Capítulo 24: Preparativos para la Batalla

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El sol brillaba tenuemente sobre el claro detrás de la mansión Salvatore, donde Axel y Nathaniel entrenaban en silencio. Nathaniel, con su postura firme y su mirada concentrada, sostenía una majestuosa espada, mientras Axel intentaba igualar su destreza. Cada golpe de espada que intercambiaban resonaba en el aire, mientras el viento acariciaba los árboles que los rodeaban.

—Mantén la guardia alta, Axel —dijo Nathaniel mientras bloqueaba uno de los ataques de su hermano menor con facilidad—. Tienes que anticiparte a los movimientos de tu oponente. La fuerza no lo es todo, la estrategia es lo que te mantendrá vivo.

Axel, sudando por el esfuerzo, asintió. Sentía cada fibra de su ser poniéndose a prueba. Sabía que su entrenamiento no solo era necesario para enfrentar a Bursus, sino también para controlar los poderes que comenzaban a despertar en su interior. Con cada golpe, sentía el poder de su linaje mezclándose, su naturaleza híbrida luchando por salir a la superficie.

—Lo estás haciendo bien, Axel —comentó Nathaniel, dándole una leve sonrisa mientras bajaba su espada para hacer una pausa—. Pero recuerda que, cuando llegue el momento, tendrás que liberar todo tu potencial. No solo tu fuerza física, sino también lo que llevas dentro.

Axel bajó la espada, tomando un momento para recuperar el aliento. Sabía que su hermano tenía razón. Controlar sus tres naturalezas —vampiro, hombre lobo y demonio— no sería fácil, pero sabía que era el único camino para enfrentarse a la amenaza que se avecinaba.

Mientras tanto, en otra parte de Ravenmoor, Nikole caminaba por las calles empedradas del pueblo, envuelta en una ligera brisa otoñal. Acompañada por Emiliano, Devon y Maria, sus pensamientos seguían atrapados en lo ocurrido la noche anterior con John y Axel. Aunque había sido un momento tenso, estaba agradecida de que todo hubiera terminado sin mayores problemas.

—Todavía no puedo creer lo que pasó anoche —comentó Emiliano, sacudiendo la cabeza—. Ese tipo, John, estaba completamente fuera de sí. Me alegra que Axel haya intervenido cuando lo hizo.

Maria asintió, con los brazos cruzados mientras caminaba junto a Nikole. —Fue impresionante cómo lo manejó. No cualquiera se enfrenta a alguien así, y lo hace sin perder el control.

—Sí, pero... —Nikole interrumpió, mirando al horizonte, su mente en otro lugar—. Es extraño. No he escuchado nada de Axel en todo el día. Me prometió que se mantendría en contacto, pero ha estado completamente desaparecido.

Devon, que caminaba al otro lado de Emiliano, se encogió de hombros. —Tal vez está ocupado. No parece alguien que ande con el teléfono todo el tiempo.

—Es posible —respondió Nikole—, pero tengo la sensación de que algo más está pasando. No es solo que no me haya llamado, es como si... —hizo una pausa, tratando de encontrar las palabras—, como si estuviera lidiando con algo más grande. Algo que no está compartiendo con nosotros.

Emiliano frunció el ceño, notando la preocupación en los ojos de Nikole. —¿Crees que Axel te está ocultando algo?

—No lo sé —admitió Nikole—, pero es posible. Lo que ocurrió anoche... y todo lo que pasó con John... siento que Axel está relacionado con cosas más profundas. Cosas que quizás no estamos preparados para entender.

Maria suspiró, intentando ofrecer una respuesta más optimista. —Quizás solo necesita tiempo para adaptarse. Recuerda que es nuevo en el pueblo, y todos hemos pasado por momentos difíciles. Dale espacio.

Nikole asintió lentamente, aunque su preocupación no desapareció del todo. Sabía que había algo más en Axel, algo que no lograba entender por completo. Y aunque confiaba en él, no podía evitar sentir que estaba siendo arrastrado hacia un mundo del que no había regreso.

Sangre de Demonio: El Legado de los SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora