LEYLA STERNE—¿Realmente estás segura?—dice en mi oído. Sus palabras envían escalofríos por todo mi cuerpo y su cercanía me debilita.
Estoy segura.
Lo quiero a él. Lo necesito.—Quiero todo de ti, Simon, y estoy segura de ello—respondo. No duda en volver a estampar sus labios contra los míos para besarme ansioso. La calidez se acumula en cada parte de mí. Sus manos me cargan con una agilidad impresionante mientras su boca devora la mía, coloca mis piernas al rededor de su cintura y pega mi espalda en la pared.
Nuestras respiraciones se agitan y mis labios se humedecen con los suyos.—Te deseo tanto...no tienes ni idea—lleva sus manos al borde de mi blusa, bajando los tirantes con cuidado. Solo un poco. Besa la piel expuesta y un cosquilleo se avecina en mi vientre.
No lo dejo solo a él, puesto a que mis manos viajan bajo su ropa, tocando cada músculo y sintiendo cada centímetro posible.
Nunca lo había acariciado así, y ahora estaba a punto de volverme adicta.Él era todo aquello de lo que se supone que debería mantenerme alejada. Eso que no tenía permitido. Era todo lo que siempre me habían prohibido.
Ya era demasiado tarde porque le pertenecía. Nos pertenecíamos el uno al otro.—Quiero tocarte también—musito. Sus ojos se inyectan en los míos como si pudiese ver mi alma. Tiene la respiración disparada, los labios hinchados y el cabello revuelto.
El estómago me da una voltereta tan solo de pensar que he sido yo quien ha provocado eso en él. Que alguien se ha puesto así por mí.
—Soy todo tuyo, Leyla—dice con voz ronca.—. Todo de mí te pertenece, ni siquiera necesitas permiso para poder tocarme—acaricia mis mejillas y me regala una corta sonrisa.
A veces me hace sentir como una típica adolescente viviendo un clásico romance de instituto. Con solo una mirada, un gesto, una palabra o incluso un roce, es capaz de hacer que mi mundo de vueltas.
Me inclino para tomar el atrevimiento de volver besarlo. Nuestros alientos se mezclan el uno con el otro y mis manos viajan bajo su ropa de nuevo. Separa un poco los brazos para facilitarme el quitar la prenda. La tela se desliza sobre sus fuertes brazos hasta que su torso queda expuesto ante mí.
—Solo espero, que aun así sigas eligiéndome, porque esto es lo que soy realmente, Leyla—un extraño arrebato de inseguridad que jamás había visto en él se hace presente. No entiendo a que se refiere.
O, tal vez sí.
Su pecho y hombros está lleno de cicatrices, marcas e incluso tenía una marca de bala cerca del pecho. Algún que otro tatuaje cubría parte de su piel. Pero las marcas seguían siendo visibles.
Mi corazón se estruja y creo que voy a llorar. Quiero hacerlo sentir como él lo hizo conmigo.—Vas a matarme a como sigas en silencio—su inseguridad es más palpable. Levanto la mirada y veo directo a sus ojos. Esos que brillan con intensidad cada vez que me mira.
—Eres hermoso...—digo sincera.
Simon también tenía cicatrices. Tenía muchas. Incluso más que yo. Pero las de él eran de guerra.
Siento un impulso así que elevo mi mano y acaricio algunas. Su respiración se acelera levemente mientras me observa. Trazo líneas con mis dedos sobre cada marca hasta tocar la cicatriz cerca del pecho.—¿Son de guerra?—indago con tranquilidad. Él asiente—. ¿Es esto por lo que evitabas mostrarte ante mí?
Suspira antes de hablar. Sus dedos se aprietan en mis caderas, sosteniéndome contra la pared.
—No quería decepcionarte. Que vieras el cuerpo de un hombre dañado, y huyeras—está siendo vulnerable. Lo noto en el destello de sus ojos, en el ritmo de su respiración y el tono de su voz.

ESTÁS LEYENDO
Forgive Me
RomanceDonde la verdad es el camino a la salvación, Leyla Sterne, una devota mujer criada en las estrictas creencias de su iglesia, se ve desafiada cuando Simon Romanov, un enigmático ex-militar, llega al pueblo. A medida que su encuentro florece, se desp...