Capitulo 37

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Iván
Evian y yo vamos a toda velocidad sobre los caballos, Evian sabe controlar al caballo a la perfección. Pienso en lo que paso en la mañana, no puedo entender la pelea que tuvimos Dahlia y yo esta mañana. Le había prometido dedicarle el resto del día, pero cuando la vi lastimar a Deborah me enojé y le grité algo que no había hecho. Nunca discutimos, pero últimamente parece que es todo lo que hacemos. Necesito hablar con ella y arreglar las cosas, no podemos seguir viviendo de esta manera, no es bueno para el bien de nuestra relación. Después de montar a caballo durante un rato, decidió que es hora de entrar y hablar con Dahlia.

—Evi es hora, vamos a llevar los caballos a descansar.

—Sí papi.

—Déborah síguenos a los establos de los caballos.

—¿Que? Pero me la estoy pasando genial.

—Bueno, tu puedes seguir montando el caballo, pero yo necesito entrar y hablar con mi novia, quiero sacarla a comer hoy. Dile a Don Chuy que te ayude a bajar del caballo y que lo ponga de nuevo en su establo cuando termines de montar.

Joder, odio a esa estúpida, no voy a dejar que Ivan entre a la casa. Ellos se reconciliarán y probablemente saldran del rancho juntos. Necesito mantenerlos separados y enojados el uno con el otro, solo entonces funcionará mi plan.



Dahlia
Salgo al patio y me siento, a lo lejos veo a Ivan poniendo su caballo en el establo y él viene caminando hacia mí. Se sienta justo frente a mí, yo ignoro su presencia.

—Dahlia, sé que todavía estas enojada conmigo, pero necesitamos hablar, esto no es saludable, necesitamos resolver nuestros problemas ahora, te amo y no puedes seguir así, te necesito, no tienes idea de cuánto te extraño mi amor.

—No creo ni una sola palabra que sale de tu boca.

—Mi amor, lamento haberte hablado así esta mañana. Salgamos a comer y hablemos de esto. Hoy pasaré todo el día contigo.

—Prometes muchas cosas Archivaldo pero ninguna se cumple. Esa pinche vieja te trae cortito desde que llegó aquí y eso que no son nada según tu, a este punto ya ni se que pensar.

—Oye, oye, ¿qué intentas decir? No he hecho nada para faltar el respeto a nuestra relación, no te he engañado Dahlia y nunca lo haré.

—Engañar no es la única forma de faltar el respeto Ivan, excluyendome como lo has hecho estos días es lo más irrespetuoso que me has hecho.

—Soy un idiota, lo siento mi amor, te amo, solo que he estado lleno de estrés por el negocio, por favor entiéndeme.

—No lo creo, estás lleno de mentiras si tuvieras tanto estrés no anduvieras para arriva y para abajo paseandote con esa pinche vieja pendeja, y aún así lo haces. Ella parece tu pareja en lugar de yo, yo soy una completa extraña para ti.

—Dahlia por favor hablemos de ello, salgamos, ¿si?

Estoy a punto de responderle cuando empiezan a sonar los fuertes gritos de Déborah. A lo lejos la veo mirándonos y luego empieza a gritar a todo pulmón como una pinche loca, para alertar a Ivan y sus hombres. Ella se sostiene el tobillo izquierdo y grita de dolor, mire todo y en ningún momento se lastimo. Ella está perfectamente bien, no se ha lastimado, puras pinches mentiras de esa pinche vieja vibora. Está mintiendo para llamar la atención de Ivan y lo logro. Ivan, por supuesto, se pone de pie y corre directamente hacia ella ignorándome por completo como siempre.

—Ay, ay, Iván, me duele. ¡Me duele mucho, me torcí el tobillo! –Grita Débora

—Pero que pasó Deborah ¿estás bien?

Un Dia A La VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora