Capítulo 1: El Despertar en Ravenmoor

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Axel Salvatore despertó con el corazón acelerado, sus manos temblaban mientras intentaba aferrarse a la última imagen del sueño que lo atormentaba. Era el mismo sueño de siempre. La visión de sus padres corriendo por un oscuro bosque, el sonido de criaturas acechándolos, y él, apenas un bebé, siendo cargado con desesperación. El lobo blanco, Kul, siempre aparecía al final, llevándolo lejos del peligro.

Respirando profundamente, se pasó la mano por el cabello negro y quebrado, apartándolo de su frente. Se levantó de la cama, aún perturbado por la intensidad de la visión. Había soñado esto tantas veces, que se sentía más como un recuerdo que como una simple pesadilla.

"¿Por qué siempre lo mismo?", se preguntó, mirando su reflejo en el espejo del cuarto. Sus ojos café oscuro le devolvieron la mirada, llenos de preguntas sin respuesta. Sabía que había algo más detrás de esos sueños, pero cada vez que lo mencionaba, sus padres adoptivos, Clara y Daniel, lo ignoraban o le decían que solo eran eso, sueños.

Bajó al comedor, donde Clara ya estaba preparando el desayuno. El olor a café llenaba el ambiente, pero Axel apenas lo notaba. Aún estaba perdido en el eco de sus sueños.

—¿Otra vez el mismo sueño? —preguntó Clara, notando su expresión.

Axel asintió en silencio. Ya no valía la pena contar los detalles, siempre era lo mismo. Sabía que no le darían la respuesta que necesitaba.

—Son solo pesadillas, Axel —dijo Daniel, entrando a la cocina y tomando una taza de café. —Nada de lo que preocuparse.

—Lo sé... —Axel murmuró, aunque en su interior no podía dejar de sentir que eran algo más.

El día pasó como cualquier otro. Axel intentó concentrarse en sus actividades cotidianas, pero una sensación de inquietud lo seguía. Algo estaba a punto de cambiar, lo sentía en el aire. No podía apartar de su mente la escena de sus padres corriendo, el lobo blanco, y la sensación de estar siendo protegido de algo terrible.

Esa tarde, Clara, Daniel y Axel salieron a un paseo en el auto. Querían distraerse un poco, hacer una salida familiar como solían hacerlo. Sin embargo, el destino tenía otros planes para ellos.

En una curva cerrada de la carretera, un camión apareció de la nada, derrapando sin control. El impacto fue brutal. Axel apenas pudo registrar lo que sucedió antes de que el coche volcara. Todo se volvió un torbellino de caos.

Cuando el vehículo finalmente se detuvo, Axel salió tambaleante de entre los restos del coche. Miró a su alrededor, aturdido. No había un solo rasguño en su cuerpo. Era como si algo lo hubiera protegido del impacto. Miró hacia el interior del coche, donde Clara y Daniel yacían inmóviles.

—¡Mamá! ¡Papá! —gritó Axel, pero no hubo respuesta.

El dolor de perderlos lo consumió, pero había algo más que lo perturbaba. ¿Por qué había sobrevivido sin un rasguño? ¿Por qué sentía que algo más grande estaba en juego?

Pasaron los días, y el vacío que sentía Axel se profundizaba. La pérdida de sus padres adoptivos era desgarradora, pero junto con ese dolor vino algo más: una carta que llegó de manera inesperada, dirigida específicamente a él.

Axel abrió el sobre con manos temblorosas. Dentro, una carta que cambiaría su vida para siempre:

_"Querido Axel,

Si estás leyendo esta carta, es porque Clara y Daniel ya no están contigo. Lamento profundamente que hayas tenido que enterarte de esta manera, pero la verdad es que tu vida ha estado marcada por secretos desde el día en que naciste.

Tu verdadero apellido no es el que te dieron tus padres adoptivos. Tú eres un Salvatore, parte de una antigua y poderosa familia cuyos orígenes están envueltos en lo sobrenatural. Tu linaje no es como el de los demás. Hay fuerzas más grandes de lo que imaginas que giran en torno a ti, y el tiempo ha llegado para que descubras quién eres realmente.

Tu herencia está en un lugar llamado Ravenmoor. Allí, en ese pueblo, encontrarás respuestas a las preguntas que sé que tienes. Este es el destino que siempre te ha esperado. Viaja a Ravenmoor. Todo comenzará a tener sentido una vez que llegues.

Con afecto,

Un amigo."_

Axel leyó la carta varias veces, incapaz de procesar por completo lo que estaba leyendo. "Salvatore... ¿Ravenmoor?" Todo lo que alguna vez creyó saber sobre sí mismo parecía desmoronarse frente a esa revelación.

Su mente intentaba encajar las piezas: los sueños, el accidente, la carta... Todo apuntaba a un destino del que él no tenía idea hasta ese momento. Pero en lo profundo de su ser, sabía que tenía que ir a ese lugar. Tenía que descubrir la verdad.

El viaje a Ravenmoor fue largo y lleno de incertidumbre. Mientras recorría las carreteras, Axel no podía evitar pensar en lo que le esperaba al llegar. La carta mencionaba respuestas, pero también traía consigo un sinfín de preguntas.

Finalmente, cuando el pueblo apareció en el horizonte, Axel sintió una extraña sensación de reconocimiento, como si ya hubiera estado allí antes. Las calles empedradas, las antiguas casas con tejados oscuros y las colinas que rodeaban el lugar parecían sacadas de otro tiempo.

Mientras caminaba por las calles del pequeño pueblo, sus ojos se cruzaron con los de una joven que caminaba en la dirección contraria. Tenía el cabello largo y quebrado de un color rubio castaño, sus ojos azules resplandecían bajo la luz tenue del sol, y su piel clara destacaba con un brillo natural. Era innegablemente hermosa, pero lo que más impactó a Axel fue la inexplicable sensación de conexión que sintió al verla.

La joven lo miró durante un breve segundo, sus ojos azules pareciendo estudiarlo antes de seguir su camino. Sin pensarlo demasiado, Axel sintió el impulso de detenerla.

—Disculpa —llamó él, con la voz aún algo nerviosa.

Ella se giró con una pequeña sonrisa curiosa. —Hola, ¿te perdiste?

Axel vaciló por un momento. —Soy nuevo en el pueblo... ¿Podrías decirme cómo llegar a la posada?

—Por supuesto —respondió ella con amabilidad, señalando una calle hacia la izquierda. —La posada está al final de esa calle, cerca del café. Me llamo Nikole, por cierto.

—Axel —respondió él, sorprendido por la tranquilidad que sentía al hablar con ella.

Nikole le sonrió una vez más antes de seguir su camino. Mientras se alejaba, Axel no pudo evitar pensar que había algo más en esa chica, algo que lo hacía sentir observado, como si supiera más de lo que dejaba ver.

Con ese último pensamiento en mente, Axel se dirigió hacia la posada, sabiendo que en Ravenmoor su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Sangre de Demonio: El Legado de los SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora