Él lo llama amor a primera vista, no hay nada en este mundo que él no haría por ella. Ella lo llama secuestro. Sigue la historia de una mujer que padece el Síndrome de Estocolmo.
I.A.G.S
Historia 100% mia no se aceptan copias o adaptaciones.
Iván Estamos en el hospital listos para darle la bienvenida a nuestros bebés al mundo, Dahlia tiene programada su cesárea para más tarde hoy. Estos últimos días han sido perfectos, celebramos nuestra boda, pudimos celebrar el baby shower de los bebés rodeado de familiares y amigos. Tambien hemos decorado completamente su habitación. Dahlia eligió hasta el último detalle y salió perfecto. Evi y yo la ayudamos a pintar la habitación y a armar la mayoría de los muebles. Me siento como si viviera en un sueño, todo es perfecto, todo lo que siempre quise y todo lo que necesito, finalmente lo tengo.
—Respira mi amor, estoy aquí sosteniendo tu mano en cada paso del camino.
—Gracias mi amor, no puedo evitar estar un poco nerviosa por la cesárea, pero sé que estarás aqui para apoyarme.
—Siempre corazon, sabes Evi sigue llamándome para ver si los bebés ya nacieron, está muy emocionado.
—Mi niño hermoso me abrazó muchas veces antes de que saliéramos de la casa de tu mamá. Me decía que deseaba poder tomar mi mano en el hospital como la última vez.
—Lo sé, pero tan pronto como nazcan los bebés lo llamaré y le dejaré ver a sus hermanitos.
Tiempo después la enfermera entro a la habitacion de el hospital y me pusieron una vía intravenosa y la epidural. En cuestión de minutos estaba en la sala de operaciones con Ivan a mi lado, sosteniendo mi mano mientras yo estaba acostada en esa camilla de operaciones a punto de conocer a los otros dos amores de mi vida. Iván llevaba un uniforme azul que le habían dado las enfermeras para poder estar a mi lado. Nuestras manos estaban entrelazadas y él me sostuvo en todo momento dandome palabras de aliento mientras que del otro lado de la sábana que descansaba sobre mi pecho los médicos estaban haciendo su trabajo. Todo lo que sentía era tirónes y una presión inmensa en mi abdomen y luego escuchamos el llanto de nuestro campeon. Paso un minutos y entonces apareció el llanto de nuestra princesa. Ivan cortó el cordón de ambos.
—Felicidades señor y señora Guzmán, tenemos 2 gemelos sanos.–Dice el doctor
Al escuchar sus llantos me llené de alegría, se los llevaron para limpiarlos. Ivan y yo compartimos un momento muy íntimo en esa sala de cirugía. Él me abrazó y lloró conmigo, por supuesto, todas eran lágrimas de alegría porque ahora estábamos completos con nuestros 3 hijos.
—Gracias mi reina, mil veces gracias mi amor, eres tan fuerte, gracias. Te mereces el mundo entero por darme el orgullo y la alegría de ser padre una vez más. Te amo, te amo tanto.
—Yo también te amo, no hay mejor persona para ser el padre de mis hijos que tu amor.
Beso a Dahlia en su frente y su mano varias veces. Unos minutos después, la enfermera nos trae a nuestros dos bebés. Los cargo a ambos y le muestro a Dahlia lo perfectos que son. Tienen mi tono de piel y parecen una mezcla perfecta de ella y yo. Son tan pequeños y delicados. Dahlia tenía la sonrisa más grande en su rostro, pero al mismo tiempo estaba llorando de alegría. Acaricié las mejillas de mis bebés y les dejé un suave beso en la frente, son tan lindos.
—Ivan son tu fotografia por dios como haces eso. Mira nadamas son igualitos a ti.
—JAJAJA tambien tienen rasgos faciales tuyos, pero mas mios. Bienvenidos al mundo mis amores, finalmente los dos están aquí. Abdiel y Ailana Guzman, su hermano está ansioso por finalmente conocerlos no tienen idea mis cositas perfectas de papi.
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