore descubre un legado que cambiará su vida para siempre. Tras la muerte de sus padres adoptivos, Axel recibe una carta que lo conduce a este pueblo...