Capitulo 46

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Dahlia
Me despierto con un dolor de cabeza terrible y como no, bebí como nunca antes había bebido. Solo seguía diciendo dame otro sin pensar en las consecuencias. Que cruda tan mas horrible por dios. Me siento en mi cama y siento la repentina necesidad de vomitar. Me levanto rápidamente, corro al baño y vomito.

—Oh Dios, me siento fatal, pero que cruda tan terrible.

El fuerte dolor de cabeza no lo hace más fácil. Todo mi cuerpo se siente cansado y, por supuesto si solo dormí unas horas después de haber estado despierta toda la noche. Me lavo los dientes y la cara y me miro en el espejo. Dios, me veo tan pálida, tengo ojeras, me miro mal. Lo que necesito hacer hoy es descansar porque mi cuerpo lo pide. Todo lo que quiero hacer es dormir. Tengo que trabajar hoy pero no será una posibilidad para mí.

—¿Qué pasa Dahlia? ¿Estás bien? –Doña Claudia pregunta

—Sí mami, es solo que bebí demasiado anoche, pero estoy bien.

—Hay Dalí estabas ahogando las penas en alcohol, eso no es lo mejor mi niña.

—Lo sé mami, no lo volveré a hacer, me siento terrible.

—Acuéstate y te traeré un caldito de camarón.

—Gracias mami eres la mejor, que haría sin ti eres increíble te amo.

—Yo también te amo mija.

Estoy agotada física y emocionalmente. Me voy a la cama y me vuelvo a acostar, me acurruco y abrazo mi almohada. No importa cuánto intente no pensar en Iván, no puedo, soy un desastre de emociones. Lo amo, no puedo simplemente apagar el sentimiento que tengo por él, aunque me lastimó tanto, fue parte de mi vida y será algo que tomará tiempo sanar. Extraño mucho a Evi, mi niño es el más dulce, trato de buscar mi teléfono para ver fotos de él, siempre agarraba mi teléfono y comenzaba a tomar un montón de fotos. Por mas que busco mi celular no esta por ningun lado ¿dónde está? Intento recordar dónde lo dejé y luego recuerdo que probablemente lo dejé en el rancho de Ivan. Después de intentar mostrarle las fotos, recuerdo que lo dejé en el sofá de su oficina. Bueno ya nimodo supongo que tengo que conseguir otro.

Me levanto corriendo de nuevo y vomito, Dios mío, solo quiero que esto termine, maldita cruda. Nunca volveré a beber, lo juro. Mi mamá viene con el caldo de camarón, tomo unas cucharadas pero no lo puedo retener, sigo corriendo al baño para devolver lo que acabo de comer.

—Ahhh mami no puedo comerlo me siento extremadamente mareada y con nauseas. Incluso me siento débil porque no he comido, pero no puedo retener nada, creo que simplemente me iré a dormir.

—Sí, mija, ve a dormir, descansa un poco. Mas tarde tratas de comer algo.

Doy vueltas en la cama y tengo dificultades para dormir. Por más que lo intento, no logro conciliar el sueño. Tengo el estómago revuelto y las ganas de vomitar no desaparecen. No puedo evitar pensar en Ivan otra vez y en todos los momentos que vivimos juntos. Todavía recuerdo que tenía esta familia perfecta hasta que dejé de tenerla. Cocinábamos en familia, hacíamos un desastre en la cocina pero no nos importaba porque al final del día creamos recuerdos duraderos que durararan para siempre. Recuerdo las risas llenas de alegría. Teníamos noches de películas con Evi en nuestra habitación. Evi y yo siempre nos quedábamos dormidas en los brazos de Ivan, haciendo que sus dos brazos se durmieran por completo, pero él no nos quitaba de encima porque sabia lo cómodos que estabamos. Empiezo a llorar abrazando la almohada contra mi pecho, trato de hacerlo lo más silencioso que puedo, no soy una persona que llore mucho y no quiero preocupar a mi madre, pero no puedo evitar llorar por él. Duele cuando te das cuenta de que no eres tan importante para alguien como pensabas. Él me vio, me conoció, me quiso, le guste, me persiguió, me consiguió, me tenia, se aburrió, y se fue.

Un Dia A La VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora