SIMON ROMANOV
Simon
13 años—Me...Me gust..gustas, me gustas, Tatiana—levanto el ramo de rosas justo al frente. Todos en el instituto nos ven. Incluso algunos graban, pero no me importa.
Ella me gusta mucho. Solo quiero que sea mi novia. Creo que puedo gustarle. Dijo que era interesante hablar conmigo la otra vez.
—Deja que sea tu novio, ¿me permites?—extiendo el ramo nuevamente y ella lo toma. Pienso que va a sonreír. Incluso podría olerlas.
Huelen muy bien.
No lo hace.
Simplemente me mira de arriba a abajo con desprecio saliendo de su mirada e incrustándose en mi. Tira el ramo al suelo y lo aplasta con sus zapatillas a la vez que se ríe.—¿Tú novia? Nadie quiere al tartamudo—se burla. Mis ojos bajan a las flores que estan hechas trizas y luego suben a ella. Las lágrimas me apañan los ojos. Es entonces cuando me doy cuenta que está grabándome también.
Todos lo hacen.
Se ríen y murmuran.—¡Tartamudo! Dios mio..—goza entre las risas—. ¿Creías que yo estaría contigo? Hay mejores, mucho mejores. No dudes en que nadie va a elegirte nunca. Sobretodo con ese problema que tienes.
El corazón se me aplasta y no puedo respirar.
Quiero hablar, reprocharle algo pero todos se ríen de mi. De pronto eso es lo único que escucho.Empiezan a tirarme cosas. No me doy cuenta si quiera qué es porque caigo de rodillas sobre el cemento y me cubro. Los abucheos y burlas me martillean la cabeza.
«El niño de mamá»
«Oh, Simon, ¿Estás llorando ahora?»
«¡Grábenlo! Esto hay que guardarlo hasta que nos graduemos»El pánico y la vergüenza me invaden. Me pongo de pie a como puedo y huyo como sé hacerlo.
Corro tan rápido como puedo hasta salir del instituto, cruzo el jardín y me escabullo por las calles con el corazón galopandome con rudeza.Mi casa no está lejos. Llego a duras penas y cierro la puerta de un tiron al entrar. Hecho lágrimas. Me apresuro a subir a mi habitación pero entonces la voz de mi madre me llega a los oídos.
—¿Cariño? ¿Qué sucede? ¿Ha pasado de nuevo?
La ignoro.
Vuelve a hablarme. A gritar mi nombre como si rogara por la explicación del por qué he llegado tan mal.—¡No quiero hablar con nadie, dejame solo!—le grito con desdén y tiro mi puerta con fuerza al llegar a mi habitación.
Mi respiración se vuelve errática. Las manos me tiemblan y doy vueltas por toda mi habitación. El sonido de mis zapatos contra el suelo me estresa así que me tumbo sobre mi alfombra.
Es cuando me doy cuenta que he quedado frente a mi espejo.
Lo he cubierto con una manta. Llevo tiempo de no verme a mi mismo. Odio mi reflejo. En ocasiones me gustaría arrancarme la piel y tomar una nueva.Me pongo de pie justo al frente y tiro de la sabana. Mirando eso que tanto odiaba. Aquello que nadie quería y que no lo harían nunca.
—Inútil—mascullo—eres un inútil y débil.
Te odio. ¡Te odio!Los sollozos acompañan mis débiles gritos y cuando siento que no puedo más. Eso que tanto conozco me llama. Me acerco a mi mochila y rebusco en el bolsillo hasta encontrar una pequeña navaja.
Me tambaleo de nuevo hacia el espejo y extiendo mi brazo.
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Forgive Me
RomanceDonde la verdad es el camino a la salvación, Leyla Sterne, una devota mujer criada en las estrictas creencias de su iglesia, se ve desafiada cuando Simon Romanov, un enigmático ex-militar, llega al pueblo. A medida que su encuentro florece, se desp...